【✿】Right here 『Yui Komori's One-Shot』

【Still here】

  Todo se ve diferente ahora, pero no hay nada nuevo.., siempre estuvo la respuesta justo en frente a mi. Los recuerdos caen alrededor: todo lo que solía ser, todo lo que fuiste y fuimos juntos me hacen dudar: ¿Puedo dejarte ir...? Aún cuando siento tus ecos, de la misma forma que te vi desaparecer... aun no me lo puedo creer. Adormeciendose mis sentidos, siento que estás escapando lejos de la realidad.

  Recostada en mi lecho me quedo meditando a través de los recuerdos me pierdo en las agridulces memorias que formamos juntos. Luchando por aguantar, aferrándome por un solo día más a este infierno junto al amor que se convierte en cenizas, con todo lo que me hubiera gustado decirte ese día.

  ¿Podemos llamarlo "justo", o fue solo un horrible juego? Creíste que dejarme ir con el Clan Víbora seria lo mejor, como siempre queriendo tener la razón, pero ¿Quien es el ganador ahora, cuando ni siquiera puedo decir tu nombre? Al final, ninguno tuvo razón.

  Como esta y cada noche sueño que todavia estás aquí, oh, el fantasma a mi lado es tan perfecto y tan claro; me sonríes como antes, tus ojos color carmín me envuelven y atrapan como la primera. El frío tacto de tus manos abrazando mi cintura no ha cambiado, tus labios pálidos siguen generando las mismas emociones cuando me besas, haciéndome sentir que sigues aquí. Luego, siento que estoy atrapada en nuestro único recuerdo, ese en el que extiendes tu mano intentando alcanzarme, recordándome arrepentido me estuviste buscando para regresarme.

  Cuando con el anochecer despierto, tú desapareces, volviendo a las sombras con todo lo que aprecio.

  Entre lágrimas y sollozos cuando abro los ojos repito mirando al techo de la habitación e intentando evitar la culpa grito: que lo di todo pero que te estabas desvaneciendo, no podría hacer nada como humana, ni siquiera como Eva. No puedo negarlo, fuiste a una sombra sobre mi: nunca trataste ver lo que me gustaría ser, o que se sentía ser única que lo había perdido todo... Pero aún así, te amo y nunca quise que te fueras.

  Necesito saberlo: ¿A donde fuiste completamente solo? ¿Encontraste tu camino? ¿Será que te perdiste en la inmensidad?

  ¿O simplemente desapareciste?

  No importa donde sea, me muero por estar donde tú estás, incluso traté de llegar al mismo lugar que tú... Pero no puedo, porque hay una parte de ti que sostiene mí presencia aquí... O tal vez solo mi fé de volverte a ver es que lo que me mantiene en pié.

  —Quiero que estés aquí, conmigo.

  Por mis gritos y llantos Ruki entra a mi habitación observando con pena mi desastroso estado. Él lo sabe, yo lo sé, no puedo continuar así por tí; aún así, solo se limita a observarme desde donde está, esperando que me calme. Me observa, y noto que su mirada lo dice todo: debía hacer lo que me correspondía.

  Con su ayuda me levanto, dando una última mirada a tus lentes que reposan en mi mesa y me despido de ellos con suspiro. Caminamos por el castillo, yendo hacia el lugar que me pertenece por derecho, para luego sentarme en el trono que me pertenece, imaginando que podría ocuparlo contigo.

  ¿Sabes? Por el bien del equilibrio del mundo deberé dejar todos mis sentimientos, por ti; si quiero gobernar el Edén será necesario hacerlo para ser una reina capaz; no podré lograrlo nunca con todo este revoltijo de emociones. Si yo seguiré aquí, debo hacer lo que me corresponde.

  Cierro mis ojos, recordando por última vez las emociones que despertaban tus caricias; sentimientos que no volvería a padecer. Cada vez más fuera de mi alcance, sueño que todavia estás aquí... pero se rompe tan fácilmente; trato de protegerte, pero ya he tomado mi decisión.

  Oh, compañía oculta, fantasma que aún está incrustado en mi corazón, mi eterno Adán: hazme una promesa que el tiempo no pueda borrar, para que no sepa que nosotros perdimos desde el principio.

  —Hasta siempre, mi amado Reiji.

  Ruki se agacha frente a mí en forma de reverencia y pone su mano derecha a la altura de su corazón, susurrando algo por lo bajo al ver una última lágrima resbalar por mi mejilla.

❝Dios salve a la reina.❞