"Y eso es todos lo que necesitas saber sobre nuestro Nammie." dijo la señora Kim mientras se dirigía hacia la salida de su hogar, donde su esposo la esperaba, luciendo un costoso vestido de diseñador siendo seguida por un chico de cabellos negros de no más de 14 años. "Los números de emergencia están pegados en la nevera, cuida bien de mi pequeño, Seokjin."
"Namjoon está en buenas manos." con un asentimiento de cabeza, la puerta fue cerrada emitiendo un ruido sordo que resonó por toda la estancia que poco a poco fue sintiéndose más fría y solitaria. Seokjin dejó escapar un suspiro y con la mirada recorrió el pasillo que daba hacia las escaleras mientras apretaba el agarre en su rosada mochila.
« Bien... es hora de buscar al mocoso. » pensó mientras se dirigía escaleras arriba.
Algo le decía que esta noche sería una muy pero muy larga.
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"¡Suéltame!" exclamó el pequeño mientras se aferraba con todas sus fuerzas del marco de la puerta de su habitación siendo jalado de sus tobillos por un muy molesto Seokjin.
"Debes ba-jar a co-mer" cada palabra dicha por el mayor salió forzada debido al gran esfuerzo que hacía por tratar de separar a Namjoon del marco.
"¡No tengo hambre!"
"Nam-joon ¡suel-ta el mar-co, maldita sea!"
Y sin más ambos cayeron al suelo cuando Namjoon, sin poder mantener su agarre por más tiempo, se soltó del marco de la puerta.
"¡Alfa tonto, alfa tonto!" exclamó el menor en cuanto pudo reincorporarse corriendo escaleras abajo. "¡Alfa tonto!"
Jin simplemente se quedó extendido en el suelo observando el techo de color blanco. No tenía ni dos horas cuidando del menor y ya estaba agotado. De alguna forma u otra, Namjoon se había dedicado a gastarle una broma tras otra, es como si tuviera bromas escondidas por toda la casa. Hasta que escuchó el sonido de la puerta principal siendo cerrada. Con ojos abiertos igual que dos platos se reincorporó y corrió escaleras abajo tratando de no caerse por estas.
Cuando llegó a la planta baja pudo darse cuenta de que los zapatos de Namjoon no estaban.
Seokjin comenzó a entrar en pánico.
Namjoon se había ido.
El mocoso de tan sólo 8 años había salido de casa a tan altas horas de la noche.
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"¡Namjoon!" gritaba por las calles, preguntaba a las personas que veía pasar si habían visto a un niño de 8 años correr por ahí, pero la respuesta siempre era la misma.
Nadie había visto a Namjoon por ningún lado y sus esperanzas de encontrarlo se iban reduciendo a medida que el tiempo avanzaba. Los señores Kim no tardarían en llegar y sin duda entrarían en pánico si se enteraban que su bebé había desaparecido.
« ¡Estoy en muchos problemas! » pensó mientras corría por las calles.
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En lo alto de un edificio se encontraba un niño de piel morena apoyado en el muro de cemento observando lo hermosa que era la cuidad de Seúl por la noche.
El pequeño consideraba ese sitio como su lugar secreto, de alguna forma el observar el movimiento nocturno que tenía la ciudad le hacía sentir bien. Estar a semejante altura le hacía sentir que podía volar y el viento meciendo sus hebras castañas, y acariciando su cara sólo aumentaba esa sensación.
Sabía que posiblemente su niñero estaría teniendo un ataque de nervios por su repentina desaparición. No, posiblemente no. Es muy seguro que Jin esté pasando por un ataque de nervios tratando de dar con él.
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De Dimensiones, Travesuras y Mochilas Rosas;; OS;; JinNam
Fanfiction» Ese niño es malvado, es frívolo, siempre hace cosas para quedar como un santo delante de sus padres, a pesar de que sólo tiene 8 años, rompe todo lo que toca en gran mayoría, pero... al mismo tiempo tiene algo que me impide alejarme, algo misterio...
