IV

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    El sonido de la bala rompiendo la cristalera y el cuerpo de la hermana de Galavan cayendo al suelo se sincronizaron con los gritos de los policías que irrumpían en el club buscando al alcalde. En menos de un minuto estaban rodeados de agentes que intentaban poner en pie lo que había ocurrido allí dentro, tanto Bullock como Gordon se aseguraron de sacarlos del Sirens mientras los demás se encargaban fotografiar y analizar la escena. Los llevaron hasta el coche patrulla donde un sonriente Zsazs les esperaba con un rifle en las manos.

-Enhorabuena jefe todo ha salido como planeó- dijo acercándose para que solo el moreno pudiera oírlo.

-Vamos a la comisaría, tenemos que tomaros declaración para cerrar este caso.- dijo Harvey abriéndoles la puerta e invitándoles a entrar a su coche.

    El camino hasta la comisaría se hizo largo para todos menos para el asesino que parecía estar de un humor excelente a pesar de lo que había pasado. Bullock y Gordon intercambiaban miradas de vez en cuando después de echar un vistazo al asiento trasero observando a los tres hombres, Ed intentaba que los celos no se reflejaran en su expresión de odio al ver a Zsazs sonreír mientras le comentaba a Oswald lo bien que se había sentido al disparar ese rifle contra la morena, y Oswald no podía parar de sonreír al ver a Ed enfadado por que Victor se había sentado justo en medio de ellos y estaban bastante cerca sin que el pudiera hacer nada.

Harvey paró el coche, habían llegado a su destino. Los detectives salieron primero y les abrieron las puertas, los tres salieron al instante dispuesto a seguirlos pero Jim se dio la vuelta antes de entrar.

-Zsazs, con el Pingüino y Nygma será suficiente, puedes irte.

-¡Qué considerado Jim! Pero si el jefe no me dice que me vaya tendré que quedarme.- dijo sonriendo y mirando al detective.

-Está bien Victor, tienes la noche libre.- dijo sonriéndole de esa forma que tanto desagradaba al más alto pues siempre solía esconder algo más detrás de las palabras cuando hacía ese gesto, y la confianza que había entre ellos no le gustaba nada.-Si te necesito te llamaré.

-Claro jefe.- se dio la vuelta dispuesto a irse al ver como Oswald caminaba hacía el interior del edificio, cuando a los pocos segundos volvió a girarse.- Nygma más vale que te des prisa.

    Ed no le respondió, ni siquiera se molesto en mirarle pero sabía que se había marchado con una sonrisa al insinuarle que lo que el detective estaba buscando con la cita de esa noche. Imitó a su amigo y entro en la comisaria de policía, no pudo evitar recordar sus días entre esas paredes y sobre todo el día en el que se conocieron por primera vez. Antes de conocerlo había escuchado muchas de él por sus compañeros, y pudo comprobar por si mismo que a pesar de todo ese sarcasmo y mal humor que usaba para dar miedo o alejar a las personas de su lado era solo una representación de su papel de mafioso. Al verle destrozado por la muerte de su madre pudo ver su lado más humano, haciendo que le dieran ganas de abrazarlo y consolarlo aún sabiendo sus tendencias homicidas. Dejo sus pensamientos de lado para buscarlo, supuso que estarían en la oficina del capitán en funciones así que se dirigió hacía allí y abrió la puerta sin llamar al verles a través de los cristales.

-¡Oye no me malinterpretéis! Solo digo que me da igual lo que hagas con tu vida y con quien te acuestes, además si meterte en la cama del alcalde da algunos beneficios a la comisaría...¡Eh Nygma! ¿Dónde te habías metido? Siéntate.

-Después de esta explicación tan clara sobre lo que le parece la relación de favores que tenemos el detective Gordon y yo.- dijo haciendo una pausa intentando evitar mirar a Edward a la cara para no sonreír involuntariamente al verle celoso.- Creo que podemos tratar el asunto que nos ha traído hasta aquí.

Te amo tanto que permitire que la amesWo Geschichten leben. Entdecke jetzt