A ti...

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Me siento miserable. Ha pasado una semana desde que vi por ultima vez aquellos ojos. Sabía perfectamente que no le vería en un largo tiempo. De igual manera, no pude soltar ni una sola lágrima, ni siquiera en el momento en el que le vi llorar.

Solo me limite a darle un abrazo con el que esperaba transmitirle mi apoyo y cariño. Los pocos años que compartimos ahora me parecen lejanos y demasiado cortos, como para tener significado en su vida. Sin embargo, sé y confío en que el amor, cariño y aprecio que le tengo lo lleva consigo a donde sea que vaya. Le juró al cielo que nunca dejaré morir aquello que teníamos y tendremos.