My Dear Boss © |Nouis Horanson|

Parte 13

El rubio caminaba por las hermosas calles admirando las construcciones que estaban haciendo los ingenieros civiles. Cada persona se encaminaba a su propio destino, sin embargo, el de ojos azules no tenía un destino establecido puesto que no sabía a dónde ir... Si ir a su casa a dormir un rato y  olvidarse de toda su vida o simplemente irse a un bar, tomarse un trago para distraerse del mal rato que pasó en la oficina. Sinceramente no sabía...

Así que se decidió a ir al bar que no quedaba muy lejos de donde estaba, por lo que aceleró el paso para llegar cuanto antes. Pero tal parece que la vida le tenía una buena jugada. La bocina de un auto se hizo sonar captando la atención del rubio quien volteó en su dirección para encontrarse con la mirada penetrante de su ex jefe.

-¡Hey, Niall! ¿Quieres un aventón?

Niall tratando de no ponerse nervioso y verse como si no estuviese sorprendido, respiro profundamente y chasqueó la lengua.

-No. -dijo fuerte y claro, y siguió con su camino, pero la bocina se oyó otra vez deteniéndolo -¡Ya te dije que no quiero!-

-Oh, vamos, lindura. Entra al auto, te aseguro que no muerdo eh. -le guiñó el ojo haciendo que el ojiazul se sonroje.

-Dile eso a Luke que tanto tienes atención en él. -dictó furioso recordando esos momentos, pero se arrepintió al instante.

-Aww. ¿Me parece o el pequeño Niall está celoso? -sonrió burlón-. No te preocupes, mi cielo. Yo solo tengo ojos para ti.-

A Niall le saltó el corazón de repente y se sintió un poco enfermo... ¿Enfermo de amor?

-Si me voy contigo, ¿me dejarías en paz? -cuestionó tratando de no tartamudear.

-Por supuesto. -le dedicó una amplia sonrisa y le señaló la puerta del copiloto-. Anda, entra y yo te llevo adonde quieras.

-Bien.

El rubio no sabía el por qué aceptaba ir con su ex jefe, aquel irrespetuoso señor que le hizo la vida imposible cuando trabajaba con él. Solo sabe que la sensación de hormigueo en el estómago no desaparecía por nada. El ojiazul entró al auto negro y dirigió su mirada en el interior del auto admirando la belleza que tenía dentro.

-Es hermoso, ¿no crees? -mencionó el castaño arrancando otra vez-. Es mi bebé.

-¿Disculpa? -cuestionó el rubio.

-¿Qué? -se rio por la expresión del otro-. Tranquilo. Tú eres mi otro bebé, si es que lo quieres ser.-

-Cállate y llévame a mi casa. -se cruzó de brazos, irritado.

-Oye. -lo interrumpió-. Te invito a comer algo. Pareces hambriento, ¿qué dices?-

El rubio dirigió su mirada al hombre a su lado y le dedicó una mirada de confusión y repulsión.

-Qué carajos... -susurró el de ojos azules para sí mismo, pero el otro alcanzó a oír esa frase.

-Cuida esa boquita ¿o quieres que te la calle a besos? - su mirada era pícara, sonrió de punta a punta. - O... Con otra cosa.- Niall siguió aquellos ojos azules hasta que topo con la entrepierna del castaño y no pudo evitar que ese rubor se apareciera en su rostro.

-Puerco.- gruño y volteó a ver por la ventana.
-Parece que te gusta la idea.- río

Niall moría de vergüenza por dentro, en verdad que lo odia y se odia el mismo ahora por aceptar la propuesta . Niall miró su reflejo en la ventana, su cara estaba rojizo.
-Yo soy causante de ese rubor tan bello. Me siento halagado.- Louis lo miraba por el reflejo.