Capítulo 25

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Vanesa.

Te dije, linda, que me la cobraría.

Desperté de repente, la cabeza me daba vueltas y en mi boca se había instalado un sabor amargo.

La habitación todavía seguía bañada en sombras, pasé una mano por mi rostro adolorido.  No había sido un sueño.

Ramírez se atrevió a entrar en mi casa, a matarme, porque sabía perfectamente que había perdido el juicio y quiso vengarse. Sino fuera porque Damian llegó justo después no sé que habría sido de mi.

Me di la vuelta de costado y coloqué una mano debajo de mi mejilla inflamada. Damian estaba boca arriba, durmiendo. Su pecho se elevaba con su suave respiración.

Mordí mi labio inferior contemplándolo, cuando dormía, él parecía otra persona. Me acerqué mas a él y lo rodeé con mis brazos apoyando mi cabeza en su pecho desnudo.

Lo oí suspirar y coloqué su brazo alrededor de mi cintura. Con una sonrisa en el rostro me volví a dormir.

...

Algo estaba haciéndome cosquillas en el tobillo.

Me removí quedando boca arriba y abrí los ojos. Damian se encontraba al borde de la cama acariciando mi pierna.

Sus ojos brillaban y la luz iluminaba su hermoso rostro.

- Buenos días, princesa.

Sonriendo gateé hasta él, rodeé su cuello con mis brazos y prácticamente quedé en su regazo.

- Hola - murmuré. La sonrisa desapareció, ahora su rostro tenía una mezcla de preocupación y enfado.

Pasó su dedo índice por mi mejilla. Ya no dolía, pero la sentía hinchada e inflamada. Pensé en lo que pensaría la gente al verme en la universidad.

Grité y me aparté de Damian de un salto, bajé de la cama y busque mi móvil. Mierda, mierda, mierda.

- ¿Que pasa? - se levantó y vino hacia mi preocupado.

- La universidad, ¿que hora es? - el rostro de Damian se suavizó, sacó el móvil de su bolsillo y miró la hora. - Aún tienes tiempo.

Pasé los dedos por mi pelo a modo de peine, tendría que ir a casa a por la ropa y los libros. Abatida me deje caer en la cama.

- Vanesa, si no te encuentras bien, no vayas.

La verdad no me encontraba nada bien, me dolía la cabeza, la cara y sentía que pronto comenzaría a llorar. Ayer casi me matan y hoy me estaba pasando factura.

- ¿Puedo quedarme? - pregunté mirando al techo, noté otro peso en la cama, Damian se colocó sobre mi sin llegar a aplastarme.

- Puedes quedarte toda la vida, si quieres - susurró.

Lo agarré del rostro y lo besé. Se sentía bien volver a tenerlo contra mí, succioné su labio inferior jugando con el, atormentándolo. Cuando la cabeza comenzó a darme vueltas separé su boca de la mía.

Aún tenía los ojos cerrados y su respiración estaba agitada, cuando abrió los ojos un brillo travieso reclamó el azul de sus ojos, - me vuelves loco.

Riendo besé su mejilla, - ¿que vas a hacer hoy?

- Tengo unos asuntos que arreglar, pero luego seré todo tuyo.

No me atreví a preguntar a que asuntos se refería. Aunque esperaba que no fuera nada grave.

Damian.

Bésame y te golpearé © - EditandoWhere stories live. Discover now