El hilo rojo:

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Cuenta una leyenda que las personas destinadas a conocerse están conectadas por un hilo rojo. Este hilo nunca desaparece y permanece constantemente atado a sus dedos, a pesar del tiempo y la distancia.

No importa lo que tardes en conocer a esa persona, ni importa el tiempo que pases sin verla, ni siquiera importa si vives en la otra punta del mundo: el hilo se estirará hasta el infinito pero nunca se romperá. Su dueño es el destino. Profundicemos en esta mágica leyenda.

"Nunca podrás escapar de tu corazón, así que es mejor que escuches lo que tiene que decirte..."

Para los japoneses, que saben tanto e intuyen más, las relaciones humanas están predestinadas por un hilo rojo que los dioses atan a los dedos meñiques de aquellos que se encontrarán en la vida. De acuerdo a la leyenda, las dos personas conectadas por este hilo tendrán una historia importante, sin importar el lugar, el tiempo o las circunstancias. El hilo rojo se puede enredar, contraer y estirar, como seguramente a menudo ocurre, pero nunca se puede romper.

Esta leyenda, tanto más estética que la de las almas gemelas, surge cuando se descubre que la arteria cubital conecta el corazón con el dedo meñique (que es la misma razón por la que en tantas culturas se cierran promesas al entrelazar este dedo con el de otra persona). La delgada vena que va del corazón a la mano se extiende por el mundo invisible para terminar su curso en el corazón de alguna otra persona. Pero a diferencia de otras supersticiones amorosas, la japonesa no se limita a la pareja, ni a una sola persona a la que estemos destinados a encontrar. Habla de una suerte de ramificación arterial que surge de un dedo hacia todos aquellos con los que haremos historia y todos aquellos a los que ayudaremos de una manera u otra. Para la imaginación ontológica, el mito del hilo rojo es una manera de entender nuestro itinerario de encuentros como una trama predeterminada donde las relaciones de pareja, los roces íntimos y todas las pequeñas historias que enlazamos con otros no son triunfos ni accidentes del azar sino parte de un tapiz escarlata cuyos hilos nos fueron dados al nacer pero nosotros tejimos.

Uno de momento no ve el por qué de las cosas, uno siempre lo que se pregunta en esas situaciones es; ¿por qué? ¿Por qué a mi?. De momento uno tiene los ojos tapados con un venda, y va por un tiempo tratando de vivirla ciegamente, uno no sabe que el amor propio es fundamental, que para amar a otro, debe amarse uno mismo.

El amor es grandisímo, las consecuencias y topes no existen en su lista, el amor es más que un tamaño, una edad, un color de piel, o la distancia que haya en dos personas, el amor no tiene limites cuando se siente realmente y sobre todo si esta en viceversa, si es puro.

El amor cruza todo ello, no importa la distancia, tiempo, lugar o una cualidad misma, el amor es perfecto, por dos personas imperfectas que lo hacen ello, el amor no es complemento, el amor es ser tu mejor versión, la buena, la mejor. El amor, no tiene límites, el amor no tiene pocisión financiera, el amor es perfecto cuando dos personas de distintos pensamientos se encuentran, por qué estaban destinados a ello, el famoso "hilo rojo".

Por que de eso se trata, de dos personas con gustos diferentes, pensamientos, costumbres, enseñen su mundo al otro, que sea una bina mixta, con amor incondicional al otro.

Superación a tú yo de antes.Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