Capítulo 12: Arrepentimiento

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Capítulo 12: Arrepentimiento

Me había marchado a paso ligero del enorme edificio con el apellido ''Hunter'' en sus cristaleras.

Di la vuelta para verlo de frente, a lo lejos. Mi corazón se contrajo enormemente, la idea de no volver a ver a Bruce resultaba devastadora, pero ¿qué iba a hacer? Estaba cayendo al vacío y debía parar a tiempo, por más que quisiese ser fuerte y auto engañarme repitiéndome día sí y día también, que podría ver a Bruce como un simple jefe, sabía en el fondo que no era cierto. En absoluto.

Me di la vuelta para ir ¿a dónde? No tenía el piso, mi ropa y mis pocas cosas estaban en la casa de Bruce y por supuesto, encontrar un trabajo no era algo que se consiguiese en dos días.

Mierda...

Me senté en un banco de hierro, viendo a la gente pasar, todos con sus vidas, sus quehaceres y sus planes.

Volví a sentir el peso de la orfandad sobre mis hombros, yo no era nadie.

Ir a casa de mi tía era lo último, y cuando decía último, me refería a que consideraba la idea de tirarme de un puente antes que regresar con ella.

Quizás era demasiado orgulloso, pero ¿qué le iba a hacer?

Volver a hablar con mi jefe era otra solución, quizás si me pusiese en las mías se dignara a pagarme lo que me debía.

Contando que eran tres meses de trabajo, podría darme para empezar de algún modo, un alquiler ni de coña, pues te exigen una nómina, pero a lo mejor una pensión barata, hasta que encontrase otro empleo...

La imagen de sus ojos entristecidos y decepcionados me abordó de nuevo, ¿me echaría de menos como yo le iba a echar a él? En ese momento estaba seguro de que no, y algo se me había roto por dentro cuando me di cuenta de que no vendría detrás de mí a buscarme.

Seguí a paso ligero hasta mi ''ex'' trabajo, y un cubo de agua fría me cayó encima al ver el letrero colgado de ''se traspasa''.

Cogí el móvil para llamar a mi ex jefe y me salió una voz femenina y automática informándome de que la línea había sido restringida.

Agaché la cabeza al suelo, quise matar a alguien, cuando acepté aquel trabajo tuve otra oferta más, que era más lejos del piso y al final, decidí decantarme por este, ¡cómo iba a imaginar que pasaría algo así!

Si hubiese tomado la otra decisión, hubiera seguido trabajando, pagando el alquiler y con la nevera llena.

Pero... no hubiese conocido a Bruce.

Suspiré.

¿De verdad? ¿De verdad estaba pensando que merecía la pena quedarse en la puta calle, sin un duro, solo por haberle conocido?

Sí.

Bruce Hunter valía eso y más, ahora me doy cuenta de ello y lo reconozco, puedo añadir además, que morir al día siguiente me parece un buen pago, por estar una noche en sus brazos.

El amor de Bruce era el amor más caro del mundo, porque era auténtico.

Pero yo en esos momentos no estaba preparado para pensar en el amor, ni siquiera para darme cuenta de lo que estaba pasando delante de mis ojos y no era capaz de ver.

Estaba ciego por un hombre del que no sabía nada, del que no podía hacer más que sacar meras conclusiones y al que creía, que nunca volvería a ver.

''Se acabó'' Recuerdo que dije en ese momento dirigiéndome a la casa de Daniel, para pedirle algo de ropa prestada y así vender el traje, que era caro, y el móvil.

La pesadilla de BruceWhere stories live. Discover now