10.- El banquete de bienvenida

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Encerrada lejos de todos, lloré y grité todo lo que no podía delante de los demás. Perdí la cuenta de cuanto había pasado para cuando me senté en una esquina de la habitación y hundí mi cara entre mis piernas. Odiaba ser el juguete de Janine, solo los dioses saben que cosas sería capaz de hacer con ella tirando de las cuerdas. Me odiaba a mí misma por ser tan débil y odiaba el que ella tuviese tanta ventaja sobretodo.

- Debe de estar matándote - la voz de Venus llenó la habitación - el tener que ser otra persona para protegerles

En mi arranque de cólera había olvidado que estaba en su habitación, o bueno, lo que quedaba de ella. Agradecía que no me dijese nada sobre los destrozos, pero sabía lo que había hecho. Mi apariencia lo decía todo cuando llegué. Tenía el vestido hecho manojos y lleno de sangre al igual que mis manos y parte de mi rostro junto a mi cabello despeinado.

Pero no dijo nada, solo dejó que me desquitara con la mueblería del lugar.

- He perdido su confianza - hablé mirando mis manos - sé que realmente se lo han creído

- Me temo que no había otra opción - intentó ser amable - ellos pudieron haber muerto hoy

- Lo único que me mantiene cuerda es la razón por la que te perseguí, y ahora no puedo evitar preguntarme si de verdad lo merezco. No hago más que decepcionar a todos - recosté mi cabeza en la pared - nunca podré ser normal, no hay nada bueno que mis hijos puedan aprender de mí

- El solo hecho de que no hayas perdido la cabeza aún muestra una gran fuerza de voluntad - me animó - yo sí puedo ver cosas buenas en ti, aunque al inicio no sea así.

Sacudí la cabeza insegura y me levanté del suelo, necesitaba limpiarme antes de que llegara la hora de la cena.

- No sé si sea cierto, pero si se una cosa - me detuve frente a ella - te voy a sacar de aquí junto con los demás, cueste lo que me cueste.

Dicho esto, salí de su habitación antes de que algún guardia viniera a traerle su respectiva cena. Me dirigí a la segunda planta del castillo, en donde mi habitación se encontraba. Dos doncellas estaban listas para ayudarme a asearme y ponerme un nuevo cambio de ropa. Dejé que hicieran el trabajo mientras pensaba en lo que debía hacer ahora.

Conocía el protocolo, Janine organizaría una cena para presentarles ante el resto de sus tropas y yo tenía que estar presente. Por eso mismo sus doncellas me pusieron un vestido de gala en vez de los que solía usar y se fueron déjenme sola hasta que el timbre de la cena sonó por todo el lugar. Me levanté de la cama y eché para atrás mi cabello suelto que había crecido bastante en los dos meses de confinamiento; esta sería una cena inolvidable.

Tan pronto como llegué Janine ya ocupaba su puesto a la cabeza de la mesa, mi lugar era a su lado derecho, por lo que me senté sin decir nada y observé como los guerreros que se habían librado de mi llegaban a tomar asiento en cualquier lugar que quedaba al fondo de la mesa puesto que la parte delantera estaba reservada para sus nuevas adquisiciones que no tardaron en aparecer, ahora vistiendo ropa acorde con el lugar. Hubiese sido algo gracioso de ver si la situación fuese otra.

- Únanse al banquete que se organiza en su nombre - les recibió Janine - siempre es un placer recibir nuevos miembros en este humilde palacio

Leo, Hazel y Thomas tomaron asiento a mi lado derecho en ese orden, Percy, Annabeth y Nico se sentaron frente a mí y Jasón y Piper a su lado. Todos a la expectativa mirándome a mí y luego a la reina y de vuelta a mí.

- ¿No es maravillosos el que todos estemos reunidos? - sonrió mirando a todos sus invitados - siempre he soñado con tener tropas de élite y estoy segura que mi sueño se está cumpliendo. _______ fue la pieza inicial para armar el rompecabezas - tomó una copa - así que brindemos por eso, porque nuestros nuevos invitados pasen las pruebas sin ningún impedimento

Amores y secretos de la guerra (Nico di angelo y tu)Where stories live. Discover now