Once

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En la mañana del viernes, Candy y su hija se dirigiam a la casa de Stear, quien les habia invitado a desayunar. Y conversar sobre la pequeña Katie.

Sentados en el hermoso jardín, mientras veían jugar a la pequeña con su cachorro.

—Vamos, Candy. Creó que deberías pensarlo bien. Además de que te vendría perfecto tomarte esos días. Lo necesitas.

—Es que no sé, Stear. Yo nunca me he separado de Katie, ni mucho menos por irme de vacaciones.

—Pero sólo serán dos días. Albert se mereces esos días, ¿no lo crees? Además de que sería una buena oportunidad para que Katie conviva con su padre.

— Sobre eso también estuve pensando.

—¿Y que decidiste?

—Hasta que Katie comience con el colegio. Dejaré que pase un fin de semana por medio con él. Y durante las semanas podrá visitarla cuando lo desee. Siempre y cuando no sea durante nuestras salidas.

—Creo que tomaste una buena decisión. ¿Y que harás con Albert, viajarás?

—Tienes razon, me tomaré esos días con él.

—Me gusta que pienses así hermanita. Es hora de que comiences a pensar en ti, también. En formar una familia.

—Si—dijo con una leve sonrisa.

...

Horas más tarde, ya en su casa. Candy llamó a su ex marido para comentar su decisión.

—Me comporte como un imbécil, Candy. Sabes que jamás te quitaría a Katie.—sus palabras fueron muy sinceras. Parecía arrepentido.

—Esta bien Terry, no quiero volver a discutir contigo sobre Katie. Ya tome una decisión.—dijo seria—Dejaré que tengas a Katie un fin de semana por medio, y durante la semana podrás visitarla cuando quieras, pero tendras que avisame antes por si tenemos algún plan juntas. No te lo voy a negar. Después veremos bien como haremos cuando comiencen las clases.

—Me parece perfecto.—dijo muy contento.

— Mira Terry, que esto te quede bien claro. Ésto lo hago por mi hija. Porque sé que si vamos por medio de abogados llevas todas las de perder. No te olvides que unos de los motivos por los cuales nos separamos fueron de que tu no querias tener hijos. Además no quiero tener que exponer a Katie a que pase por algo asi, sería terrible para ella.

—No creas que me quedaré con los brazos cruzados.—No quería mostrarse débil ante ella— Pero tienes razón. No más pleitos, por el bien de Katie.

—Este fin de semana podrás llevarla. Pero no te olvides que el sábado a las diez tiene clase de ballet.

—No lo olvidare. Quedate tranquila. Pero... ¿no se tenías planeado ir con el doctorcito?

— Dejaré a Katie contigo. No querias que pasará más tiempo con ella?

—Por supuesto...¿Y tu?

—Yo aprovechare que, Katie esta en manos de su padre, para ir con Albert. No creó que te moleste pasar dos días con tu hija, ¿era lo que querias, no?—dijo con una gran sonrisa ya que notó que el no estaba contento con cierta parte de su decisión —¿Puedes buscarla en la tarde?

—Si—dijo serio.—¿a que hora te parece que pase por Katie?

— A las siete estaría bien. A esa hora Stear la traerá a casa.

—Bien, vendré por ella entonces.

—Gracias.

Pasada la tarde, Candy tenía una cena importante. Era la inauguración de un nuevo centro cardiológico. Donde estában invitados prestigiosos médicos de diferentes especialidades. Entre ellos Albert y ella. Y al día siguiente viajarían con su novio a Miami.

Mi Mayor TesoroWhere stories live. Discover now