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( ...... )
La calle se encontraba totalmente vacía, algo raro tomando en cuenta que vivían en la zona centro de Seúl. Tenían suerte, llegarían a tiempo a la reunión junto a la familia de NamJoon.
—¿Sabes que te amo?— mencionó Jin con una sonrisa la cual ocasionaba que sus adorables ojos se hicieran más pequeños.
—¿Puedes repetírmelo? Me gusta escucharlo— NamJoon pidió con una sonrisa, manteniendo su vista fija en frente. Frenando en el semáforo que había quedado en rojo.
—Te amo, te amo, te amo— Repitió SeokJin aquella frase cuantas veces pudo. volteo hacia el moreno, tomándolo delicadamente del rostro con sus suaves manos, acercándolo más a él para darle un corto beso.
—Y yo te amo a ti— Nam regresó el beso en los labios del castaño y se separó segundos después.
"Es imprudente desconcentrarme" pensó.
—Más que a nada en este mundo—habló una vez más NamJoon mientras le miraba a los ojos y llevaba una mano al vientre de Jin para poder acariciarlo—...Y a ti también.
¡Verde! Al fin cambio el color de ese semáforo; que a su parecer había pasado horas en rojo.
Ambos se dedicaron una de esas miraditas en las que sólo se notaba el amor tan puro que sentían.
Sólo unos segundos, un semáforo en verde y un camión cruzando por el lado contrario para que su vida fuera destruida por completo.
En tan solo unos malditos segundos.
( ...... )
Cerró los ojos, le desesperaba escuchar aquel tacto producido por los autos y el sonido de las bocinas tocando por toda la avenida.
Necesitaría mucho tiempo para salir de allí.
( ...... )
NamJoon abrió los ojos en el momento que sintió un fuerte dolor de cabeza y sangre corriendo por su rostro; entró en pánico apenas notó el estado de su cuerpo, con heridas y mayormente dañado por pedazos de vidrio incrustados en su piel.
Con las pocas fuerzas que le quedaban y a pesar de que se encontraba aún aturdido por el golpe salió como pudo del automóvil que se encontraba volcado hacia abajo, arrastrándose en el pavimento, tratando de facilitar su salida.
Cuando por fin logró salir aún estando en el suelo por el grave estado de las heridas, se dio cuenta de lo que había sucedido; el auto se encontraba prácticamente destruido, era un milagro que siguiera con vida. El camión rojo que se había cruzado en el camino estaba un poco más atrás estrellado contra un poste de luz.
¿Era el único que se encontraba allí contemplando aquella horrible escena?
De repente, un millón de imágenes llegaron a su cabeza. Los últimos segundos antes de que ocurriera el accidente "Te amo" era la única palabra que rondaba por su mente.
Le tomó varios segundos antes de que asimilara todo lo sucedido y en medio de lágrimas, NamJoon, se encontraba desesperado, gritando y pidiendo ayuda a las personas que de igual forma estaban alarmadas por el accidente. Pero lo único que le importaba era Jin.
El castaño se encontraba dentro del auto herido, posiblemente estaba inconsciente por el fuerte impacto.
Un sin fin de horrendas posibilidades pasaron por su cabeza; estaba herido y estaba esperando un hijo.
Eso fue lo último que pudo ver antes de caer inconsciente de nueva cuenta.
( ...... )
Al fin había logrado salir del caos que había en las calles.
Bajó del auto sin importar la fuerte lluvia que había, sin intentar tan siquiera cubrirse; de inmediato apresuró su paso para entrar a ese frío hospital, recorrió los interminables pasillos de paredes blancas, hasta que llegó a su destino.
Las enfermeras se paseaban por los pasillos, ya se habían acostumbrado a su presencia en ese lugar.
Se acercó a la linda recepcionista mientras aun se encontraba agitado por lo rápido que había sido la caminata.
Ella con tan solo una sonrisa y él sin decir una palabra le indico que podía pasar.
Fue rápidamente al área de maternidad, es ahí donde la vería como siempre; logró distinguir entre una de las enfermeras a una señora de poca estatura. Ella sólo sonrió al notar la presencia de NamJoon.
—Acompáñeme, Señor Kim— indicó la mujer antes de ponerse en marcha hacia la habitación. Nam la siguió rápidamente.
Al llegar ella volteo a hacia él apenas entraron al lugar.
—Debería quitarse esa chaqueta, señor, esta húmeda y podría pescar un resfriado— asintió y se la quitó—. Allí se encuentra— indico con un dedo—, no debe despertarla aún, volveré en un rato más con los papeles del alta medica.
—Señorita...—le llamó con la voz temblorosa, la enfermera volteo y asintió en señal de que lo escuchaba— Antes de que me vaya ¿Puedo pasar a ver a mi esposo?
—Claro que sí, señor Kim, cuando regrese lo llevaré a la habitación— le dijo con una sonrisa para así retirarse.
Después volvió su vista a la bebé que estaba en una pequeña cuna, la cual estaba durmiendo profundamente.
Su rostro se ilumino como nunca antes al verla; al fin podría tenerla cerca de él esta tarde.
Se acercó a ella con suma delicadeza para no emitir ningún sonido que pudiera despertarla. Al fin podía verla sin todas aquellas maquinas a su alrededor y no tenía que mirarla a través de un cristal.
