🌹Capítulo 8🌹

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De acuerdo, recapitulemos.

Estoy en mi vieja casa de Busan acompañado de mi ahora amor platónico, YoonGi, estamos escapando y aún no se de que o quién exactamente y posiblemente mis padres esten avisando a la policía en este preciso momento.

-Aquí tienes-. Le entregué una taza de chocolate caliente y una plato con galletas de chispas de chocolate-.

-Gracia, Jimin-. Sonreí en respuesta y me sente a su lado con tres mantas gruesas albergandonos del intenso frío que había-.

-YoonGi, ¿De quién estamos escapando?-. Tan sólo habían pasado unas horas desde que huimos y mi cabeza parecía estallar con todo lo que había pasado-.

-No es seguro que lo sepas aún, caramelito-. ¿Caramelito? ¿Ya empezamos con los apodos cursis?-. Solo te dire que... No es a ti a quien buscan, solo tienen un objetivo y estoy seguro de que soy un elemento para logarlo-.

Mire a YoonGi. Me detuve a mirar sus facciones. Ojos pequeños, labios delgados y tintados por un tentador color cereza, nariz pequeña y tierna. Tenía un rostro varonil pero con un ligero toque infantil que lo hacía ver diferente cuando su lado dulce y protector salía a la luz. Durante mucho tiempo me había preguntado quien era aquel niño que aparecía en mis sueños. Ahora estaba más claro que el agua, YoonGi era el chiquillo que se colaba en mis pensamientos robandome horas y horas de sueño.

-¿Quién es ella?-. YoonGi miraba una vieja fotografía, en ella se encontraba una mujer con cabellos castaños, ojos felinos y una piel blanca como la nieve. Podría jurar que era su hermana, pero calculando la antigüedad de la foto diría que es su madre-.

-Es una de las razones por las cuales aún estoy en este mundo-. Me sentí celoso por la forma en la que YoonGi acariciaba el rostro de aquella mujer y el brillo que se instalaba en sus ojos al hablar de ella-.

-Es... Es tú madre-. Sonrió y me extendió la fotografía con suma delicadeza-.

-Cuando te fuiste, lo único que me quedaba en la vida era mi madre. Le prometí crecer fuerte y seguro, le prometí qué en un futuro ella tendría una casa enorme, autos carisimos y una buena vida. El mismo día en el que llegué al hospital con la alegría de ver a un niño con mejillas esponjosas y una mirada dulce, fue el mismo día en el que observe el cuerpo sin vida de mi madre caer al suelo -

Me miró y fue entonces cuando me di cuenta de la pequeña y silenciosa lágrima que se resbalaba por su mejilla. Con cuidado, acerqué mi mano quitándole la lágrima y todo rastro que hallé de ella. Acaricié su rostro con delicadeza. Parecía que ante cualquier toque se rompería, con ese pensamiento alejé mi mano, pero la suya encerró la mía con suavidad, entrelazó nuestras manos y poco a poco se acercaba a mi. Era un hermoso momento, solo las brazas ardiento y la luz de luna eran testigos de lo que estaba apuntó de ocurrir.
Acunó mis mejillas entre sus manos, juntó su frente con la mía. El silencio, la claridad y el deseo era lo que reinaba en la habitación.

Sin esperar más, YoonGi junto nuestros labios en un suave rocé, no llegaban a juntarse en su totalidad, pero aquel simple tacto fue capaz de destruir todo en mi interior de un solo golpe, el simple echó de tocar sus labios con los míos, era como estar fuera de la realidad. Solo eramos él, yo y el amor que nos expresabamos con ese acto. Unos segundos después nos separamos y nos miramos. En sus ojos veía sinceridad, amor y valentía.

-Jimin...-. Jadeo con voz ronca-. No puedo... No quiero lastimarte-. Sonreí ante sus palabras-.

-Eso no lo decías hace unos días...-. Susurré en su oido-.

De un momento a otro, tenía a YoonGi arriba mío con una expresión de confusión. Bajo su mano hasta mi cintura y la presionó sin hacer demasiada fuerza.

I Am Your Bad Boy ❀ [ YoonMin ]Where stories live. Discover now