"Say my name and everything just stops
I don't want you like a best friend
Only bought this dress so you could take it off"
(Taylor Swift- Dress)
La verdad es que no conocemos mucho de Karlie. Todo este tiempo pensamos en las emociones de su ex novia. ¿Alguna vez pensamos en Karlie? Permítanme narrarles sobre la altísima y (hasta el momento) conocida como la antagonista de esta historia.
Karlie Kloss es preciosa. Es como esos pecados capitales que intentamos evitar, pero no es inevitable querer rozarlos. Es una caja de secretos, una caja de Pandora. Quizás es por eso que parece esculpida por los dioses de la mitología griega.
Misteriosa como ninguna, llena de cartas bajo la manga. Llena de enigmas que solo ella conoce.
No le gusta hablar demasiado, prefiere escuchar, aunque le estén diciendo cosas crudas. Intenta ser racional la mayor parte del tiempo, aunque se le vaya la pinza de vez en cuando.
Adora el porrismo, y si puede esforzarse un poco más, lo hará. Se siente como un ave cuando le hacen volar por los aires: libre, serena, capaz de comerse al mundo hasta llegar al suelo.
Quizás es por eso que Dianna se fijó en ella. Quizás es por eso que ella se fijó en Dianna.
Ambas apasionadas por su hobbie, se arriesgaban cada día a más, no le temían al fracaso y mucho menos a una enfermedad, la pareja perfecta, ¿no? Bonnie y Clyde sin la necesidad de asesinar, de hostigar y mucho menos de golpear a la gente (bueno, a los egos de las personas sí).
Karlie acostumbra a caminar con seguridad por los pasillos de su escuela. Le agrada sentirse el centro de atención, la belleza en un mar de simpleza.
Pero eso ya lo sabíamos, ¿no? Sabemos que ella adora coquetear y hacerse amigo de los demás, si no, su cumpleaños hubiera sido en una sala, y no en todo el gimnasio de la escuela.
¿Pero qué es lo que no sabemos de ella?
Karlie Kloss llora bastante, en verdad. No le teme al fracaso, pero cuando eso tiene que ver con fracasar en el amor, siente rápidamente como su vista se comienza a nublar, como su garganta tiene una llave de yudo que le impide hablar. Siente como si la seguridad y la libertad que le dan estar por los aires, se esfumara para no regresar jamás.
Pero también ríe. Sobre todo, cuando Taylor Swift le habla estupideces que ella encuentra adorable.
Y siente como las mariposas aletean dentro de su estómago al verla bailar, o cantar. Y siente como si aquella chica fuese algún tipo de droga que no hace mal, pero calma todo su cerebro cuando siente que todo está mal.
Y sus besos, claramente extraña esa droga. Los besos de Taylor eran todo lo necesario para alegrarle el día, para hacerla sentir querida, amada, adorada. Y también ayudar a su rubia preferida a sentirse igual que ella.
Es que está enamorada de esa chica. Aún.
Ese es el diagnóstico que se puede extraer de esta pequeña descripción.
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—Esta es definitivamente la peor idea que tuviste en tu mente, Carlile.
La rubia caminaba con su mejor amiga agarrada fuertemente a su antebrazo hacia la entrada de la puerta de la fiesta de Hailee. Usaban ropa lo suficientemente sexy para dejar a más de una persona con la boca abierta, porque no es usual ver a Taylor Swift con ropa provocativa, todos estaban acostumbrados a verla con suéteres anchos con diseños de serpientes.
