II

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Luego de un par de horas angustiantes para uno de los únicos testigos del pequeño accidente de aquel chico, Yuuri tuvo que llamar tanto al contacto de su jefe como a su jefe para informar de la situación, de alguna manera se sentía algo responsabl...

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Luego de un par de horas angustiantes para uno de los únicos testigos del pequeño accidente de aquel chico, Yuuri tuvo que llamar tanto al contacto de su jefe como a su jefe para informar de la situación, de alguna manera se sentía algo responsable luego de todo lo que vio.

—Disculpa...—Una enfermera le tocó el hombro a Yuuri, quien se había quitado el saco y la corbata de su trabajo para estar al menos un poco más cómodo durante su espera. — ¿Eres acompañante del joven Otabek Altin? —Yuuri asintió pues sólo se sabía el nombre del muchacho. — Ya está bien, fue un caso de apendicitis nada serio, llegó a tiempo antes de que las cosas se pusieran feas, despertará en unos minutos por si quieres pasar a verlo.

Antes de que el japonés pudiera decir algo siquiera, un muchacho rubio con un ojo cubierto con su mismo cabello hizo acto de presencia, ganándose la atención de todos al instante ya que, para sorpresa del japonés, era Yuri Plisetsky, un gran modelo de reconocidas pasarelas.

—Oiga señora...—Y también conocido por su forma tan descortés de tratar a las personas. — Busco a Otabek Altin, me dijeron que enfermó y lo trajeron aquí...¿Qué miras, cerdo? —Yuuri se encogió de hombros mientras desabotonaba los primeros botones de su camisa y realizaba una pequeña reverencia a la enfermera.

—Al parecer ha llegado alguien que ese chico conoce, yo debo ir a casa ahora, mi número está registrado así que no dude en llamarme si algo sucede, muchas gracias por todo. —La mujer asintió y se despidió de aquel lindo joven de lentes.

Al final, cuando Otabek se despertó, lo primero que vio fue la preocupada expresión de su mejor amigo a un lado de su cama. Algo desorientado y decepcionado (porque realmente esperaba volver a ver al lindo chico que le ayudó), se fue incorporando lentamente, aún con las terribles punzadas en su costado derecho.

—¿Qué fue lo que pasó, Yura? —Cuestionó el kazajo con la voz ronca y algo cansada aún.

—Según lo que me dijeron los chicos, te comenzaste a sentir mal en pleno evento, te dolía mucho el lado derecho del cuerpo y antes de que te dijeran algo, tomaste tu motocicleta diciendo que en serio debías ir al hospital, luego supe que te desvaneciste en plena calle y un idiota te ayudó. Tenías apendicitis, pero la enfermera dijo que ya estabas mejor, la operación salió bien y mañana podrás irte a casa. También me dijeron que debes tomar reposo por lo menos una semana y luego volver a retomar tus actividades diarias lentamente, al menos hasta que los puntos se cierren por completo.

—¿Un idiota? Por favor, Yura, debiste verlo...parecía un ángel que vino a mi rescate. —Otabek sonrió un poco, aunque luego se quejó cuando una nueva punzada se hizo presente.

—¿Cómo era? Porque el único sujeto que vi cuando llegué fue un nerd con traje de oficina, parecía un cerdo en traje.

—Que tú seas delgado por ser un modelo doncel no quiere decir que los demás por tener un par de kilos demás no significa que sean "cerdos", yo también estoy pasado de peso y no me molestas. Ya hemos hablado de esto, si no cambias tu actitud realmente te quedarás solo. Y si, parece que hablamos del mismo chico...era tan lindo, quería su número.

—Lo sé, lo siento. No sé cómo JJ o tú me soportan. A veces ni yo lo hago. —Yura subió los pies al sofá en el que estaba sentado para abrazar sus piernas y luego sonrió un poco. — Podrías pedírselo a la enfermera, el cerd...ese chico le dijo que la llamara en caso de cualquier cosa.

ese chico le dijo que la llamara en caso de cualquier cosa

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—Maldición. —Yuuri no alcanzó a salvar su pobre celular que se cayó al agua del fregadero tras intentar responder una llamada de su jefe. — Murió mi celular...

Yuuri terminó llamando a la oficina desde el teléfono de su casa para informar que su jornada sería normal a partir del siguiente día y que su móvil había muerto por lo que debía hacer valer el seguro de la empresa para que le entregasen un nuevo equipo.

Recordó el chico que había ayudado aquella tarde, por su complexión se notaba a leguas que era un varón joven y fuerte, no es que Yuuri se considere viejo, pero se notaba que ese chico estaba apenas entrando en sus veinte mientras que él ya contaba con veintidós, pero con muchas responsabilidades a su espalda y poco tiempo para su vida amorosa.

—Me gustaría volver a verlo...

Ups! [OtaYuu]Where stories live. Discover now