Día 38

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Tenía todo lo que necesitaba para poder volver a la ciudad junto a Danny. Era de madrugada y en unas cuantas horas más teníamos que salir de regreso.

Estaba acostado con Danny sosteniendome de la cintura, su respiración lenta y pesada me daba directo a la nuca y podía sentir la piel caliente de su abdomen y piernas contra la mía.

Llevaba un par de minutos sin poder dormir, miré el reloj en mi mesa de noche, eran las 2:58 de mañana. Con cuidado quite el brazo de Danny y me levanté, salí a la azotea y me senté.

Sonreí nostálgico, voltee a ver la ventana... para llevarme la sorpresa de que Andrew estaba ahí, y a juzgar por su expresión, el también estaba sorprendido.

De un momento a otro él ya no estaba en la ventana, podía suponer que se dirigía a mi tejado.

Dos minutos después, sentí sus brazos rodearme por detrás.

—Lowell, sabía que vendrías —me voltee para abrazarlo bien. Dios, me sentía tan bien en sus brazos.

—¿Qué diablos esta mal contigo? —pregunté molesto en cuanto reaccione— ¿una carta?, ¿en serio? me han corrido de la casa de Valeria.

—Lo siento, no sabía que hacer —lloriqueo— quería estar contigo, no podía casarme con Ana —trató de abrazarme pero lo aparte.

—Es demasiado tarde —baje la mirada.

—¿Por qué?, ¿dónde has estado viviendo?

—Con mi novio —tal vez no era mi novio oficialmente, pero quería hacerle saber que me había perdido y todo por no poder enfrentar a Ana.

—No me digas que es el chico que estaba en tu cama la otra vez —tragó saliva, sus ojos se ponían llorosos, yo asenti con la cabeza.

—Te lo advertí Andrew.

—Yo te amo Lowell, y sé que tú me amas —no respondí, se acercó para besarme y no lo aparte, sabiendo que esa podía ser la última vez que probara sus besos.

—No puedo hacerle esto a Danny, en serio me gusta —contesté en cuanto me separé de él— es muy tarde.

Me levanté de ahí y entré a mi habitación, dejándolo y sin siquiera voltee a verlo una última vez. Me acosté una vez más junto a Danny y lo abracé lo más fuerte que pude, haciendo que se despertara.

—¿Esta todo bien? —preguntó preocupado.

—Creo que tuve un mal sueño —mentí, Danny me sonrió con ternura.

—Estoy aquí Lowell, estoy aquí —besó mi frente.

Sólo esperaba que fuera cierto, que él no se fuera...

Días En Busca TuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora