Capítulo 1 El joven Alex

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Mi nombre es Alex Heredia, tengo 17 años y soy estudiante, curso la
secundaria y estoy a un año de obtener mi título de bachiller, estudio
en el colegio Vicente Rocafuerte cerca del centro de Guayaquil ,me
gustan las matemáticas y quisiera algún día ser un gran maestro, ya
que yo disfruto mucho al enseñar.
En mi familia somos cuatro integrantes, mi papa Jamil Heredia un
hombre trabajador y que se esfuerza mucho, mi madre Sofía Andrade una madre amorosa que siempre te recibe con una sonrisa
y te trata con cariño y por ultimo pero no menos importante mi
hermano de tres meses Joaquín es el hermano que tanto había
esperado, juntos vivimos en Guayaquil, el sector de Portete.
Vivir en Guayaquil es algo muy lindo, pero estos últimos quince días
las cosas en la ciudad han cambiado mucho, una extraña
enfermedad ha infectado al 30% de la ciudad, incluyendo a mi
querida mama, me da tristeza ver como sufre por los síntomas; los
síntomas que ella tiene son: dolores al pecho, sus pupilas están
dilatadas, sufre de pequeños ataques de epilepsia, lo que le da una
fuerza increíble y algo que preocupa mucho es cuando vomita
sangre, me da tristes verla así, pero ella me dice que no me preocupe
y que no descuide los estudios.
Hoy es tres de julio es un gran día para mí, al final de clases me entregaran un reconocimiento por ser el alumno con mejor
promedio de mi colegio, pero algo raro está pasando, hoy mientras
estábamos en receso llegaron unos hombres de apariencia extraña,
iban vestido de trajes negros y solicitaron hablar con el rector del
colegio, logre seguirlos sin que ninguno se diera cuenta, entraron a
la oficina del rector y a los diez minutos salieron y se retiraron del
colegio.
Luego el director dio un anuncio diciendo que las clases se habían suspendido hasta segunda orden. Comenzamos a retirarnos, muchos
estaban felices pero yo no, porque no recibí mi premio a la
excelencia académica, subí al expreso que me llevaría a mi hogar,
parecía que iba a ser un viaje normal sin saber lo que se venía; como
siempre mi casa es la primera parada en la ruta del expreso, pero a
un par de cuadras antes de llegar a casa una mujer se precipito a la calle y fue arrollada brutalmente por el pequeño bus que me
transportaba no solamente a mi sino que a varios alumnos del
colegio.
Pasamos un gran susto y el chofer verifico que todos sus pasajeros se
encuentren sanos antes de revisar a la mujer que había embestido, el
bajo y confirmo sus miedos, había matado a aquella mujer y sabia
los problemas que se le venían, nunca le creerían que fue un
accidente y la ley le iba a dar la máxima pena. Cabizbajo se sentó en
la acera sin saber qué hacer, yo me le acerque para decirle que lo
íbamos a ayudar a que no lo encarcelaran, me sonrió alimentando un
poco la esperanza de que todo saliera bien.
Luego se levantó y se acercó al cadáver, pero de repente la mujer se
comenzó a mover y pensamos que estaba viva, el conductor
rápidamente levanto el cuerpo, grave error, la mujer abrió sus ojos
que eran negros como el carbón y le asesto una mordida en el cuello
a aquel hombre asustado, aquel monstruo que en algún momento
fue una mujer, comenzó a devorar el rostro de ese pobre ser humano
que a pesar de emitir gritos desgarradores nadie llego a auxiliar,
esa imagen nunca saldrá de mi mente.
Yo no pude soportar seguir viendo esa imagen y corrí a mi casa
dejando atrás a ese monstruo junto al expreso lleno de niños,
aquellos niños que sabían que su destino seria ser la comida de esa
aberración. No volví a ver hacia atrás ya que el miedo no me lo permitía.
Llegue a mi casa, abrí la puerta y la sangre se me heló, mi querido y
amado hogar estaba desecho, alguien o algo había destruido el lugar
que más yo amaba, pero eso no era lo peor busque en toda la casa y
no encontraba a mi familia, busque en todos los cuartos excepto en
el de mis padres, la puerta estaba sin seguro, logre ver a mi madre sentada en un rincón temblando pensé que estaba asustado le pregunte como
se sentía, su silencio hacia que el ambiente se volviera pesado.
Me acerque más y le toque el hombro, de repente se dio vuelta y una
imagen aun peor que la de aquel hombre que le devoraron el rostro,
mi madre, mi amada madre era un monstruo igual que aquella
mujer, el terror aumento al ver a mi hermanito, que apenas
comenzaba a vivir, totalmente desfigurado. Me quede quieto
Pero ya era demasiado tarde, ella ya sabía quién sería su siguiente
víctima, comencé a llorar y acepte mi destino que era morir en
manos de aquel ser que me dio la vida.
Cerré mis ojos esperando el ataque que daría fin a mi vida, pero de
repente un disparo se escuchó dentro de la habitación, era mi padre
que le había dado un disparo que impacto de lleno en la cabeza de lo
que en vida fue la mujer que me crio, cuido y amo más que nadie en
el mundo la sangre ensucio el piso y yo me acerque al cadáver para
abrazar por última vez a una persona que era un pilar fundamental
en mi mundo.
Le pregunte a mi padre que había pasado, él me dijo que ella estaba
en la habitación con mi hermano ya que sentía que podrían ser sus
últimos minutos de vida, mi padre fue testigo de su muerte, de
inmediato una gran depresión invadió su mente y fue a buscar un
arma que tenía guardada, que iba a utilizar para darle fin a sus días,
pero un sonido lo alerto y fue a la habitación en el preciso momento
para poder salvarme.
Mi padre pensó que solo mi madre sufrió esa transformación, pero
yo sabía que estaba equivocado, le comente sobre el incidente que
me ocurrió antes de llegar a casa, su rostro expresaba una gran
preocupación y una enorme angustia, sabía que pudo haber perdido
lo que sobraba de su familia, me abrazo y lloro, me dijo lo mucho
que me quería.
Encendimos la televisión y las noticias no dejaban de hablar sobre
como la ciudad se había convertido en un caos y que una parte de
sus habitantes había muerto por causa del virus y que a los pocos
minutos resucitaban con sed de sangre y con la necesidad de acabar
con todo ser vivo, los medios los habían llamado los infectados.
Al ver la situación que se estaba presentando en la ciudad, nuestra
casa ya no era un lugar seguro, al siguiente día, decidimos huir de la
ciudad, la ruta más rápida era el gran puente de la unidad nacional
para salir de Guayaquil, rápidamente mi padre tomo la moto que
había comprado no a hace mucho con los ahorros que poseía, y nos
dirigimos hacia el puente.
Nunca me lo habían dicho pero mi padre era un excelente conductor
de motocicletas, pero a pesar de lo entretenido del viaje no podía
dejar de pensar en aquellas imágenes llenas de horror y que de
seguro vivirán eternamente en mis peores pesadillas.
Luego de varios minutos de viaje llegamos al dichoso puente, pero
nos encontramos con una sorpresa desagradable, habían cientos de
autos y miles de personas aglomerados queriendo escapar del
infierno en el que se había convertido nuestra amada ciudad, la
razón por la cual nadie había podido salir era que habían puesto una
especie de barrera la cual no permitía salir de la ciudad sin
autorización.
Aquellos que no permitían salir de la ciudad se hacían llamar
“Equipo de Control de Amenazas Biológicas” o por sus siglas ECAB,
decían que eran enviados por las Naciones Unidas para contrarrestar
el peligro que representaba el virus originado en la ciudad y nada, ni
nadie podía salir. Pensábamos que podíamos salir por el gran Río
Guayas, pero cientos de francotiradores estaban dispuestos a
terminar con cualquiera que se atreva a pisar el otro extremo, por lo
tanto el puente quedo descartado.
Sin saber a dónde ir, subimos en la moto y tratamos de buscar los
recursos necesarios para poder sobrevivir. Llegamos al sector de Las
Orquídeas, exactamente a una estación de policía que parecía estar abandonado,
entramos cuidadosamente y gracias a nuestra buena suerte
encontramos una escopeta, otra pistola y munición suficiente para
poder defendernos, decidimos dormir en este lugar. Aseguramos las
puertas para que nadie nos tome por sorpresa, esa noche fue una de
las más horribles, se escuchaban gritos y lamentos de personas de
toda clase y de toda edad, con un poco de esfuerzo logre conciliar el
sueño sabiendo que vendrían días difíciles.
Pasaron los días y ahora nuestro rumbo era encontrar una zona
alejada y tranquila, nuestro plan ahora era ir a campo abierto un
lugar alejado de la ciudad que poco a poco se convertía en un
verdadero apocalipsis. Tomamos la vía a Daule, una vía que nos
permitiría llegar a nuestro lugar seguro. En el camino mi padre me
enseño a manejar un arma y a conducir la motocicleta, él me estaba
preparando porque sabía que él no siempre estaría ahí para poder
protegerme, me había convertido en un hombre prematuramente.
Llegamos a una gasolinera al frente de una fábrica que ensamblaba
electrodomésticos y que hoy por hoy no estaba en funcionamiento.
Nos detuvimos para buscar provisiones. Estábamos cerca de una
ciudadela llamada pascuales. Había un silencio que siempre estaba
presente y del cual nos habíamos acostumbrado, decidimos entrar a
un local de servicio rápido, encontramos mucha comida, pero de
repente uno de esos monstruos ataco a mi padre, por poco lo
muerde, lo cual hubiera sido fatal, porque por una mordida se puede
transmitir la infección. Salimos del local y nos encontrábamos
rodeados de los infectados.
Nuestra moto estaba rodeada de esas cosas, mi padre y yo abrimos
fuego para abrirnos paso entre ellos, no sabíamos cómo, pero nos
habían rodeado como sabiendo que íbamos a llegar en algún
momento, habían aprendido a ser pacientes para esperar que sus
víctimas lleguen a la carnada, eran muchos y las municiones se
terminaban. Entonces mi padre quiso hacer un gran sacrificio me
dio la escopeta, me cubrió hasta que yo subiera a la moto y lograra
encenderla y me dijo que me fuera, que me cuidara y que nunca me
rindiera, y me dijo:
-Tú eres uno de los elegidos.
No entendí ese mensaje y me obligo a irme, con el dolor de mi alma
huy de ahí, mientras el disparaba a una bombona de gasolina y
desato una gran explosión que acabo con todo aquel que estaba a los
alrededores, mi mente estaba confundida y mi corazón destrozado,
no podía creer como en pocos días perdí a mi familia
A toda velocidad huy lo más lejos posible, pero la moto en la que
viajaba tuvo una falla haciendo que pierda el control y haciendo que
caiga a un lado de la carretera, cayendo directo a una zanja de agua
perdiendo totalmente el conocimiento.

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⏰ Last updated: Nov 17, 2017 ⏰

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El brote g-98Where stories live. Discover now