Especial IV: Hyora

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 - Baekhyun, deja de moverte de un lado a otro -la voz de Chanyeol sonaba entre divertida y preocupada.

Pero Baekhyun no le hizo caso. Siguió andando de un lado a otro, inquieto, el pelo rosa balanceándose con sus movimientos, hasta que el alto lo cogió por la muñeca y tiró, haciendo que cayera sobre él. Entrelazó sus manos entonces, sus diestras con sendos anillos que brillaban nítidos, la señal física de su promesa.

- Todo va a salir bien, Baekhyun -le dijo con suavidad.

- A la señora de los servicios sociales no le gustó mi pelo -murmuró bajito, preocupado, pero Chanyeol lo tomó con suavidad por la barbilla y alzó su rostro.

- Eso fue en la primera sesión, y la señora Choi se dio cuenta del error de juzgar a alguien por el color de su pelo.

Baekhyun le dio un pequeño beso entonces, aún nervioso, y él sonrió, abrazándolo.

- Todo va a ir bien -repitió el alto.

De hecho, lo repetía también para sí mismo, pensó Chanyeol, cuando al fin Baekhyun se calmó y se apoyó en su hombro, intentando descansar un poco. Era un día muy importante, y apenas se creía que aquello fuera a pasar realmente, como un pequeño milagro navideño.

Baekhyun y él se habían casado hacía apenas tres años, pero ambos habían decidido que no querían esperar más para ser padres. Habían viajado, habían disfrutado de su vida de casados y habían conseguido estabilidad. Querían poder compartir ese amor que se profesaban con un hijo, una personita que los hiciera crecer aún más como personas.

Se plantearon diversos métodos, incluso Jongdae les propuso que usaran el semen de Baekhyun con un óvulo de Yoora para que el bebé tuviera genes Byun y Park. Pero la idea de la gestación subrogada no les hacía mucha gracia, a pesar de que Yoora no se opuso a la idea y que, siendo con fines altruistas y ellos parientes, no sería ilegal. Así que prefirieron adoptar a un niño o una niña, alguien que ya estuviera en el mundo y a quien ellos pudieran darle el amor que necesitaba.

Las entrevistas, los chequeos psicológicos y de su hogar, de ellos, de sus trabajos, todo ello había sido agotador. Estaban exhaustos, llevaban medio año con todos aquellos trámites, y por eso, fue sorprendente cuando recibieron la llamada de que iban a entregarles al nuevo miembro de su familia esa tarde del veinticuatro de Diciembre.

Baekhyun había estado limpiando como loco, su pequeño y bonito esposo tamagotchi se había paseado de arriba abajo en su piso comprobando que todo fuera maravilloso, incluído el primer regalo que le harían. Ya habían visto a quien sería parte de sus vidas antes, pero el hecho de que ese día fuera a vivir con ellos finalmente, ponía al más bajo nervioso.

- Dijeron a las seis, ¿verdad? -preguntó Baekhyun, hablando contra su cuello y rozándolo con sus labios.

- Sí -respondió Chanyeol, separándose para mirarlo a los ojos-. Ya queda poco.

- Te quiero, Chanyeol -susurró el más bajo, acariciando su mejilla-, muchísimo.

El alto tan sólo sonrió y lo besó, dejando que el suave y dulce movimiento de sus labios fuera el que le diera la respuesta que quería darle. Alargaron el beso, aquel roce de labios que siempre parecía el primero que se daban, como si aún fueran aquellos casi adultos que se enamoraron siendo uno dueño y otro mascota virtual.

Rompieron el contacto lentamente, mirándose a los ojos con éstos brillantes y sonriéndose. El timbre sonó entonces, haciendo que ambos miraran hacia la puerta antes de mirarse entre ellos.

- ¿Preparado? -preguntó el alto. Baekhyun asintió, agarrándose de su mano para levantarse.

