Capítulo 12.

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Otro día que deseaba estar fuera. Al menos esta mañana fue algo diferente, era la primera vez para mi con día libre. Aún no me aprendo el horario así que al despertar fue bastante novedoso, pero también bastante decepcionante saber que podía pasearme libremente por la casona y no ver a Luke en el camino. Quise reclamar, pero ya había causado demasiados problemas.

—¿Y las pagas?—pregunté.

—No llegarán hasta mañana—respondió Melisa.

—Cuando una hace algo pagan todas—comentó Diana, enojada. Ella siempre me mira extraño y no tengo idea por qué.

—¿De qué hablas?

—Tú haces la jodes, todas pagamos—respondió seca y entró al baño. 

Me acerqué a Halley para preguntarle si sabía algo sobre su mal trato hacia mí.

—¿Por qué es así conmigo?—le susurré.

—Siempre es así con las nuevas, no te preocupes.

Si ella me decía eso entonces supongo que no soy la única a la que trata mal. Mientras las chicas jugaban en el suelo con unas tizas algo sobre verdades y retos, me fui a una esquina de la habitación y me senté en el suelo a pensar. Bueno, más bien, a torturarme pensando en mi familia. Recuerdo con claridad la voz quebrada de mi mamá, sus lágrimas, su dolor. Luego la mirada perdida en los ojos de Luke cuando recién lo conocí, como estos habían comenzado a brillar hasta que nos separaron. Me frustré. Y es que cuando al fin encontraba alguien que me hacia olvidar todo lo malo, me lo arrebatan, me lo prohíben. ¿Luke se sentiría así también?

Escuche unos pasos que se acercaban a nuestra habitación y acerté, porque Federic entró, silencioso e inexpresivo, como siempre. —Bella, Noelia quiere verte.

Fruncí el ceño y me levante del piso. Me dejó pasar y cerró la puerta, lo seguí por el pasillo que ya conocía, pero entró en una puerta que no había visto. Era gris al igual que la pared y parecía como si quisieran camuflarla. Tocó dos veces, para luego abrirla. Todo parecía una oficina y tras el escritorio estaba Noelia esperándome.

—Siéntate—me ordenó, mientras Federic se fue cerrando la puerta. Le hice caso sin dudar, sentándome frente al escritorio y apoyando mis manos en mi regazo. —Apuesto a que no sabes porque estas acá.

—Pues no...

—No quiero que te acerques a Luke ¿entiendes? Quiero una relación de trabajo. No, si es posible, que ni siquiera exista una relación.

Su cara lo decía todo. Si me acercaba a Luke ella era capaz de matarme, y no, no estoy exagerando.

—Disculpe, pero Luke y yo solo somos amigos.

La voz me tembló y quise golpearme por aquello.

—Ni amigos ni nada—respondió, seria. Aquello me molestó, no pude soportar más tragarme lo que quería decir. 

—¿Cuál es el problema de que sea mi amigo? ¿Y a usted que le importa?

Noelia se quitó los lentes, incrédula y molesta. Me miró como si fuera lo peor del mundo, como si estuviera cegada y no pudiera ver su punto. Y es verdad, no veo cual es el maldito problema.

—¿Quieres saber por qué me importa tanto?—se levantó de su asiento y se acerco a mí.

Me miró por unos segundos desafiándome, como si fuéramos rivales.

—Tu "amigo"—hizo comillas con los dedos. —Es mi sobrino y no voy a permitir que una mocosa como tú lo haga querer irse de aquí para vivir feliz por siempre junto a su amor. 

Quedé en silencio. Intentando procesar lo que Noelia acababa de decir. No podía dejar de mirarla y comparar sus facciones con las de Luke, buscando alguna similitud. Ella lo notó y siguió hablando.

—Si Luke se enamora, querrá escapar. Es un muchacho ingenuo, así que es mejor prevenir, para que no le rompan el corazón—dijo, sonriendo con burla. 

—¿Y si lo quiere tanto porque lo tiene acá?

—Él era un muchacho iluso y yo necesitaba un buen fotógrafo—respondió con desinterés. 

Apreté con fuerza los puños, sintiendo mis uñas rasgar mi piel. A ella no le importa un mierda Luke, solo le importa su trabajo, su asquerosa empresa. 

Pero a mí sí me importa Luke y voy a luchar por él, cueste lo que cueste.

We just gotta get out. (Luke Hemmings)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora