~PRÓLOGO~

123 11 3
                                    

—Tú no eres nada, no me puedes ayudar, no te quiero cerca, me has dañado y has perdido mi confianza desde esa noche ¡¿Acaso lo olvidaste?! -grito con dolor aquella chica en medio de su desesperación, su corazón destrozado latía con fuerza, su hermoso cabello castaño que horas antes caía con pequeñas ondas ahora era un desastre que se pegaba a sus mejillas rojas debido a sus lágrimas, sus ojos antes celestes estaban adornados de un color rojizo debido a tanto llanto y el chico desde la puerta la veía con dolor pensando en la forma correcta de responder a la situación.-

—Emily, sabes que me lastimas, ya habíamos avanzado con la forma en que afrontabas las cosas, tus crisis estaban controladas ¿A dónde se fue todo eso? ¿Qué paso? ¿Qué paso con tu promesa? -dijo el chico intentando que su voz no se quebrará e intentando hacer que sonara calmada, empezó a caminar lento hasta acercase al sillón café que se encontraba en la estancia, se le veía cansado sus ojos empezaban a llenarse de lágrimas, su tristeza se notaba en los ojos verdes y no pudo retener una lágrima que iba rodando por su mejilla.-

— ¿Creíste que mejoraba? -la chica pregunto de manera sarcástica mientras aplaudía como sí festejara algo y sonrió forzadamente, dejo de aplaudir, su cara se puso seria y la tensión que ya se sentía en el ambiente empezó a verse reflejado en ella. Él odiaba ver cuando rodaba los ojos y ella hizo eso para fastidiarlo.- Me hundiste más, me destrozaste y no solo eso...- Dijo todo de manera tan fría que dolía. —Hiciste que eso que para ti es tan molesto y cobarde fuera para mí satisfactorio, liberarte y adictivo.- Su voz era adornada de crueldad y sus ojos habían dejado de soltar sus lágrimas, lo veía con una sonrisa falsa y siguió hablando mientras caminaba hacia el escritorio absorta de que él se acercaba. — ¿Creíste poder ocultarme las cosas? Sé que yo te causaba lastima y que tenías a muchas chicas más. -Dijo la chica en tono neutro que hizo que él se pusiera nervioso, pusiera más atención a los movimientos de ella, Emily se giró lentamente lo que hizo al chico ponerse nervioso, Sean se dio cuenta del sudor frío que corría por su espina y esperaba con miedo lo que Emily podía hacer.

Emily había metido su mano lentamente al bolsillo que tenía su vestido y la saco con la misma lentitud, Sean veía atento el puño aferrado a algo, dudando de lo que contenía y una pequeña gota de sangre cayo de su mano, él la siguió con la mirada y la vio caer al piso mientras esta al golpear el suelo se extendía dejando gotitas más pequeñas, su vista volvió rápidamente a la mano de Emily, vio que abrió la mano y ella contenía malicia en sus ojos y en su sonrisa.- A ella acudí de nuevo cuando todo parecía empezar, mi mejor amiga, es la única que sabe todo de mí, la única que en realidad me ayuda sin juzgarme y sin mentirme, no como a ti que mientras me ayudabas, me engañabas y yo me vengaba haciendo lo mismo con ella. Su filo es fascinante porque resbala y corta de maravilla, la suficiente presión y puedes hacer magia.- El chico la vio alarmado porque no se dio cuenta de lo que ella sabía, Emily jugaba con la navaja, dejando pequeños cortes en sus dedos, se veía como pequeñas gotas formaban una más grande cada vez que caía otra, la cara de Emily se contrajo y volvió a soltar lágrimas- Tranquilo, esto no durará mucho y no dolerá tanto como lo que me hiciste.

— Por favor Emily no lo hagas.-dijo sin pensar las palabras, se llevó las manos a la cabeza y empezó a llorar y jalar su cabello con desesperación.- Reconozco que la cague y la cague bien bonito, fue mi error, está bien... lo sé, lo acepto y yo lo siento muchísimo, sé que no arregló nada diciendo esto y mucho menos justo en estos momentos pero... déjame ayudarte, por favor, esta vez todo será diferente, solo tú y yo.- dijo con la voz rota y tratando de hacer tiempo para armar un plan para evitar que se hiciera daño, Emily de manera rápida y con la mano firme, hizo un corte vertical en su brazo izquierdo y Sean que se había quedado estático reacciono cuando un gemido de dolor salió de los labios de ella. — ¡NO, EMY! – ella rápidamente con dificultad y suficiente fuerza hizo un corte de la misma manera vertical y se apreciaba que también era profundo, en su cara se apreciaba que le dolía, vio a Sean a los ojos, su mirada vacía desarmo al chico y sintió su cara contraerse al ver a la única chica que empezaba a querer muriendo.-

— Yo te amaba, pero eso no te basto y decidiste buscar más aunque no tuvieran lo que querías en realidad, seguiste y seguiste jugando conmigo, fuiste la persona que más quise y para mi mala suerte fuiste quien más me destruyó.- dijo viéndolo con una mueca por el dolor- ¿Por qué lo hiciste? -dijo con un hilo de voz y...

Continuará...

El psicólogo y la suicida ✨Where stories live. Discover now