❝ Spank ⌜ ᴅᴄ - ʀᴏʏᴊᴀʏ ⌟

Chapter 1

❖ Titulo: Spank
❖ Autor: The Hood
❖ Fandom: DC
❖ Temática: Romance / Hurt / Comfort
❖ Personaje(s): Jason Todd, Richard Grayson, Roy Harper
❖ Categoría: T

*Dedicado a Johanna T.*

Resumen: 

— No puedo creer que haya cedido a esto. —Musito el menor, apenas y viéndolo en el borde de la cama, sonriente.

— Ya te dije, Jaybird. Si no te gusta, me detendré. Confías en mí, ¿No? —Lo vio hacer una mueca — ¡Jaybird!

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Chapter 1

Había comenzado saliendo con una que otra chica, yendo a parar actualmente a relacionarse con el primer chico que le dijo: 'sí'. Y ese no era nadie menos que el hermano menor de su (ex) mejor amigo, Dick Grayson.

Pocas veces podían verse, ya que ambos vivían en ciudades lejanas. Pero sus tutores legales emparentaban los mismos proyectos empresariales, por lo que usualmente se encontraban. Como ese día. Los Wayne se estaban quedando en la ciudad, por una semana, por lo que no desaprovechaba la oportunidad de invitar al menor a hacerle compañía.

Su (ex) mejor amigo, era el mal tercio, desde que se convirtió en su 'cuñado'; siempre acompañándolos y evitando que tuvieran el más mínimo contacto. Era desesperante. Pero por azares del destino, no estaba presente para cuando 'secuestro' a su hermanito del hotel en el que se hospedaban. Jaque mate, Grayson.

Y bueno...

Todo había iniciado por mera curiosidad. Y como no, gracias a su búsqueda diaria de pornografía explicita y sucia en internet. Siempre lo hacía cuando Ollie y Dinah no estaban en casa. A – ja. Sus 'padres adoptivos' no debían de enterarse sobre su vida sexual y menos sus gustos. Aunque ya tenían una idea. Y era satisfactorio.

Deseaba probar aquello que había visto. Hacerlo. Ver si obtenía el mismo resultado.

Pero entonces recordaba el pequeño problema.

Él tenía diecinueve, su novio quince. Y por alguna razón. Jason era virgen.

— Simplemente no me interesa, Roy.

Era lo que siempre le decía después de encenderlo con un montón de besos húmedos, mordidas afiladas y caricias. No, no era justo. No para su cordura. Por ello...

— ¿Puedo saber porque me estas pidiendo esto? —Sí. Estaban en su casa, su cuarto. Completamente solos.

— Te dije que siempre iba a ser sincero contigo y deseo saber qué tal se siente.

— Háztelo tú mismo. —Frunció el ceño desde la cama, cruzado de brazos —Puede que no lo creas pero Bruce está tan chapado a la antigua que ese es el castigo que nos da si hacemos algo muy malo.

No pudo evitar abrir los ojos y alejarse del escritorio para acomodarse a su lado, hombro a hombro — ¿Bruce Wayne, nalgueando como castigo?

— Yo le llamaría azotar, Roy.

— Eso es tan a la vieja escuela. Pero yo no busco el mismo fin, busco el otro.

Las insistencias no pararon desde ese punto; el pelirrojo se explicaba, con detalle, lo que quería, avergonzando, molestando, incomodando al otro. Y lo logró; despertar esa pequeña brecha de curiosidad en él, que se acrecentaba con cada leve pero que daba. Un susurrado "está bien" fue la victoria para Harper.

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— No puedo creer que haya cedido a esto. —Musito el menor, apenas y viéndolo en el borde de la cama, sonriente.

— Ya te dije, Jaybird. Si no te gusta, me detendré. Confías en mí, ¿No? —Lo vio hacer una mueca — ¡Jaybird!

— Tsk. Sí, lo hago. —Y con eso jalo su ropa interior, deslizándola por sus piernas. Lucía bastante confiado, pero él sabía que no era así. Palmeo sus piernas entonces.

— Ven aquí. —Notó como se tensaba, pero sin espera, se acercó a él y busco acomodarse de vientre sobre su regazo.

Lo empujo un poco más hacia adelante, obligando a reclinarse más y empinar el trasero —. . . Esto es raro, Roy.

— Shh, no hemos empezado. Ahora, respira hondo. —Lo hizo y cuando supuso que ya se encontraba más relajado, acerco su palma hasta las posaderas ajenas y las rozo. Se volvió a tensar por ello —Sh, sh, Jaybird. Debes de relajarte. Hazlo por mí.

— Eso intento. —Gruño el azabache, tomando otra larga respiración —Hazlo ahora antes de que me arrepienta.

— Pero–

— Solo hazlo, Roy. ¿Sí?

El pelirrojo torció la boca, aunque si lo pensaba bien era mejor eso a nada. Se encogió de hombros. Elevo su brazo y sin aviso, precipito su mano abierta con la carne del trasero. La cachetada resonó en todo el cuarto, junto con un grito de sorpresa —Hice lo que me pediste, ¿No?

— Uh... sí. Solo, no me lo esperaba...

— ¿Crees poder soportar las otras?

—Creo que sí. Adelante. —Respondió en voz baja, acomodándose en su regazo. Relamió sus labios y fijo sus ojos en la nalga azotada. Jason tenía piel blanca a comparación de la suya que tiraba un poco más a pálido lleno de pecas. Como sea, su mano estaba dibujada allí, rojiza. Buscaría dejarle lo más cercano a una manzana.

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Tal vez se había pasado de la raya, solo un... poco. Pero conste, su joven novio no había dicho que parara, hasta ahora. Claro, porque el pobre se había entretenido soltando una que otra maldición a los azotes que fue incrementando con fuerza y rapidez.

Pero el trabajo estaba hecho: los dos globos de carne se encontraban sutilmente carmesíes, como esas decoraciones de los árboles de navidad.

Jason por su parte se encontraba agotado, cansado y para su muy mal gusto, mantenía los ojos llorosos. Sí, le había dolido. Pero no era como la mano de Bruce, que realmente buscaba la disciplina.

Soltó un suspiro cuando el pelirrojo le ayudo a sentar, sobre su regazo. El culo le dolía a horrores. Pero un beso en su sien y unas cuentas palabras cariñosas por parte el mayor fueron calmándolo. Tal vez no era tan malo complacerle algunas cosas.

— Dame comida.

— Claro, Jaybird.

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Esa noche...

— ¡Da la cara, cobarde!

— ¡Dick! ¡Hablemos de esto mañana! Mis vecinos...

— ¡Que se enteren de lo que hiciste! ¡Violador!

— ¡No hice tal cosa!

— ¡sí, claro! Baja, maldito, desgraciado. Pensé que eras mi amigo. ¡Pensé que esperarías! PERO NO, BASTARDO VIOLADOR.

A – ja. Richard notó el leve problema de su hermano menor, y lo confundió con lo obvio. Ciertamente, no le dio tiempo a Jason de explicar que solo se debía a un sinfín de nalgadas.  

Fin.