- Entonces las tomas de la cintura. - dijo de pie frente a Erick quien solo observaba. - Vas introduciendo tu amiguito suave, delicado y lentamente, hazlas que deseen tenerlo todo adentro, hazlas que rueguen por eso, no lo hagas tan fácil para ellas. - finalizó volviendo a sentarse.
- Vaya. - habló un Erick ebrio.
Richard estaba igual o más ebrio que Erick, la bebida se había terminado hace cinco minutos atrás, Erick por poco olvidaba él porque estaba en el cuarto de Richard.
Pedirle consejos de sexo duro a Richard era una tarea fácil, el chico era todo un semental, aunque Erick temía ser destruido, debía cumplir con el deber del grupo.
- Quizá puedas enseñarme más a profundo. - soltó esperando malos comentarios.
- ¿Qué tan profundo? - preguntó con un tono de voz depravado.
Erick mordió su labio inferior y se acercó al oído del mayor, susurrando provocador palabras que al dominicano había provocado que su piel se erizara por completo: "Muy profundo".
Se separó del oído de Camacho y lo esta vez lo miro a los ojos, nervioso por lo que estaba a punto de hacer, se acercó a sus labios y lo beso, y no era un beso tierno ni ligero, era un beso apasionado y bastante salvaje.
Erick puso las manos en el pecho del más grande y lo empujo quedando completamente arriba de él.
Richard dejo caer su vaso al suelo, solo para tener la oportunidad de tomar las mejillas del ojiverde entre sus manos, introdujo su lengua en la boca del menor, causando una oleada de sentimientos en ambos. ¿Realmente Erick lo haría?
El cubano sintió como algo en los pantalones de Richard iba aumentando su tamaño, considerablemente hablando.
Sin querer un gemido se ahogó en la boca del dominicano y Erick se enrojeció por tal gesto.
Bajó los besos hasta el cuello del moreno, haciendo ligeras succiones en su piel, mientras que con sus manos desabrochaba cada botón de la camisa del antes mencionado. Al tener el pecho desnudo de su compañero, bajó del cuello al pecho succionando uno de sus pezones.
Richard por otro lado acariciaba el trasero del menor, deseando por estar dentro de él ¡YA!
Erick apresuró sus besos haciendo un camino detallado desde el cuello, pasando por su pecho, bajando hasta el abdomen hasta llegar a poner sus manos sobre la erección del mayor por encima del pantalón.
Richard al sentir la mano del cubano en esa parte de su cuerpo soltó un gruñido nada discreto. Erick sorprendido por la potencia vocal del chico se apresuró a desabotonar el pantalón, bajar el zipper y sacar directamente el miembro del moreno de su bóxer.
Era grande, y eso Erick lo sabía ahora que lo tenía en sus manos, ¿Dolería? Por supuesto, ¿Hasta qué grado? Pues... quizá debería sacar justificante médico para faltar una semana a la universidad.
Lamió la punta haciendo que el cuerpo del mayor temblara de una manera fascinante, Richard rogaba porque lo mojara de su saliva, porque lo introdujera en su diminuta boca.
Erick introdujo la punta en su boca y con su lengua hacia tipo de movimientos sobre esta. Su mano se dedicaba a masturbar a Richard, mientras su boca apenas llegaba a la mitad. Quizá debería pedirle clases de orales a Johann.
- ¿Ya lo lubricaste? - preguntó Richard con un tono de voz grave.
NARRA ERICK BRIAN COLÓN
Asentí con temor, pues sabía lo que venía, Richard me tomo entre sus brazos y me hizo a un lado, tumbándome en la cama, quedando ahora yo abajo.
De un segundo a otro arranco mis pantalones y mi bóxer, claro no literal. Tomo mi miembro y lo comenzó a masturbar mientras rozaba mi entrada con su gran pene.
- ¿Listo para sentirte en el cielo? - preguntó acompañado de una sonrisa picarona.
- Dale. - dije cerrando los ojos.
Apenas introdujo la punta y mis dientes se presionaron tanto que parecían de cristal, tan frágiles por la fuerza que aplicaba que si apretaba más podían romperse.
Poco a poco fue metiendo más y más, puso ambas manos en mi cintura y me fue empujando hacia él. ¿Ya era todo adentro? Por suerte, así era. Una lagrima escapo sin permiso y varios quejidos salieron de mi boca.
Richard se mantuvo unos segundos así, para después comenzar a moverse lento, medio y rápidamente.
Varios gemidos escaparon de la boca de Richard, alagando mi tan estrecha entrada, gemía como loco mi nombre, vaya que lo estaba disfrutando. Me dolía confesar que después de un rato comencé a disfrutar el tenerlo dentro de mí.
Tomé mi miembro y por necesidad comencé a masturbarlo.
- Ri, Richard. - gemí. - me voy a correr. - apreté fuerte mis ojos.
- Igual yo. - dijo aumentando más la velocidad.
Después de unos segundos terminé manchando mi mano, parte de mi abdomen y el de Richard.
Richard aún seguía moviéndose dentro de mí, hasta que saco su miembro y comenzó a masturbarlo. No sé por qué me excitaba tanto ver como este chico se masturbaba. Después de un rato terminó manchando mi pecho y las sabanas.
Se puso de pie y extendió su mano para ayudarme a levantarme.
- Nos vemos en clase el domingo. - guiñó su ojo y se agacho para entregarme mis prendas.
Me vestí tan rápido como pude y salí de su habitación.
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- ¡Sigues vivo! - vociferó Yoandri al verme entrar.
- Creí que ya estarían en sus cuartos. - dije sentándome cautelosamente en mi cama.
- ¿Duele? - preguntó Johann.
- Bastante, ese negro le hace honor a su color. - bromeé. - Basta de bullying y continuemos contigo Johann. - levanté la caja y se la di al ecuatoriano.
- La vengativa te dicen. - balbuceó metiendo la mano en la caja y sacando un papel.
Lo desdoble poco a poco y lo observo por unos segundos.
- Esto se va a descontrolar. - sonrió mostrándonos el papel a ambos.
"Christopher Velez"
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