El amor es tu peor virtud (Xavierine)

El amor es tu peor virtud

Quizás él jamás se imaginó que caería enamorado ante la versión joven de su guía, su mejor amigo..., y profesor.

Logan Howlett no era un sujeto que fácilmente mostrara interés en alguna persona o cosa específica. Aún podía recordar cómo había tratado mal a Charles, más bien en como lo había tratado de la misma forma como a cualquier persona desconocida que no le produjera algún vago interés de portarse amable. Desde haberle dicho que se vaya a follar con su mejor amigo, hasta llamarle "rueditas". Bien, Charles no merecía la descortesía de Howlett; nadie lo merecía, pero el tipo había sufrido demasiado, un par de palabras ácidas no provocaban más que un fruncimiento de cejas o fastidio, sin pasar más allá de eso.

Charles, ya estaba acostumbrado a escuchar a Logan siendo grosero o portarse huraño con todos, sólo que con el tiempo esa actitud dejó de ser mostrado ante el telépata. Charles se había ganado el cariño y confianza de Logan, algo por lo que no hizo un esfuerzo meramente monumental. El secreto en Charles radica en tratar a todos por igual, a tratarles como humanos, que a pesar de no serlo enteramente, los mutantes poseían tantos defectos como virtudes de los seres humanos comunes: miedo, ira, resentimiento, culpa..., y amor.

Claro que hay más defectos y virtudes, y puede ser necesario aclarar que los mutantes también comparten muchas o todas de esas virtudes habidas y por haber, con los humanos.

Logan no parecía entender del todo bien esto, sobre todo Erik, quién confiado en su ideología de la supremacía mutante, pasaba por alto este tipo de cuestionamientos que podían recordarle que los mutantes aún poseían humanidad. Pero bien, a Logan no le agradaba recordar al entonces mejor amigo de su mentor. Era bien sabido por todos de cuanto dañó y destruyó Erik a Charles.

Podría llamarse suerte ver al telépata pasearse con una cálida y tenue sonrisa por los pasillos de su institución, animando a sus alumnos y siempre teniendo tiempo para escucharlos y ayudarlos. Charles, había renunciado a su propia felicidad a cambio de seguir con ese sueño casi egoísta de paz. Quizás para probar un punto, o lejos de probarlo, volverlo una obsesión u objetivo de vida o motivo del mismo. Logan no podía asegurar bien de que se trataba todo esto, le entristecía ver al profesor en momentos donde ni él mismo podía ocultar su soledad.

El problema para Logan, es que Charles no siempre deseaba hablar de sus propias inquietudes o miedos con los demás. Logan tenía toda su confianza y cariño, no dejaba de recordarle que él fue su alumno más difícil y haberlo ayudado fue una meta lograda para el telépata, pero verlo como un simple reto estaba lejos de su real percepción en el canadiense. Charles le había agarrado un especial cariño a Howlett.

El día en que Logan tuvo que viajar al pasado, no esperaba encontrarse con las mismas versiones contemporáneas. Él, sin embargo lucía exactamente igual, no había gran cambio en su aspecto, en los demás otra cosa podía esperarse, lo que le hizo difícil las cosas.

Y es donde toda la confusión comenzó en él.

Había recordado conocer a Charles y Erik en 1962, cuando ambos muy jóvenes, joviales y entusiastas, le habían ofrecido a unirse al entonces equipo X. Sin embargo, no esperó un gran cambio en el aspecto de ambos hombres 10 años después.

Erik, con las fotos que había obtenido Logan de la prisión, lucía casi idéntico como aquella tarde de primavera, en la que acompañado de aquel simpático castaño, bajito, ojos azules y pecas regadas en partes de su pálido rostro, fueron a ofrecerle un lugar con ellos, en donde de forma grosera Logan los despidió. Tenía otras cosas mejores en que pensar, ¿La humanidad que había hecho por Logan? Sólo servirle trago tras trago, o no ser tan insoportable e insufrible cuando lo que Logan necesitaba era pasearse por el mundo de forma incógnita, sin desear hacerse el héroe o villano con sus garras. Sólo vivir una vida tranquila y solitaria, cuál lobo de bosque invernal.