12 Days of Christmas ~ Una navidad de Yuri!!! On Ice mágica [Victuuri]

Segundo Día de Navidad

Bueno, desde que había tenido que regresar al hotel ayer, no había tenido el tiempo de regresar al lago a patinar pero esta noche sí iba a ir. Estaba preparado y ya había tomado un Uber para llegar ahí.

Llegó y entró en los terrenos de la posada Nikiforov. Sí, se veía bastante cerrado y solitario. Se desvió derecho al lago y se sentó en una banca de mármol que se encontraba junto a éste para ponerse sus patines.

Cuando estuvo listo, después de calentar un poco, entró al hielo y comenzó a rodear el pequeño lago. Se sentía tan a gusto que cerró los ojos por un momento, solo disfrutando la paz que surgía de hacer lo que amaba. Aunque, cuando abrió sus ojos se vio sorprendido por un hombre parado junto a sus cosas en la banca, sin ninguna capa extra de ropa para protegerlo del crudo invierno de San Petersburgo, y quien se veía bastante molesto y parecía que fuera con él.

Yuuri se detuvo a media pirueta, sorprendido, y casi perdiendo el equilibrio.

— ¿Qué haces aquí?— gritó el extraño hombre.

Yuuri se deslizó hacia él mientras le respondía — Hola, perdón pero tengo permiso para usar el lago para practicar... —

— ¡No puedes estar aquí!— Contestó el hombre, molesto. — ¡Esta es propiedad privada y estamos cerrados por estos días!

Wow, podría jurar que este hombre era el que vio en aquella foto... ¡No! ¡No, podía ser! Ha de ser su tataranieto o algo parecido.

— Lo siento mucho, mi nombre es Yuuri Katsuki y solo estoy en la ciudad para entrenar. Soy un patinador artístico profesional y me encanta tanto este lago que le pedí al joven a cargo que me permitiera venir y practicar algunos días hasta que me tenga que ir el 27. En serio, no era mi intención molestar señor... -- dijo, dejando la frase en el aire, esperando un nombre para referirse a esta persona.

— Realmente no me interesa. Esta es propiedad privada y está cerrada por una razón. Por favor, ¡retírese!— refutó el hombre. Yuuri bajó la mirada, sintiéndose regañado por esta persona, tomó aire profundamente y la levantó de nuevo para dirigirse a la banca a recoger sus cosas.

Pero el hombre ya no estaba ahí.

Rápidamente se dio vuelta, buscándolo en los alrededores pero era como si se hubiera desvanecido en el aire. Más extraño aún, cuando pisó fuera del lago se dio cuenta de la falta de huellas en la nieve. No había ninguna otra más que las suyas, toda la nieve alrededor se veía prístina y limpia, sin rastros de haber sido removida.