Siempre hay una luz al final del camino

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Viña del Mar, Chile – mayo 2017

Clínica Reñaca

― Mama te vas a poner bien, yo lo se

― ya lo sé mi niña ― la mujer tosió un poco y coloco su antebrazo en frente de sus ya desgastados labios. Su brazo estaba conectado a un líquido en medio de la quimioterapia.

Tenía un cáncer avanzado, era un cáncer de mama detectado hace menos de unos meses gracias al ginecólogo de la familia. Ahora, su hija mayor estaba sentada a su lado sujetando su mano. Estaba dejando de lado sus clases para acompañar a su madre en todo este doloroso proceso.

―quieres agua?

― por favor, estoy más seca que escupo de momia

La castaña sonrió y se levantó para ir al mueble y llenar un pequeño vaso de agua. El aroma a hospital ya se le había hecho usual acompañando a su madre todos estos días. Soltó un pequeño suspiro y fue donde la mujer quien estaba con un pañuelo en su cabeza ocultando su calvicie por los tratamientos para combatir el agresivo cáncer.

― mama ― la castaña vio que su madre estaba dormida y dejo el vaso tratando de moverla, apenas podía despertar ― no me asustes así por favor

― jamás lo haría

― Fernanda, quiero que sepas algo ― su madre se acomodó en su asiento y la de ojos cafés se sentó a su lado apretando la mano de aquella asombrosa y luchadora mujer― en la casa, en mi velador, hay un falso fondo, en el verdadero fondo hay unas cosas que veas

― pero mama ¿Por qué me pides eso?

―no creo que pueda volver a decírtelo....

Con sus enormes ojos cafés la chica vio cómo su madre se desvanecía frente a sus ojos y que el calor de su madre se iba.

―NECESITO AYUDA AQUÍ AHORA!

Solo los pasos de las enfermeras y los gritos de ella se oían. Los médicos de a poco llegaban al lugar, vio como traían el carro rojo. Esto la tenía con un enorme pánico a sus cortos 21 años, ella estaba por perder a la única persona que había luchado por ella, quien la había sacado del agujero de lo que era su familia.

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― Estas lista ....

― Si papa ― la castaña miro a su papa, quien no lo era biológicamente pero siempre habia estado alli para ella, era su padrastro, pero como pocos hombres en este mundo, era su papa por como habia cuidado a ella y su familia.

―Papa, Caro no quiere colocarse los zapatos

La chica de grandes lentes negros sonrió y fue hasta donde sus dos hermanas. La más pequeña de ellas tenía apenas 6 años y la que seguía 12 años.

Edu era bastante alta, tanto como la castaña. Traía puesto unos pantalones y blusa negra, Carolina un bello vestido negro con pequeños zapatos de charol.

―tenemos que ir a despedir a la mama ― la castaña miro a sus hermanas y vio en los ojos de Edu, el brazo y la pequeña se les sumo. Aguanto las lágrimas y bajaron del segundo piso donde estaba aquel hombre moreno en traje, el que tenía sus ojos rojos e hinchados aún. Los tapo con sus lentes de sol. Fueron hasta la capilla donde su madre había sido velada. Tomaron el Ataúd entre varios hombres y la llevaron al cementerio donde se procedió a ser cremada.

El último viaje de Paola Ferrero fue viendo la costa de aquella hermosa región que le regalo una nueva oportunidad en su vida.

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⏰ Last updated: Nov 04, 2017 ⏰

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No eres tu, Soy yoWhere stories live. Discover now