Un nuevo Despertar

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Desclaimer: Este one-Shot esta ambientado en el universo inventado por el gran maestro Tolkien, yo solo he tomado algunos de sus personajes para brindar un poco de entretenimiento. Esta historia participa en el tercer concurso de RDTMTolkien ~Emisarios~

~*~


- ¡Las almenas han sido encendidas! -se escuchó en la Ciudad Blanca.

- ¡Y Rohan responderá! –se proclamó en los muro de Meduseld

Eso canta las canciones, fue así como la amistad entre los hombres de los pueblos libres de la tierra media renació. En medio de obscuridad y sangre, los hombres se alzaron con valentía; el hombre aun podía confiar en el hombre a pesar de los disturbios y las guerras.

Los segundos nacidos aún tenían la entereza y las agallas para defender sus tierras, sus corazones no eran todos egoístas. Sangre derramada en el mismo campo y victorias celebradas al fuego de las fogatas; canciones alzadas en coro y memorias de tiempos de antaño.

Cuando el rey de Gondor defendió a uñas y dientes el abismo de Helm, encendió en los corazones de los Rohir la esperanza y un nuevo mañana.

Cuando el cuerno sonó en los campos del Pelennor y los caballos chocaron sus cascos contra la tierra húmeda, la amistad y gratitud nunca más abandonaría a los pueblos libres. La lealtad, nunca más fue puesta en duda.

El sol y un nuevo horizonte se alzaron por encima de la puerta negra; los escudos no se hicieron añicos y las espadas brillaron en un nuevo despertar. La maldad de Sauron había desaparecido, y poco o nada quedaba de Annatar y sus conjuros en la Segunda Edad.

Había pasado un mes y cinco días de la caída de Barad-dûr, en el atrio de Gondor la gente se aglomeraba, las voces infantiles retumbaban entre los corredores y los cantos alzaban la ciudadela.

Ruido, alegría... y un silencio sepulcral seguido de un solemne grito al unísono, un simple ¡SI! Había sido el inicio de mejores tiempos. A gritos de gozo el nombre de Elessar se proclamó por todo el reino.

La corona alada estaba nuevamente en la cabeza del rey.

El juramento de Eorl fue restituido por el nuevo rey de Rohan.

Los señores de los caballos y la torre blanca eran amigas nuevamente, unidas no solo por lasos de amistad y viejos juramentos rehechos; si no por verdaderos vínculos de hermandad que compartían los reyes de ambos países.

El festejo y el banquee fue inevitable; la comida abundaba y la bebida corría por las copas de los comensales. La música alegraba las viejas paredes de Gondor.

Oculto entre las sombras de los árboles, parado triste, feliz, conmocionado, pero sobre todo sofocado, el rey de Rohan buscaba un momento de paz. Dirigió su mirada a los campos del Pelennor, le fue imposible no ser abordado por un sinfín de emociones arremolinándose sin piedad dentro de sí cabeza.

Ver el lugar competente desierto y tranquilo le recordó que su sacrificio no había sido en vano; no hacía mucho tiempo aquel lugar era ni más ni menos que una fosa de muerte, cadáveres de hombres y orcos mesclados por igual, cientos de caballos sacrificado y mûmakil aplastando todo bajo ellos... esbozo una sonrisa ante el recuerdo del maestro elfo montando en semejante animal y la irremediable ira del enano al ver tal hazaña... par de tontos.

Pero, sonrisa no duro mucho más que un leve destello; su mirada se ensombreció y su seño se frunció a niveles peligrosos. Aquel lugar no solo albergaba la más grande batalla de la era, también en su tierra se encontraba la sangre de quien sin dudar un segundo llamo padre.

Su vista se perdió en la inmensidad del firmamento tratando de controlar su ya bien conocido carácter... tenía que agradecer al cielo por mantener viva a su intrépida hermana; Eowyn era sin duda alguna la mujer más alocada y apasionada que había conocido... era una digna Dama de Rohan.

El sonido de unos pasos hizo que el joven rey se arrinconara aún más entre los árboles, a penas había podido escapar del banquete de coronación, no quería que su descanso fuera interrumpido tan rápidamente.

Agudizo sus sentidos al máximo, notando que los pasos eran demasiado ligeros y acompasados como para pertenecer a un Rohir; la curiosidad lo venció, asomo solo un poco la cabeza para verificar a su acompañante...

Su vista quedo fija; sus ojos acostumbrados a las llanuras de su hogar, la sangre y el sufrimiento, pronto encontraron un bálsamo de infinita paz. El ambiente parecía a ver cambio súbitamente dejando un aire suave y dulce que lo envolvían obligándolo a cerrar sus ojos dejándose llevar por la esencia de aquellos cabellos negros...

Una rama se partió ante su peso sobresaltando de manera inmediata a su acompañante.

-Le ruego me disculpe, mi señora, no ha sido mi intención asustarla –se acercó tímidamente formando una sonrisa ladina.

-No hay nada que perdonar –relajo un poco su agitada respiración-, al parecer soy yo la que debe de ofrecer una disculpa –las cejas de Éomer se enarcaron en sorpresa-, creo que he irrumpido en su escondite.

La joven de cabello negro señalo el rincón del cual había visto salir al rey de Rohan; realizo una pequeña reverencia a manera de despida indicando que se marcharía del lugar.

-¡Por favor, espere! –Llamo el Rohir- no es necesario que se retire, veo que también está en busca de un poco de tranquilidad en esta ciudadela.

Los intensos ojos de Éomer no daban tregua a la delgada figura de la chica; no sabía de donde habían salido aquellas palabras pidiendo su compañía; mucho menos fue consiente del momento en el que ambos estaban prácticamente codo a codo observando la obscura noche.

No hubo más cruce de palabras, ambos en silencio sin saber nada el uno del otro, estaban cómodos con la compañía silenciosa que se ofrecían mutuamente. Era todo lo que Éomer necesitaba para relajar su mente. Esa joven delgada con los cabellos más negros que había visto antes, figura delgada, piel perlada y un perfil realmente exquisito, era la oposición perfecta a su corpulento y enorme cuerpo de guerrero.

La joven tomo una gran bocanada de aire y sin previo aviso se dispuso a regresar a la fiesta.

-Lothíriel –susurro la joven sin previo aviso-. Mi nombre es Lothíriel –repitió enfocando su mirada en la alta figura que la acompañaba.

-Éomer –inclino su cabeza en una elegante reverencia-, para servirle...

Una sonrisa tímida por parte de Lothíriel fue toda la respuesta que recibió el rey de Rohan; la vio marcharse con su caminar suave y sus cabellos danzando al suave viento. Si la chica supo todo el tiempo que él era el rey o sí desconocía su condición de soberano, Éomer realmente no sabría decirlo.

De lo único que era plenamente consiente era de esa sensación de adrenalina... nada común en aquellos casos. Tenía que saber quién era ella, trata de conocerla... volver a verla.

Ella se había convertido sin su consentimiento, en la personificación de la bondad, gentiliza y delicadeza; la esperanza y plenitud; la paz... en un nuevo despertar.

~*~

Estimada Menelwen_ esto es para ti; he de decir que es un verdadero reto para mí el escribir sobre Éomer, me has brindado la oportunidad de adentrarme en un nuevo mundo y una nueva forma de ver las cosas. Me trata de esforzar lo suficiente para que sea de tu agrado. Espero te guste.

No me queda más que ofrecerte un fuerte abrazo y una muy ¡Feliz Navidad y Prospero Año Nuevo!

Un fuerte abrazo

Un nuevo despertarWhere stories live. Discover now