•36•

38 6 1
                                    

Entonces te besé.
Y aunque no sentías lo mismo y quizá te soltarías, lo seguí haciendo, a pesar de tu nula respuesta, y de tu bella indiferencia.
Aquella noche te quise regalar el mejor obsequio que el ser humano podría dar. De mí para ti. Todo este amor. Y yo sabía que no me devolverías este beso, porque después de todo era tu regalo y, ¿quién devuelve un regalo?
Pero me bastaba con transmitirte, aunque sea por un segundo, mi propia felicidad, y asegurarme que al menos tú (como pocos en este mundo podrán jactarse) habías recibido el beso de alguien que te amara. Que te amara de verdad.
Quizá el futuro pueda ser impredecible, pero te aseguro, que solo yo amaría tus demonios y tus perfectos, tus ángeles y tus imperfectos.

Y ese, cariño,
ese título lo ostento yo.

—————————

El Vuelo de una PlumaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora