0. SE CAE A CACHOS

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Se cae a cachos,
no puedo mirar a otro lado,
caen sobre mi cabeza los pedazos.
Y me taladran.
Más.
..

A Sara Turner:

Hoy he conocido a una chica. Es fantástica. ¿Sabes? Pero ella no sabe ni quién soy. La he estado observando y me he sentido un estúpido al hacerlo. Nunca me había pasado de esta manera, normalmente son el resto los que se fijan en mí. ( Si estuvieras delante mía mientas escribo esto, me hubieras dado un pellizco como solo tú sabes para que me retruezca por narcisista.) JAJAJA.

La he conocido tan solo mirándola a los ojos. Estábamos en el parque, 18'00 , como de costumbre. Lena y yo paseábamos de la mano y cruzamos por delante de ella, que hundía su culo "gordo" en el banco de piedra. Su mirada primero se posó en mi compañera, sonriendo con simpatía, y luego en mí.
Me quedé con el luminoso cartel led que parecían portar sus pupilas, ponía : "Bienvenido". También me percaté de que sus ojos eran una carpa de circo en el cual quería adentrarme y aplaudirle al que sería el mejor espectáculo del mundo, donde bailaban y hacían el amor los marrones y verdes que tejían su iris.
Escuché su voz. Estaba con los auriculares puestos, la música como para reventarle el tímpano, cantando a gritos (fijo que se pensaba que susurraba) "If were a boy" de Beyoncé. No cantaba mal, pero con sus gestos de mago epiléptico me despistaba mientras ahogaba mis potentes carcajadas para no ofenderla.
Lena si que no pudo aguantarse y se rió en su cara, provocando que la solista le sacara la lengua burlona, haciéndola reír aún más. Yo también lo hice.
Luego ella sola, en el banco, ¿su risa? Indescriptible. ¿Angelical? Desde luego que no. Juro que pensé que se quedaba sin aire cuando hubo un espacio de tiempo en el que dejó de emitir sonidos de conejas en parto para continuar con la boca abierta pero en silencio, dando botes y meciéndose sobre sí misma. De no ser porque recuperó el aliento, la anciana que se localizaba en el banco lateral con aquellos dientes verdes y amarillos, le habría hecho el boca a boca para que reaccionara. ¡Arg!

Lena está bien. Pregunta por su madre, mucho. No sabes lo que me duele decirle que sigues de viaje y mentirle con falsas postales. Por su padre a penas pregunta, nunca le cayó bien.
Me recuerda tanto a ti...cada día más. Cada mañana cuando se cuela en mi cama dando saltos y arrancándome las sábanas para que despierte a pesar de que sean las seis de la mañana o que yo tenga resaca y ganas de dormir o morirme. Pagarías por ver mi cara de muerto viviente a esas horas.
Ella se ríe de mí y yo le respondo con una guerra de cosquillas de la que nunca se escapa. Patalea mientras ambos luchamos por dejar al otro sin tacto y sin voz de tanto reír. Esa cría es pura energía, siempre consigue agotar este cuerpo sin despeinarse. Y entonces, es cuando me vienen imágenes de ti y de mí en nuestras peleas de almohadas que tan de los nervios ponían a papá y mamá.
Tiene el pelo rizado y largo, como tú. Tardo vida y media en cepillárselo y recogérselo en esa entrelazada coleta de infinitos tirabuzones castaños (es preciosa) antes de acompañarla a la puerta del colegio donde le doy un beso en la mejilla, fuerte, de abuela, de los que tanto odia, de los que tan solo reservo para ella, para que pase un buen día, para que no me olvide nunca y para que nunca se vaya. Ella con darme un golpecito con su puño xs en el mío, va sobrada de despedidas ñoñas. Se creerá guay la canija.
He conseguido que se coma el arroz de marisco, por fin. Y hasta cuando acaba pasa un dedo para acabar de degustar el plato y no dejar nada. La tengo bien enseñada. No te preocupes en absoluto. La quiero. Mucho. Es una parte de mí ese moco adorable.

Eso. ¿Qué hay de mí? De mí creo que no te has perdido nada. No lo sé ni yo. No está bien opinar de quien no conoces realmente. De lo que estoy completamente seguro es de que estoy desesperadamente echándote de menos, a todas horas. De que te juraré mil veces que un día agrietaré el cielo, lo romperé y volaré hasta encontrarte comiéndote un melocotón tumbada sobre una nube. Como solías hacer.
¿Y sabes algo más? Mi cielo ahora mismo se rompe, puedo ver el color oscuro que se esconde tras sus huecos vacíos. Espero que solo sea el mío y que el tuyo permanezca intacto, de que no caigas con él si se desmorona. Pero, como me enseñaste, si caes, echa a volar. Y joder, ven volando hacia mí y sálvame, mi cielo se cae a cachos.
Te quiero como no me dio tiempo a decirte. Infinitamente.
Para siempre.

BLAKE TURNER

Águilas que rompen el cieloWhere stories live. Discover now