Capitulo I

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La morena llega algo agitada mientras pone ojitos de disculpa, aún así solo se sienta.

-si no fuera por qué te quiero te estaría matando en este preciso momento.

Aunque hay seriedad en el tono la morena nota el toque de gracia en la expresión y se relaja un poco, se para de su silla y se dirige a su acompañante para darle un sonoro beso en la mejilla y está responde dándole una palmada en el trasero a lo cual todos los presentes miran con asombro ante tal demostración de afecto, inmediatamente ambas comienzan a reír y el ambiente se vuelve mucho más liviano.

-Elibeth cuando vas a dejar de llegar tarde a todo.

- Ana, cuando vas a dejar de regañarme por todo. Ambas sonrieron al notar que a pesar del tiempo y la distancia no dejaban de ser ese par de locas amiguitas de cuadra que jugaban y se protegían mutuamente por una eterna amistad.

En ese cursi momento llegó una mesera para atender el pedido, ninguna miro la inoportuna muchacha, solo se limitaron a pedir y está con pena se marchó dejando al par de amigas ansiosas por la conversación que tenían pendientes.

Ninguna pronunció palabra hasta que llegó su pedido, lo cual había demorado como 30 minutos, largos 30 minutos. En silencio comenzaron a comer hasta que Beth no aguanto más

- Que has pensado de mi propuesta

- Acepto respondió Mariana después de un corto suspiro.

Beth sonrió ampliamente pues estaba realmente complacida ante tal respuesta, aunque le haya tocado luchar por ese sí un par de meses.

3 MESES ATRÁS

Estaba sentada en su escritorio viendo por su enorme ventanal la caótica ciudad a sus pies, observaba lo pequeña que se ve las personas mientras caminaba por las calles preocupándose solo por sus vidas sin notar su entorno.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por el sonido del toque a la puerta

- Adelante - pronunció con autoridad sin dejar de ver a través del cristal

- Señora, aquí está lo que pidió, entro tímidamente un joven delgado, alto, cabello rubio y ojos negros que escondía bajo sus gafas. La carpeta azul es el caso y la roja son los datos de la señorita Mariana Ángel- se formó una sonrisa en la cara de la morena, la cual desapareció en cuestión de segundos al recordar que su asistente estaba ahí presente por lo que se voltea y secamente respondió

- Eso es todo, retirese

El joven muy tímidamente sale de dicha oficina, la morena se acomoda en su silla y ve su placa sobre el escritorio que dice Comandante Elibeth Giraldo inmediatamente sonríe y coge la carpeta azul, ya se sabe de memoria su contenido sin embargo vuelve a leer con tal de postergar aquella llamada que la pone tan nerviosa. Después de una hora aproximadamente se deja de rodeos y toma el teléfono, se siente segura pero nerviosa.

- Hola, Ana, amiga...

- Elibeth Giraldo cuánto tiempo sin escuchar tu voz, a qué se debe el honor de tu llamada.

- Amiga, tanto tiempo sin saber de ti, desde aquella vez...

- Beth sabes que no me gusta hablar del tema- su voz había perdido la gracia que tenía y tomó un tono muy seco y triste.

- Lo se, lo siento. Llamaba para ver si podríamos charlar un rato.

- Claro amiga, dime dónde, cuando y a qué horas y estaré puntual

- Mañana, a las siete te paso la dirección por mensaje

- Perfecto, nos vemos

Después de acordar la hora corto la llamada y siguió con su día común y corriente.

Al día siguiente en la mañana envío por mensaje la dirección de un restaurante en el centro de la ciudad, dejo sus pensamientos a un lado y siguió con su trabajo, total era la comandante del FBI, tenía entre manos el más grande caso de toda su carrera y debía trabajar fuerte para resolverlo.

Al caer la tarde, suspiró, tomo sus llaves, su bolso y salió de la oficina dejando todo bien ordenado; entra en el ascensor y presiona el botón directo al parqueadero, en unos minutos las puertas se abren sacándola de sus pensamientos y está sale dirigiéndose a su automóvil. Al llegar no encuentra donde parquear por lo que da un par de vueltas más hasta encontrar lugar, se baja y camina una cuadra hasta el lugar; entra y ve a su amiga sentada en una mesa al fondo y muy nerviosa se dirige a dicha mesa.

- Ana amiga, cómo estás de guapa, le da un beso en la mejilla y está le da un abrazo, antes de separarse le toca el trasero.

-Beth tu trasero cada día más sexy, ambas ríen y se sientan. Piden la cena y se ponen a hablar de cosas banales pues disfrutaba de la compañía de su vieja amiga que no veía desde hace varios años.

- Es muy lindo verte amiga y más saber que a tus 26 años eres toda una psicóloga, abogada y socióloga- dijo Beth con admiración pero con nervios del rumbo de sus palabras. - Mariana tengo una propuesta que hacerte -ambas se quedaron en silencio y está continuó, - tengo entre manos un caso muy importante y quiero que tú seas parte de el, eres la más calificada para esto además de tener una cuenta pendiente con este caso en particular- Esas últimas once palabras las dijo casi en un susurro pero Mariana escucho

- Lo siento pero no. Dicho esto se levantó de su silla y se fue con una capa de lágrimas en los ojos.

Elibeth miró la puerta con un poco de tristeza sin embargo no pensaba rendirse, el caso que tenía entre manos necesitaba de su amiga pues era la única que confiaría algo como eso.

El Pasado También Llora.Where stories live. Discover now