Capítulo 4:

1 0 0
                                    

- ¡Hey! ¡No te vayas! Por favor...- le grité.

Luego de seguirla durante unas cuantas cuadras, la mujer se quedó totalmente quieta, y se dio la media vuelta, movimiento que me permitió alcanzarla, pero por alguna extraña razón mi cuerpo se detuvo junto con el de ella, sin si quiera haberla mirado, con miedo de que fuera ella, sin saber que decirle o como decirle, como una completa tonta.

- Lo siento niñita, no soy quien tú buscas. Pero solo te daré esto.- me entrego un sobre, otra carta seguro.

- Y entonces, ¿quién eres?- le dije dudosa.

- Eso no es importante. Solo recibe este sobre, ábrelo y luego intenta encajar cada pieza, como un rompe cabezas.- me dijo

- Está bien, de todos modos gracias.- le dije con un tono bastante insatisfecha.

La mujer asintió con la cabeza y comenzó su marcha, cada vez se alejaba más y yo veía como mis pistas se iban con ella. Aunque tengo una entre mis manos y yo me encuentro quieta en vez de leer esto.

Al abrir el sobre, me di cuenta que no era una carta. Era un reloj... lo que me faltaba. Ya acabe con todos en mi casa y de regalo, me dan uno. Siento como si fuera una burla hacia mí.

Llegando a mi casa, me percaté que en mi puerta había otro sobre, bastante extraño... Lo tomé y me fui con ambos sobres a mí habitación.

- Hola mamá, ya llegue, fui a dar un paseo al parque. ¿Cómo te encuentras?- le dije a mi madre, que se encontraba recostada en el sofá del living.

- Susana, ven aquí, tú y yo debemos conversar de un tema... bastante importante, ya sea para ti, para mí y para todos.- mi madre se encontraba cansada, estaba con los ojos medios cerrados. Era bastante extraño.

- Ok.- le dije sin más que agregar y fui donde ella.

Al terminar de conversar, en lo único que podía pensar era en lo mal que estaba haciendo todo, yo solo quería encontrar a una mujer que estaba salida de un manicomio, una mujer que solo quería arruinar a mi madre y que lo único que deseaba erra arrebatarme de mi verdadera familia. Haciéndose pasar por una mujer dulce, diciendo que me quería y que yo era importante para ella, siendo que lo único realmente importante era destruir la felicidad de mi madre. Esto no se quedará así. Yo la encontraré y la haré pagar por todo lo que está causando.

Ahora más que nunca, estoy más cerca de encontrarla y poder hacerla sentir como nos ha hecho sentir a nosotros como familia.

Me fui a mi habitación, tenía mi teléfono entre mis manos, listo para mandarle un texto a Alison.

Susana (18:33hrs): Hola. ¿Te encuentras por alguna parte? Te necesito, por favor a penas veas esto, respóndeme ¿sí?

Alison (18:55): Amiga, hola, ¿cómo estás?, vengo llegando, estaba de compras. ¿Por qué me necesitas Susi? ¿Pasó algo? Contéstame, me dejaste preocupada.

Susana (18:56): Alison, al fin llegas, estoy... mmm... bastante confundida la verdad. Necesito compañía, me siento muy sola. No te imaginas todo lo que me ha pasado en las últimas horas.

Susana (18:57): ¿Quieres venir a mi casa? Así conversamos un poco y me distraigo de todo esto. Quisiera que estuvieras aquí, conmigo, comiendo helado de piña con crema de chocolate, viendo la maratón en la tele.

Susana (18:59): ¿Ali? Contéstame amiga. Si te encuentras ocupada y no puedes venir, solo dímelo, no te preocupes, ¿está bien? Cuídate Ali.

Alison (19:05): Hey amiga, yo siempre puedo. Así que mejor ven a abrirme la puerta que me congelo.

Susana (19:06): Te amo amiga, voy corriendo. No te vayas.

Alison (19:07): Tic tac, tic tac.

¡¿Qué?! "tic tac tic tac", por qué, todo ahora se relaciona con relojes. No entiendo. Alison, me confundiste aún más de lo que me encontraba. ¿Tú sabes? ¿Serás cómplice de todo esto?

Ya no sé en quien confiar y en quien no, siento que todos me esconden algo.

Alison se encontraba subiendo las escaleras para dirigirse a mi habitación a ver nuestra maratón de comedias y comer helado de piña con crema de chocolate, y yo, como siempre, parada, sin poder moverme, pegada, mirando y pensando, confundida, como ya era de costumbre.

De un grito logré salir de mi estado de shock, era Alison desde mi habitación.

- ¡¡¡Susi, ven rápido!!!- gritó.

- Ya voy.- le dije con tono aburrido.

Al entrar en mi pieza me encontré con una Alison desmayada, ¿qué habrá pasado?

- ¿Ali? ¿Te encuentras bien? ¿Me escuchas?- le dije.

- ¡¡¡BUUUU!!! Jajaja caíste.- me respondió saltando como si hubiera sido la mejor broma de la vida.

- Ja ja ja, no me causó risa.- le volví a responder con tono aburrido.

- Uy que pesada que estás, si quieres me voy.- me dijo desafiante.

- Te odio.- le dije sonriente.

- Susi, ¿qué son todos esos sobres?- me dijo apuntando a mi escritorio, que en este momento se encontraba repleto de las cartas de la mujer x, a un costado se encontraba el reloj.

- Son las cartas que te había comentado, que recibo de la mujer que dice ser mi mamá.- le dije confianzuda.

- Y éste reloj Susi.- me dijo tomando el reloj entre sus manos.

- La verdad, no tengo idea que significa. Venía dentro de un sobre al igual que todas las cartas.

- Esta noche encontraremos su significado.

Al pasar las horas, con Alison teníamos un gran dolor de cabeza, de tanto pensar y unir las cartas, intentar descifrar el inicio de todo, Alison, me contó bastantes cosas que respondían a algunas de mis dudas. Logramos encontrar el significado del reloj y el por qué me deprimía tanto el Tic tac, mis recuerdos estaban completamente nublados referente a eso, pero sé que algo debe haber.

Y bien, creo que ya me siento más satisfecha. Espero que todo esto si sea real y que Alison no me esté mintiendo como todos. Ya que al parecer todos lo suelen hacer conmigo.

Con las nuevas pistas, siento que mi mamá lo único que hizo fue alejarme de la verdadera verdad, tratarme como si fuera una tonta, encaprichada.

- Gracias amiga, has sido la única que realmente me ha ayudado.- le dije a Alison.

- No te preocupes. Lo que te pasa a ti, me pasa a mí.- me respondió.

Como una montaña rusaWhere stories live. Discover now