Shoot The Head [CANCELADA]

744 Días# Antes

La semana de lluvia había sido de verdad un milagro. Ha pasado una semana desde que vivo con mi nuevo compañero, Jeon Jungkook. La mansión sigue siendo segura, donde solo 2 personas siguen reinando.

El es un buen chico, me ayuda con cosas de la casa como ordenar y lavar ropa, además de tener la genial idea de poner toda cubeta en el jardín para tener agua potable, donde cada vez que se llenaba una cubeta, se vaciaba en el tanque de la casa. Todo era común, conversábamos de cosas normales, simples comentarios, y planeábamos buscar provisiones. Era de noche, la tormenta resonaba en cada rincón de la casa; estábamos duchados, cambiados para dormir, y sentados en la sala, disfrutando de una tranquila y callada cena.
Demasiado callada.

—y bien... – se atreve a decir llevando el tenedor con espaguetis a la boca – tu, ¿que solías hacer antes de esto?

—oh no, KaeYun ssi, nada del pasado – suelta sin separar la mirada de su plato.

—vamos, he pensado que sabemos de nosotros nuestros nombres, solo eso. Vivimos juntos y nos protegeremos el uno al otro, podemos saber mas del uno al otro – frunce ligeramente el ceño dejando de lado su plato.

—no lo creo adecuado – indiferente sigue con su comida.

—¿por que te cuesta tanto confiar? – murmura bajando de a poco la mirada.

Vi como bajó la cabeza, carraspeando un poco, picoteando un poco de su comida.

—mi "mejor amigo"...

—¿mh? – se sobresalta al oírlo dirigiendo su mirada a el.

—cuando todo empezó, estábamos en la universidad, se estaban comiendo unos a otros y escapamos... Pero... Cuando estuvimos en peligro... Me golpeo dejándome tirado, poniéndome de carnada mientras el huía...

Su voz sonaba ronca, pausada y lenta, y ahora entendía la razón de la desconfianza de él, anteriormente ya lo habían traicionado. Trague saliva, abriendo bien los ojos, bajando de nuevo la cabeza; fui tonta y descuidada, ¿como no lo pensé antes? Pregunté algo que no debía, el también sufrió.

—yo... – deja el plato en la mesa y mira sus manos – de verdad lo siento, pregunté algo que no debía...

—esta bien, tarde o temprano te lo diría.

—se que ahora no hay que confiar tanto... Ahora todos pueden ser enemigos... – admite desilusionada – pero... Esto no se logra solo o sola... Por eso... Hay que confiar, al menos en nosotros.

—es difícil, debes entender. A el lo conocía desde la preparatoria, y aun así me traicionó... Te conozco hace una semana, tu no eres en realidad-

—¡pero en lugar de huir de ese infectado! – lo interrumpe levantándose del sofá – ¡yo te salvé! ¡ese día, en el baño!

Solo me miró con expresión neutra, alzando las cejas. Debía confiar, debíamos confiar el uno al otro.

—me arriesgue a ser mordida, pero no me importó y te salve, así como tu lo hiciste, me salvaste la vida – traga saliva apretando sus puños – confío en ti... Tu haz lo mismo... Confía en que si es necesario tocaré fuego para salvarte, por que yo se que tu harás lo mismo, hay que sobrevivir.

—... 21...

—¿eh?

—tengo 21 años... – picotea lo que queda de su comida torciendo los labios.

Suspire con una sonrisa dejándome caer en el sofá, por fin cedió.

—es bueno saberlo oppa — sonríe satisfecha tomando de nuevo su comida.