Temible Desafío

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Ranma y Ryoga estaban nuevamente en el cuarto del colmilludo. La cena había sido extrañamente agradable. Se notaba que la familia de Ryoga lo quería mucho y su padre actuaba cariñosamente con él

- Oye ¿estás bien? - le preguntó el Hibiki al ver que estaba en la luna

- Si... solo estaba pensando - respondió recordando donde estaba, y con quién

- Eso es raro en ti - soltó Ryoga sin pensar distraído con los recuerdos que coleccionaba. Hasta que su rostro dio contra todos ellos... gracias a una patada de la pelirroja - ¡¡SE PUEDE SABER QUE TE HICE AHORA!! - Gruñó quitándose una réplica de la torre Eiffel del rostro

- Ya sabes lo que hiciste... me insultas después del enorme sacrificio que estoy haciendo por ti. Idiota

- Pues yo no te pedí que lo hicieras - le respondió de manera cortante. La chica le miró molesta...

- ¿Si? Entonces me largo. Buena suerte con tu futura esposa P-chan - dijo tomándose otra vez el cabello dispuesta a volverse chico como siempre. Iba a cruzar la puerta, cuando el Hibiki la detuvo.

- Perdóname - soltó sin más - No creí que te enfadarías tanto. Casi pareces una chica... - le dijo algo confundido viendo lo linda que se veía vestido así. Era demasiado...

- Debo serlo, si no tu madre... - Ranma fue interrumpido por la puerta que se abrió de golpe y sin previo aviso. Los dos chicos sudaron frio... - Señora Ryoko que gusto verla - dijo en modo chica linda

- Madre... que haces aquí...

- Vine a llevarme a tu novia un momento, no te preocupes, la traeré pronto - respondió la señora Hibiki con una sonrisa dulce, que al mismo tiempo aterraba. Ranma miró a Ryoga suplicando ayuda con los ojos, pero él no podía hacer nada. No tenía idea de lo que su madre pensaba hacer. Ahh, era un problema mayúsculo cuando se obsesionaba con algo.

Sin más ambas mujeres salieron de la habitación. El señor Hibiki observó como su esposa arrastraba a la chica a una de las habitaciones de la casa, que por cierto no sabía cuál era. Abrió la puerta y vio a Ryoga igual de confundido que él...

- ¿A dónde va tu madre? - preguntó observando cómo prácticamente la llevaba a la fuerza a una parte de la casa a la que él nunca iba

- No lo sé... ¿va a hacerle algo malo? - respondió con otra pregunta poniéndose de pie un poco nervioso. Si era así, debía intervenir...

- Tranquilo, creo que solo está acercándose a ella, a su modo. Ya la conoces... - le dijo a su hijo con una sonrisa. Era solo recordar aquella época en la que se habían conocido... todo era una locura. Y por eso la amaba.

- De acuerdo... descansa papá

- Hasta mañana - respondió su padre y cerró la puerta tras de sí.

Por su parte, la pelirroja y Ryoko estaban en una habitación que era más bien como un closet enorme. Ranma miraba a la señora con terror. No podía saber que es lo que ella estaba pensando y eso le asustaba mucho... además de solo imaginarla averiguando su secreto le hacía sentir pánico...

- Eh... este... - la pelirroja comenzaba a tartamudear torpemente - ¿Por qué estamos aquí? - preguntó lo mejor que pudo... Ryoko se volvió hacia ella y le sonrió. Ranma sintió un escalofrío avanzando por su espalda

- Solo quiero prestarte un pijama... imagino que no trajiste nada para cambiarte, ¿verdad querida? - La pelirroja parpadeó un momento y luego respiró con un poco más de alivio. Vaya, solo era eso... - ¿Cuál de estos te gusta? - preguntó la bella dama enseñándole dos conjuntos demasiado... "reveladores".

La Prometida de Ryoga (Finalizada)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora