1.Problemas de altura

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Llegue al centro comercial, a ese, al qué me gusta ir desde hace ya un tiempo, tenia de todo y la gente "Amargada" seguro ahí no se aburría; Estaba el Cine, Tienda de Mascotas, Tienda de discos, y lo que no podía faltar. De hecho lo más importante... LA LIBRERÍA.
Adentro ya, me encontraba yo, mañoseando cada libro interesante, eso de verdad me entretenía y podía pasar mucho tiempo sin que nadie pudiera sacarme de ahí.
El olor a libros era muy agradable a mi sentido nasal. Una librería por lo general es un sitio donde hay mucho ruido, podemos encontrar también mucho drama. Es relativamente un mundo lleno de caos, pero uno muy discreto.

Ese día, no vi a mucha gente, sólo estaba una Mamá y su pequeña Hija, a la mamá, se le veía preocupada y algo desesperada. Quizá no encontraba lo que buscaba, no sé, alguna novela erótica, ¿trilogía tal vez?, Quise acercarme a su auxilio hormonal, cuando... De pronto, se acercó una persona, era un él, retrocedí. Aunque no lo había visto en el lugar antes; supongo que era nuevo y apenas comenzaba a trabajar ahí, en la librería; mí ¡LIBRERÍA!, era más alto qué yo, tenía un cuerpo qué en ese momento quería en mí, y hablo de tener un físico igual o al menos parecido al de él; tenía el cabello obscuro y más abajo, unas cejas qué le enmarcaban el rostro casi perfecto, de un tono más claro qué el de su sedosa cabellera, no la había tocado aun, pero sabía qué era así. Y más abajo, una nariz qué, parecía haber sido moldeada por los mismos Ángeles, y pensé, en qué ese chico definitivamente se había equivocado de trabajo. De sus labios, no puedo decir menos, eran... de un color rosado, tan rosado qué parecía qué estaban pintados con algún bálsamo.
Me quede, tanto tiempo examinando su persona, qué me olvide por completo a lo que había ido a ese lugar, la razón por la cual estaba ahí, y esa era, conseguir un buen libro. Retire mis ojos de él, con un enorme suspiro y seguí toqueteando los libros, cuando... buscaba alguno que me llamara la atención, después de estar casi una hora y media en el acto. Fije mi mirada en lo alto de una repisa y al verlo se me iluminaron los ojos, no podía creerlo, era la segunda parte de, uno de mis libros favoritos "Si yo fuera, lo que tú quisieras que yo fuera", trate de estirarme para lograr alcanzarlo, pero en ese momento maldije, contra mi genética, no era tan alto, salí igual a mí madre de estatura, toda nuestra familia, por su parte son personas qué no miden más de 1:50 cm, así que me sentí, tonto. Y creo que deberían de no poner libros hasta el techo; eso es bullying literario, me dije esbozando una sonrisilla burlona.
De pronto... Sentí, una presencia, algo cerca de mí, cuando me di la vuelta, me lleve una sorpresa al darme cuenta que aquel, él, de hace un momento, el guapo, qué ayudo a, la madre, con su libro o lo qué anduviera buscando, estaba justo ahí, parado frente a mí. Tenerlo tan cerca, fue una sensación extraña, vi primero su cuello, ya que mí altura no apremiaba a más. Y en ese momento, mi corazón latió como sí, estuviera confundido, una sensación de calor, invadió todo mí cuerpo. Aspire, las notas del perfume qué llevaba, canela tostada, con un toque de vainilla amaderada y yerbabuena. Me embriague de un solo respiro, después subí más la vista y... ahí estaba su rostro, en lo alto. Creo que antes de quedarme paralizado, él, me estaba preguntando algo que ni siquiera había escuchado.

— ¿Necesitas ayuda?, ¿Quieres qué te muestre algún libro? —. Volví al presente, confuso.

— Si...si, disculpa, quiero ese libro de allá arriba, ese, el de la portada amarilla. — Vaciló un momento y después... Bingo, pudo alcanzarlo, me sentí muy contento.

— No sé a quién demonios, se le ocurrió, poner estos libros tan altos — Dijo, mientras me daba el libro de entre sus grandes manos y al momento, esbozaba ahora él, una sonrisa. Unos dientes blancos, se asomaron de entre sus labios rosados, eran más blancos, qué las páginas contenidas en aquel libro, que ya sostenía en mis manos.

— Gracias, y disculpa las molestias, qué te pude haber ocasionado — Le dije con algo de pena.

— Descuida, para eso me tienes... digo, para eso trabajo aquí — Lo note algo encendido y después continuo — Tú me entiendes. — De momento soltó una pequeña carcajada.

— Bueno, trabajas aquí para vender libros, no para solucionarle a la gente sus problemas de altura — Me miró con extrañeza.

— Supongo, qué a veces, es parte del trabajo. ¿Recuerdas a la mujer de antes?

— ¿La mujer qué venía con su hija?, sí, la recuerdo.

— Buscaba una novela erótica y no la encontraba, sí no me hubiera acercado a ayudarla, te prometo qué se hubiera arrancado parte del cabello — Volvió a sonreír y después rio.

Sabía qué buscaba una novela de ese género o al menos así lo intuí, me sentí expectante y reí junto a él.

— Me tengo que ir, fue un gusto encontrarme contigo hoy, te agradezco, además y una vez más, tu ayuda.

Medi la vuelta y antes de acercarme a pagar, casi olvidaba que, no mencionó sunombre y no sé me había ocurrido preguntárselo. Además lo necesitaba para quéla encargada de la caja de ese día, supiera quien me había atendido. Ahí, seturnaban a cobrar, cada día había alguien diferente, y el día qué no te tocabaestar en caja, atendías como en ese caso, me atendió, él a mí.
Así qué, me gire, antes de llegar a la caja y le grite, ¿Cuál es tu nombre,amigo?
Se volvió hacía mí, y con una sonrisa, dibujada en sus labios, aún rosados,gritó... ¡Gabriel!         

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⏰ Last updated: Dec 02, 2017 ⏰

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HERMOSA FALSEDADWhere stories live. Discover now