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El trabajo de ambos, el cuidado de Jungkook y los planes de la boda.
Todo se estaba juntando y los iba distanciando cada vez más y más, creando una rutina aburrida, y viendose sólo unos minutos en las mañanas antes de que Yoongi se fuera al trabajo.
Aquello estaba frustrandolos demasiado, el buen sexo de hace años ahora sólo era un recuerdo, un lejano recuerdo que se quedo en las sábanas de sus habitaciones de la Universiada, ahora lo único que había en sus actuales sábanas, de su actual cama, eran sus actuales cansados y -según ellos- viejos cuerpos.

Los ojos de ambos estaban por cerrarse, Hoseok tenía sus piernas entrelazadas con las de Yoongi al igual que sus manos, ni siquiera se habían cambiado de ropa o colocado debajo de las sábanas, sólo se habían lanzado en la cama a punto de dormir -o quizás morir-.

Un llanto fuerte y escandaloso retumbo en la habitación junto con los sonidos de madera siendo golpeada.

- Es tu turno Yoongi.

Lloriquió apretandose contra el torso de Hoseok.
Un llanto más fuerte se escuchó,
La cuna de Jungkook estaba a un lado de su cama, pues no querían tener a su hermoso y rechoncho renacuajo bebé en otra habitación, porque tenían miedo de que el renacuajo -muy inteligente para sus 8 y medio meses- se saliera de la cuna.
Y sí, a pesar de que sólo se encontraban a unos centímetros sus cuerpos estaban tan desgastados, rotos, cansados, hechos papilla, que no se sentían capaces de mover ni un dedo.

El cuerpo de Yoongi comenzó a temblar y su llanto se unió al de Jungkook y después el de Hoseok los complemento.
Al momento Jungkook paro y se durmió dejando a los dos adultos abrazados y llorando de impotencia porque no creían tener el tiempo suficiente para hacerlo todo, para cargar con todo.

Al día siguiente amanecieron en la misma posición, sólo que con su bebé renacuajo acostado encima de ellos.
Las miradas cansadas de Yoongi y Hoseok de encontraron.

- Llamaré a mi mamá.

- Llamaré al trabajo.

Jungkook solto un gas asustandose él mismo y comenzó a pelearse con su pañal. Hoseok se levantó a duras penas con el bebé en brazos buscando su celular para llamar a su madre y ver si podría venir a cuidar a Jungkook este fin de semana.

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- Te dejé todo preparado en el cuarto, la leche que le damos está en la estantería de siempre, no le des el peluche de pollo porque está castigado y no puede jugar con él, cuando sea mas noche dale una..-

- Hoseok, hijo, cuide de ti y tu hermana durante años, encerio crees que no podré cuidar a éste angelito. Ya vayanse, se supone que éste es su día.

Hoseok suspiró y se despidió una vez más de su madre y su bebé, diciendoles adiós desde la ventana del coche mientras se alejaban.

Tenían "planeado" su día, luego de ir al acuario y corretearse por el parque disparandoce con pistolas de agua compradas en el mimso lugar, fueron al cine a ver una película, compraron los tikets y tomaron los acientos de la ultima fila.
La mano de Yoongi sostenía la de Hoseok, quien miraba atento la película con esa sonrisa tan grande que amaba Yoongi, y los pliegues de cansancio que se formaban debajo de sus ojos, Yoongi quizó besarlos hasta desincharlos nuevamente, dió un apreton a su mano y Hoseok lo miró aun sonriendo, no aguanto las ganas y enredando sus dedos en los cabellos de la nuca de su prometido lo jaló hasta tenerlo a centímetros de su rostro y planto un pequeño pico en sus labios.

- ¿Ya te he dicho cuán lindo eres? Qué digo lindo, hermoso.

Hoseok sonrió y se acerco para otro beso, esta vez profundizandolo más, paseando sus manos por el cuello y pecho de Yoongi, la posición era incómoda pero hace bastante tiempo que no disfrutaban de un beso como éste.

;PIZZA;Where stories live. Discover now