03. La fiesta

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El viernes llega por fin y con él la fiesta donde Joe. Me encuentro en la entrada de su casa junto a Cindy y Gina. La primera está estrenando su nuevo vestido rojo, a juego con su labial mientras Gina lleva una falda tejana, una camisa negra y su típica cola de caballo. Yo he optado por unos pantalones ajustados, una blusa con escote y he dejado mi cabello castaño claro suelto.

Tocamos el timbre y unos segundos después un Joe sonriente nos abre la puerta.

Dentro de la casa la música está tan alta que retumba en mis oídos. Está repleta de gente bailando bajo las luces multicolores que emanan de la bola de discoteca colgada del techo del salón.

Cuesta avanzar debido a la gran multitud de personas que hay. Cuando logramos llegar a la cocina nos servimos cada una un vaso de vodka con coca cola y volvemos donde se encuentran todos.

Joe ha invitado a la mayor parte del instituto por lo que todo a mi alrededor son caras conocidas. Puedo comprobar que ya hay varias personas a las que se las ve afectadas por el alcohol. Algunas se tambalean de un lado al otro intentando mantenerse de pie y otras están demasiado eufóricas, gritando cosas sin sentido y bailando como si no hubiera un mañana. Seguramente más de uno se arrepentirá de sus actos mañana. Por suerte, esa no voy a ser yo.

—Necesito ir al baño. ¿Alguien me acompaña? —Pregunta Cindy, después de llevar un rato bailando.

—Voy contigo —responde Gina y se gira hacia mí— ¿Te quedas aquí?

Asiento con la cabeza. Cuando se marchan opto por ir a servirme otro vaso. Intento abrirme hueco entre la multitud pero lo único que recibo son codazos. En un intento desesperado por avanzar mis ojos se encuentran con Andrew. Lleva el cabello peinado hacia atrás y esa camisa que tanto me gusta ya que se le ajusta a los brazos y al torso, marcando perfectamente sus músculos.

Sonrío amargamente al recordar cuando me invitó a ir a esta fiesta con él y lo bien que lo pasamos. Estuvimos la mayor parte de la noche juntos, bailando. Antes de que la fiesta acabara me llevó a casa en su coche y estuvimos alrededor de una hora sentados en uno de los bancos de mi porche, hablando y conociéndonos un poco más. Hasta que mi madre nos interrumpió, ya que se despertó debido a nuestras carcajadas y salió de casa para ver que ocurría. Maldije como nunca antes y él se rió pero a mí la situación no me causo nada de gracia en absoluto. Una vez entre a casa mi madre me atosigó a preguntas sobre Andrew y la relación que teníamos porque desconocía que tuviera amigos del sexo opuesto. Siempre me veía con Cindy y Gina.

Me recuesto en la pared y le observo conversar con Sharon, quien lleva un vestido bastante provocativo. Ambos ríen y parecen estar divirtiéndose. Noto como mi corazón se estruja dentro de mi pecho.

—¿Te lo estás pasando bien? —Escucho una voz grave y ronca detrás de mí que hace que me sobresalte y voltee.

Es Jaden, con una sonrisa arrogante plasmada en su rostro. Su cabello sigue alborotado como siempre, dan ganas de enredar los dedos en él y juguetear con sus mechones morenos.

—Sí, ¿y tú? —respondo seca.

—Ahora sí. —Me mira fijamente y después se acomoda la cazadora vaquera negra que, por desgracia, por le sienta increíblemente bien.

Ruedo los ojos y su sonrisa se ensancha aún más.

—Eres insufrible, ¿lo sabías?

—Puede. —Me guiña un ojo, después baja la vista hacia mi vaso vacío—. Voy a traerte otro, espérame aquí.

Asiento con la cabeza y observo cómo se da media vuelta para luego perderse entre la multitud. Ni si quiera sé por qué le he dicho que sí, su compañía no termina de agradarme del todo y puedo ir yo misma a rellenarme el vaso.

Viajando en el tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora