#4

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Emily

¿En qué estaba pensando cuando le dije eso?

Sí, es cierto que le he extrañado desde que audicionó pero no es el momento para hablar de ello, no quiero que se sienta mal por haber cumplido su sueño.

Él continúa llevando las cosas de Claire al auto rápidamente, me he dado cuenta que lentamente un grupo de gente se ha detenido a mirarlo, estoy casi segura de que ya perdieron la cabeza con respecto a las cosas de bebé que está metiendo en su auto.

No quiero ni pensar en lo que dirán cuándo vean a la pequeña Claire.

—Muy bien, podemos irnos –dice Louis volviendo conmigo—. Pero antes...–me pone sus anteojos de sol, la capucha de mi sudadera y con la manta de Claire me cubre la parte baja del rostro—. No digas nada, no hables y no dejes que te vean.

—Seguro –caminamos hacia la salida, su mano sobre mi espalda me sirve de apoyo, estoy nerviosa incluso si no pueden verme.

En cuanto abandonamos la tienda, un montón de paparazzis se lanzan hacia nosotros, Louis intenta apartarlos de Claire y de mí, también hay fans que quieren acercarse y otras que ayudan a Louis mediante gritos a que dejen de molestarnos.

Mi corazón late precipitado y Claire está comenzando a incomodarse, afortunadamente Louis abrió la puerta para mí y rápidamente me ayudó a subir al auto, puse el seguro al instante y esperé a que Louis se sacara algunas fotos con sus fans, ignorara a los paparazzis y luego subió al auto.

—¿Estás bien?

—Sí –mi ritmo cardíaco se ha regularizado—. ¿Tú?

—Yo también –se pone el cinturón de seguridad y Claire comienza a moverse en mis brazos, le descubro la cabeza y la acomodo en mis brazos.

—Hola otra vez, pequeña Claire –sonrío y decido estrenar su silla, aparto su mantita y le acomodo en su silla, le cubro con su mantita y tomo uno de los juguetes que elegí para ella.

—¿Está despierta? –pregunta Louis mientras comienza a conducir.

—Sip –muevo el cascabel frente a sus ojos y recuerdo que debo ir a casa por un poco de ropa—. ¿Podrías llevarme a casa?

—Por supuesto –mientras Louis conduce hacia mi casa, me dedico a jugar con Claire a quien por cierto no le interesa mi cascabel, solo me mira con atención.

—¿Qué pasa, preciosa? –pregunto a la pequeña y sonríe de la forma más tierna en que he visto en la vida—. ¡Por Dios, se está riendo! –digo emocionada y le doy un apretón en el hombro a Louis quién se pone a reír.

—Apenas te conoce y ya te quiere –comenta este.

—También la quiero –aparto mi mano de Louis y me centro en la sonrisa de Claire—. Claro que sí te quiero –acaricio sus mejillas.

—Ya llegamos –Louis estaciona el auto—. ¿Cuánto vas a demorar?

—Lo menos posible –me preocupo de cubrir bien a la bebé para que el frío del exterior no le golpee tan fuerte—. Vengo en seguida.

Rápidamente bajo del carro y voy a al interior del edificio en el que vivo, pienso en lo que debería llevar y finalmente llego al tercer piso.

Abro la puerta del apartamento que comparto con mi amiga Delia y ella se sorprende al verme.

—¿Qué haces aquí? –su ceño se frunce.

—Hola, Delia –digo con sarcasmo y cierro la puerta detrás de mí.

—Oh, lo siento –sonríe mordiendo su lengua—. Hola, Em –me abraza y luego se me queda viendo—. ¿De quién son las gafas?

—Oh, son de Louis –me quitó las gafas y las echo en mi bolsillo.

—¿Louis Tomlinson? –pregunta confundida.

Sí, Delia sabe que fui amiga de Louis y al principio le resultaba totalmente emocionante, ahora ya no tanto.

—Sí –paso rápidamente hacia mi habitación y busco una mochila para empezar a echar ropa al azar.

—¿Cómo fue tu cita? –Delia pregunta apoyada desde el marco de mi puerta.

—¿Qué cita? –pregunto dándole un rápido vistazo mientras intento no olvidar nada.

—Tu cita con Dylan –dice caminando hacia mi cama y se sienta junto a la mochila mientras yo me quedo petrificada—. ¿Para qué necesitas tanta ropa?

—Maldita sea, lo olvidé –me siento en la cama un momento.

Que tonta eres, Emily.

—Tendré que llamarle luego –digo algo decepcionada y termino de ordenar las cosas que necesito—. Muy bien, Delia –cierro mi mochila—. Nos vemos.

—¿Vas a dejarme sola? –me acompaña hacia la puerta.

—Será solo unos días –le abrazo por los hombros.

—¿Te quedarás con Louis? –arquea una ceja y asiento—. Uh, interesante –sonríe pícaramente y me sonrojo.

—No es para lo que crees –bajo la mirada.

—No tienes idea de lo que yo creo –se ríe.

—Te conozco, Delia –ruedo mis ojos—. Sé lo que estás pensando –ella se ríe y le doy un abrazo—. Nos vemos.

—Que la pases bien –dice antes de abrir la puerta para mí y dejarme salir, rápidamente bajo las escaleras y al llegar abajo decido marcar al teléfono de Dylan.

—¿Bueno?

—¡Dylan! –me apresuro a decir—. Hola.

Hola, Em –responde—. Te estuve esperando y no llegaste.

Tuve algunos inconvenientes –hago una mueca—. Y se me olvidó que hoy saldríamos –subo en la parte trasera del carro, dejo mi mochila a un lado y veo que Claire se durmió otra vez.

Oh, no hay problema –dice con voz amistosa—. Podemos salir otro día.

—Eso sería genial –sonríe aliviada.

¿El viernes?

El viernes será –sonrío ampliamente—. Gracias por entender.

No tienes nada que agradecer –siento que mi corazón de derrite dentro de mi pecho—. Te quiero.

—También te quiero, adiós.

Adiós –cuelgo la llamada y me pregunto porque Louis no ha empezado la marcha, alzo la mirada y lo veo mirándome por el espejos retrovisor con una sonrisa en los labios—. ¿Qué?

—Tienes novio –dice divertido.

—No es mi novio –me sonrojo y termina por empezar a conducir—. Es solo un amigo.

—¿Qué clase de amigo?

—La misma clase de amigo que eres tú, aunque de otra forma.

—No siquiera tú entiendes que clase de relación tienen.

—Agh, ya cállate.

—No está mal que te guste alguien.

—Louis, no quiero hablar de eso.

—¿Por qué? –pregunta y ruedo mis ojos—. Solo quiero aconsejarte.

—Te pediré un consejo cuando necesite uno, por ahora preocupémonos de solucionar todo el asunto de Claire.

—Que amargada eres –dice dando por terminada aquella conversación.

mamá de emergencia ; louis tomlinson ✔✔Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt