Primer Día

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Capítulo 3 - Primer Día.


El fin de semana se había pasado muy rápido para nuestro rubio, el sábado a la tarde le tocó entrenar en el club de rugby como todas las semanas y el domingo había tenido un pequeño partido antes del comienzo de la temporada. A el entrenador le gustaba probar a los jugadores para poner lo mejor del club en los partidos del torneo y Gero era muy bueno, no el mejor del equipo, pero uno de los mejores sin dudas. Compartía el rugby con sus amigos de la infancia, tanto Dante como Lucas eran jugadores y al igual que el rubio, los chicos también eran de los mejores.

El calendario marcaba el día lunes 6 de marzo primer día del año escolar, hora 06:45 AM. La madre de Gerónimo estaba en la cocina junto con su esposo Juan Belli. Mientras estos desayunaban la mujer hablaba por teléfono.

- Te dije que si... Oh ya veo... - hablaba la mujer de cabello rubio y lacio de unos ojos café intensos.

Lucía era una mujer de unos 40 años y muy hermosa. Licenciada en comunicación, compartía muchos rasgos con sus hijos Gero y Agustín con los que no se llevaba muy bien últimamente. Gerónimo había sido su confidente durante su niñez, pero al crecer el rubio se fue distanciando cada vez más, hoy en día casi ni se dirigían la palabra. Con Agustín su relación también estaba fría pero no había llegado al punto en el que se encontraba con su hijo menor.

- Amor ¿puedes cortar?- dijo algo cansado el apuesto señor.

Juan era un tipo serio, durante la niñez de Gero había compartido mucho con el pero siempre fue algo frio, casi nunca pisaba la casa por trabajo. El padre de los Belli era un gran empresario de la ciudad, siempre tenía conferencias y juntas por todas partes, la franquicia de cafeterías de la que era dueño tenía sucursales a lo largo y a lo ancho de toda la Argentina. Su rostro era cuadrado con la mandíbula algo marcada y una sutil barba bien prolija, tenía su cabello de color castaño, lo tenía algo crecido, con una partidura hacia la izquierda y su cabello un poco ondulado. Sus ojos eran los mismos que los de Gero, un celeste fuerte que enamoraba a cualquier mujer que se cruzara por su camino. era un hombre alto y fornido, Tomó su taza de café y le dio un último sorbo mientras miraba algo enojado a su esposa por que hablaba por teléfono.

Los Belli no compartían mucho tiempo juntos como familia, por eso a Juan le gustaba comenzar el día junto con sus hijos y por lo menos verse las caras. Todos sabían que a su padre no le gustaba que desperdiciaran ese pequeño tiempo con los teléfonos.

El hombre miró su reloj y frunció el ceño. Lucía observo a su marido y por suerte la conversación había terminado.

- Ok... perfecto Señor Martínez, tendré el concepto artístico esta semana y hablaré con usted... adiós - dijo cortando la llamada. - Lo siento amor, trabajo - se disculpó la rubia mientras tomaba una tostada con mermelada.

- Está bien - dijo sin más pensando en que Gero no había salido de su cuarto. - ¡¡Gerónimo!! se te hace tarde para el colegio - Gritó con fuerza.

- No grites Juan. Agustín está durmiendo todavía - dijo algo molesta Lucía.

- Y ¿qué me importa? ese chico no hace nada, está todo el día al pedo. Que se levante por lo menos a desayunar con la familia - contestó tajante. - ¡¡Gerónimo!!... que no escuchas?

- Sabes que está buscando trabajo, no sabe qué hacer con su vida es joven - trató de defender a su hijo.

- Ya voy, ya voy - dijo Gerónimo mientras aparecía en la cocina con el uniforme del colegio. con una notable cara de dormido. - Buenos días. - saludó y tomó asiento en la mesa.

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