bad blood, it 2O17

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chapter ten
beautiful disaster

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richie ࿐

Hoy estábamos dirigiéndonos con los chicos a comprar los trajes para el baile de fin de curso. Y esto creo que es un poco estúpido ya que no tengo pareja todavía ¡Y faltan tres días para ese estúpido baile! Yo quiero invitar a Beverly, pero siempre que me decido a hacerlo, me distraigo con algo más o simplemente mi mente queda en blanco.

- Bueno... ¿Qué les parece este? ¿Vale la pena o qué? - les pregunto a los demás.

- ¿Por qué tienes puesto un traje de color rosa con lunares de colores? Creo que es demasiado... llamativo - me pregunta Bill.

- ¡Porque soy una diosa! - le digo a él mientras hago un gesto de diva.

- Creo que éste te quedará mejor - me dice Bill mientras me da un traje.

En ese momento, agarro el traje que me recomendó Bill Denbrough, entro al probador, y cuando pensé que todo estaba saliendo bien, apareció un problema, y el problema era que el traje me quedaba pequeño, y estaba a punto de ahogarme.

- Bill... esta no es mi maldita talla - intento decirle a Bill.

- ¡Maldita sea! Sácatelo rápido así voy rápido a pedir uno de tu talla - me dice Bill un poco preocupado.

- Es que hay otro problema más, me apretó tanto que el pantalón se terminó rompiendo, y... ¡Ahora no puedo sacármelo! - le digo a Bill, tratando de contener la risa.

- Bueno, entraré y te ayudar...-me dice Denbrough, pero es interrumpido por un ruido que nos incomodó a ambos. Lo que sucedió es que tuve la mala de suerte de tirarme un gas.

- ¡R-Richie! ¡Q-Qué asco! ¡Oh...! C-Creo que n-no me estoy sintiendo m-muy b-bien... -dice Bill mientras se desmaya, quedando tirado en el piso.

-¡Eres un tarado! ¡Maldita sea! ¡Eddie! ¡Ven aquí y ayúdame a sacarme ésta mierda! - le grito a Eddie desesperadamente, deseando que me haya escuchado.

- ¡Ay! ¡Qué olor! Necesito oxígeno... - dice Eddie, sacando su inhalador - No aguanto más, creo que voy a vomitar - dice Eddie, comenzando a vomitarme todo el traje.

En ese momento, Eddie comenzó a ayudarme a sacarme el traje, después de eso, arrastramos a Bill hasta una silla, y finalmente Eddie fue a pedir trajes de nuestras respectivas tallas, como debía hacerse desde el principio. Mientras tanto, yo escondí el traje vomitado en otro probador para que los encargados del lugar no sepan que fuimos nosotros. Finalmente, junto con los chicos, acordamos encontrarnos dos días después en la casa del payaso para terminar de una vez por todas este maldito desastre.