Save me [ASYLUM] Kit Walker.

Capítulo 4

Narra Kit.

Mi vida no podría estar peor, me acusaron de asesinar a mi propia esposa al igual que otras mujeres, me hacen llamar Cara ensangrentado.

Aún no entiendo como paso todo esto. De un segundo a otro estaba llegando a una institución mental.
Briarcliff, me tendrían ahí hasta que las autoridades determinarán si un juicio es viable.

Estoy totalmente destrozado. La pérdida de Alma fue devastadora para mi. Aún no logro conciliar como es que esos monstruos se la llevaron.

Al llegar a Briarcliff vi a muchas monjas esperando mi llegada. Todas las hermanas reunidas, pero solo una logro llamar toda mi atención.

Una mujer un poco mas joven que las demás, pareciera tener escasos 23 destacaba entre las demas, sus bellos ojos color aceituna brillaban al compás del sol.

Aunque llevaba el hábito largo y muy tapado podía notar que ella era preciosa. Pocos cabellos color dorados se asomaban por su frente.

Ella me miró, yo la mire y sentí como si ella algo cambiara en mi interior, su mirada me hizo sentirme protegido en este infierno, no le quite la mirada de encima hasta que entre a la institución.

Su bello rostro es como el de un ángel caído del cielo, tal vez eso es ella. Un ángel que me salvará de esto.

Me senté sobre un pequeño sillón mirando hacia la nada, definitivamente no pertenezco aqui.

—Disculpe Sr. Walker—escuche una voz tierna y dulce.

Gire a ver sorprendido.

—Debo llevarlo a la regadera, después a su celda—

Asenti.

—Hermana Michael—sonrio extendiendo su mano.

La mire un tanto confundido pero la aprete.

—Kit Walker—sonreí de lado.

Ella me llevo hasta las regaderas, al llegar uno de los asistentes se encargo de mi.

—Lo esperó afuera—sonrió.

—Gracias—pronuncie con mi voz quebrada.

Al salir ella me entregó la ropa que debería usar.

—Tomé, usé esto— extendio la ropa.

—Gracias es muy amable hermana—sonreí.

—No hay de que—sonrío.

Coloqué la bata blanca en mi.

—Lo llevaré a su celda Sr.Walker—.

Caminamos hacia una pequeña celda.

Ella abrió la puerta y yo me adentre.

—¿Puede venir un segundo?—pregunte.

—Claro—respondío.

Se acerco a mi lentamente.

—Dígame que sucede—

Vaya estamos tan cerca que podía sentir su respiración chocar en mi rostro, podía apreciar sus ojos color aceituna.

Sus labios rosados, sus mejillas ligeramente ruborizarse a causa de estar asi tan cerca.
No podía negarlo es muy hermosa.

Ella se quedo mirándome como yo a ella, nos perdimos totalmente en nuestras miradas.

—¿Hermana Michael que hace?—escuche una voz entrar.

A lo que ella se alejo rápidamente.

—Solo me hago cargo de el—

—¿Por que no esta atado? Las ordenes son esas— camino alrededor de ella.

—Aún eres una niña que no aprende—gritó. 

—Lo siento—habló en voz baja.

—Levanta la voz—la tomo del brazo.

—Lo siento—habló un poco mas fuerte.

Ella la soltó y caminó hacia mi.

—Eres de lo peor—dijo atandome.

—No no por favor no haga eso—

—Hermana Jude no lo haga, el no es como piensa—

—Tu cállate y ve a limpiar la cocina ahora—grito.

Antes de salir ella me miró, mi mirada de nuevo se poso en la suya.

Ella sonrió  tristemente a lo que yo devolví la sonrisa un poco quebrantada. Aún así me parecía la mujer mas bella del mundo.