Y es que el amor no necesita ser entendido, simplemente necesita ser demostrado
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Termino de retocar el maquillaje y salgo del cuarto.
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-Buenos días señora Leah -dice Susana mientras tomo asiento en la isla y veo de reojo a Sebastian el hijo de Susana
-Buenos días -digo con una gran sonrisa.
-Buenos días -dice Sebastián.
-Espero señora Leah no sea molestia que nos quedemos un tiempo acá -tendré que actuar más con Andrey.
-No. para nada.
-Ya hablamos con Sebastián y él quedó de no salir del cuarto -dice ella mientras pone unos huevos y tostadas con jugo.
-Creo que eso es muy absurdo, si él quiere tiene todo el derecho de salir del cuarto hasta entrar a la piscina o traer a un amigo, dudo que a Andrey le moleste- en eso llega el susodicho.
- ¿De qué hablan cariño? -dice dejando un casto beso en mis labios.
-Susana quiere que Sebastián se quede en el cuarto encerrado -digo y este ríe.
-Dios susana, ni que fuera a quemar la casa si él quiere que salga del cuarto hasta puede traer a sus amigos -virgen santa donde se quedó el monstruo.
-Muchas gracias señor y señora Meller -dice Susana veo a Sebastián sonreír.
-Gracias -dice y le da un mordisco a su tostada.
-Bueno creo que se nos hace tarde, Sebastian, ¿el bus del instituto pasa por aquí? -pregunta Andrey poniéndose de pie.
-No señor -dice este.
-Ean te llevará y traerá -dice tomando mi mano. Nos despedimos y salimos de casa, me sorprende que el conductor sea otro hombre.
-Buenos días señor y señora Meller -dice este abriendo la puerta del auto.
-Buenos días -digo con una sonrisa.
-Buenos días Cesar -dice Andrey volviendo al mismo tono de siempre. El camino es silencio, hasta que sorprendentemente entra una llamada de mi hermana.