Así se dirigieron a la puerta, de la mano, abriendo el portal y dejando tiempo para que subieran en ascensor. Chanyeol miró a su esposo, estaba mordiéndose el labio inferior y llevándose los dedos a la boca, señal de que estaba nervioso. Con una risita ronca, el alto apartó los dedos del otro de su boca y con su pulgar, liberó el labio inferior.

- Tranquilo -le susurró, besando su frente sobre el pelo rosa-. Estará bien.

En ese momento tocaron a la puerta, y el alto, tras una mirada a su esposo, abrió, dando paso a la figura de la asistente social y la de la pequeña que iba de su mano.

- Pase, señora Choi -la invitó Chanyeol, mirando a la pequeña con una sonrisa-. Hola, Hyora.

- Papá -la niña de cuatro años sonrió al ver una cara conocida, estirando sus bracitos y abrazándose a la pierna de Chanyeol, hasta que se percató de la presencia de Baekhyun y entonces se soltó, estirando los brazos hacia el más bajo-. ¡Papá, aúpa!

Sonriendo enormemente, Baekhyun se agachó y cogió a la pequeña en brazos, quien le dio un beso, antes de que Chanyeol lloriqueara y la niña también le diera otro al alto. Pasaron al salón, donde los nuevos padres le quitaron a su hija el abrigo y lo llevaron a la habitación que habían reformado para que fuera su cuarto, muy cerca del de ellos. También llevaron la maleta con su ropa y sus cosas que había traído la asistente.

- Me alegra verlos, señor Park, señor Byun -los saludó la asistente, sentándose en la silla que se le indicó-. Tan sólo me queda que firmen este impreso, certificando que Hyora va a vivir con ustedes, y dejarles disfrutar de su Navidad en familia.

Baekhyun fue el primero en firmar, seguido de Chanyeol, y la señora Choi los miró con una sonrisa antes de marcharse, deseándoles mucha felicidad en su nueva vida. Cuando la puerta se cerró tras ella, fue como si por fin fueran conscientes de que algo mágico había ocurrido.

- Hyora, ¿vienes con tus papás a ver tus cosas nuevas? -le dijo Chanyeol a la niña con cariño, a lo que ella rió y asintió, moviéndose del regazo de Baekhyun al de su otro papá.

El alto aupó a la pequeña, dándole la mano libre a Baekhyun y entrelazando sus dedos mientras se dirigían al nuevo cuarto de su hija. Una vez allí, la dejaron en el suelo para que investigara, descubriendo sus zapatos nuevos, su ropa nueva, sus juguetes. Le tomó especial apego a una fresa grande de peluche que Baekhyun había comprado en un arrebato y que era completamente innecesaria, según su lógica. Pero era de un color llamativo, grande y muy suave, y Hyora chilló simplemente de felicidad al abrazarla.

- Te dije que la fresa era necesaria -le dijo Baekhyun a su esposo, mirándolo con una sonrisa de superioridad en la cara.

- Yo no dije que no fuera necesaria -rodó los ojos el alto.

- Pero lo pensaste.

- ¿Ahora me lees la mente? -alzó las cejas, pero el más bajo rió y él tuvo que besarlo porque demonios, su marido era demasiado adorable para su propio bien.

- ¡Papá! -la voz de su hija los hizo separarse, ella los miraba sonriente con los brazos extendidos como podía, aún sujetando la fresa-. ¡Quiero beso!

Chanyeol rió y la aupó de nuevo, rodeando también a Baekhyun por la cintura y dejando que el más bajo también abrazara a la niña, dándole los dos un beso en cada mejilla a la vez y haciendo que chillara de pura alegría, riendo y abrazándose a su fresa. Los dos adultos se miraron entre ellos, felices.

Aún era Nochebuena, pero ellos ya habían recibido su mejor regalo.

FIN

Espero que seáis felices, que disfrutéis y que estéis bien. Esta semana ha sido dura y difícil para todos, yo incluída, y espero que este pequeño especial, al menos, os haga sonreír.

Prometo no escribir más especiales(?) Lo intentaré xD

Feliz Navidad a todos

Virtual Pet (Chanbaek/Baekyeol)Where stories live. Discover now