Me heriste como una bala. ¿Que estúpido, verdad?
Nadie creería en esa comparación. Pero es verdad.
Duele como una maldita y me desangra; roja, espesa, metálica.
Me desangro sola en el baño y nadie toca la puerta.
Nadie se interesa, ni siquiera tú.
Ni siquiera cuando fuiste el responsable, no tienes la decencia para llamarme y ver si estoy bien.
¿Alguna ves te preocupaste?
No lo creo, no cuando dejas que saque la bala con mis propias manos.
No cuando dejas que limpie el desastre que por derecho nos pertenece a los dos.
Me declaro responsable, culpable.
¿Pero cuando aceptas tú la culpa? ¿A que hora? ¿En que momento deja de doler?
No importa. A ti solo te importa quedar bien.
¿Escuchas esa tristeza?
No, la tristeza no se puede escuchar.
Pero mis llantos sí.
La verdad es que me herí yo misma al enamorarme de ti.

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Frases para olvidar.
RandomUna recolección de todo lo que me callé, de todas las cosas que nunca dije. Cualquier parecido con la realidad, es mera coincidencia. (Todas las frases y escritos que aparecen esta obra me pertenecen.)