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El rostro de la musa,

es como la luna,

siempre esta desnuda,

esperando ayuna.


Este tiene estrellas

y brilla con cautela,

corre con llamas,

y quedan ajenas,

las estrellas oscuras,

que besan mejillas sin pena.


No me queda más que pensar,

en como robar mirada,

que desnudo,

llamar la atención ajena.


Besar con pena,

decir miel en la oreja,

trazar señas en sus estrellas,

quizás dibujar con fiereza.

Memorias LunaresWhere stories live. Discover now