54. Mi ancla.

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Jade.

Miércoles, 14 de febrero. 9:17pm.

Observo con asombro lo que hace y una parte de mi quiere evitarlo.
No creo que haya tomado una decisión tan drástica como el matrimonio, no aun. Él no lo haría, menos cuando acabamos de pasar por algo tan traumante.

—Quiero darte una promesa.

Ahora comprendo que no es un anillo de compromiso. O al menos espero que no lo sea.

—Tranquila, quita la cara de susto. -dice riendo y se levanta. Abre la caja mostrando lo que contiene. —No es un anillo. Es un collar.

Observo el collar. Es delgado y tiene un colgante, un ancla.

—¿Una promesa? -cuestiono con interés.

—Es algo extraño, sonará tonto. Ni siquiera sé cómo surgió la idea. -toma el collar con una mano y lo aprecia con su mirada. -Sería muy apresurado para darte un anillo que nos comprometa. Por eso quise una promesa, la promesa de que ese anillo llegará a tu mano. —me mira.

—No comprendo. Esto es extraño Kells. —digo desconcertada.

—Lo sé es... Ya no interrumpas. —dice con algo de nerviosismo. —Te explicaré esto tratando de que entiendas.

—Bien. Ahora me siento estúpida.

—No, no me refiero a eso. —ríe. —Este collar simboliza una promesa. Es como un pre compromiso. —sonríe. —Si te diese un anillo creo que te sentirás presionada. No quiero eso, ese no es el plan. Este collar simboliza la promesa de que llegará el momento en el que te pida que seas mi esposa. Porque lo haré.

—Kells. -digo aguantando la emoción que crece dentro de mi.

—Siempre que veas esto, quiero que pienses en que te quiero en mi vida, conmigo y que quiero que seas parte de ella. Quiero que tengas en mente que yo si he planeado un futuro contigo, aunque a ti eso te parezca no muy bueno yo lo he hecho.

—Bien. —miro al cielo y luego devuelvo la vista a él. —¿Por qué un ancla?

—Porque tú eres mi ancla.

—¿A qué te refieres? eso suena a que te estoy deteniendo y creo que es malo. -digo riendo con nerviosismo. Todo esto es extraño.

—No, no. La función del ancla en el barco es detenerlo, claro. Mantenerlo estático, evitar que la marea lo aleje del punto donde quiere estar. En mi caso... Mi ancla es la que me mantiene de pie. —me mira. —No importa que problemas tenga, no importa las tormentas y lo fuerte que esté la marea en mi vida, tu me detienes. Me mantienes donde debo estar. No permites que alguien me aleje. No permites que me lleve la marea.

—Tú eres el barco. ¿Es así?

—Exactamente.

—Comprendo. —sonrío. El significado que le ha dado a algo tan pequeño me parece muy lindo.

—Así que bella dama ¿acepta esta promesa? —pregunta acercándose un poco más con el collar entre sus manos.

—Por supuesto que si. —digo y él sonríe grandemente.

Me ayuda a colocar el collar en mi cuello. Luego une nuestros labios en un beso lento y suave.

—No tienes idea de lo enamorado que estoy de ti.

—Espero que lo estés tanto como yo. —digo sonriendo.

Lo siguiente a esto fue beber Champagne mientras nos besábamos y disfrutábamos de la vista.
Luego de unos minutos nos fuimos del lugar. El mismo auto que nos trajo nos llevó al hotel.
Llegamos sonriendo como una pareja de secundaria recién unida. Me sentía muy estúpida.

—Por fin, hace frío afuera. -digo cuando entramos a la habitación.

—Si que lo hace -dice riendo. —podríamos calentarnos.

—Sería un buen plan considerando que mañana volvemos a Cleveland.

—Tú dices, tenemos muchas opciones aquí. En la tina, en la ventana, en la cama, en el baño, en ese pequeño sillón, en el suelo, contra la pared, contra la puerta.

—O donde surja. —digo tomando su mano.

—Podemos utilizar todo. —sonríe mientras desabrocha los tirantes de mi overall dress.

—La ventana no me parece buena opción. —digo riendo.

—Tampoco a mi. No aquí. En la ventana de mi casa, la que da al jardín trasero. Esa sería perfecta. —deja caer mi overall dress.

—Cuando volvamos podríamos ver si lo es. —digo deshabrochando su pantalón.

—Lo haremos. —dice sonriendo.

Comienza a besarme. Yo correspondo a sus labios. Quita mi camiseta dejándome ahora en ropa interior únicamente. Luego se quita su suéter y queda en boxer únicamente.
Besa mi cuello, mi zona débil. Se queda algunos largos segundos en esa zona mientras me guía a la cama.
Me alegra que de todas las opciones en la habitación haya elegido la cama; el piso es frío y no me gustaría terminar cogiendo sobre el.
Sus manos recorren mi cuerpo acariciando mis piernas y subiendo hasta mis pechos.

—Deberías dejar de hacer ejercicio por un tiempo. —siento como desabrocha mi sostén. —Te estas poniendo muy buena, ahora me tendré que preocupar más cuando me vaya de gira.

—No digas tonterías. —beso sus labios cortamente. —Todo esto es para ti.

—Me gusta que digas eso.

—Soy toda tuya. —digo cuando me recuesta.

—Sólo mía. Por supuesto. —dice sonriendo.

Retira mis bragas dejándome completamente desnuda. Se sienta encima de mi zona V y comienza a besar mi cuello mientras con sus manos acaricia mis senos.

Y así como otras veces terminamos llegando al Climax bañados en pasión.

—Creo que disfrute demasiado esto. —digo acomodándome a su lado para rodearlo con mis brazos.

—No tanto como yo.

Machine Gun Kelly.

Jueves, 15 de febrero. 3:29pm.

Hemos llegado al aeropuerto de Cleveland después de unos días de vacaciones con mi chica.
Ella está radiante el día de hoy. Tiene algo muy especial, no entiendo qué es.

—Sonríe a las cámaras bebe. —digo cuando salimos del aeropuerto y hay varios paparazzi's tomando fotos.

—Podrías besarme. –dice mientras sujeta mi mano.

—¿Dónde? —la miro con picardía.

—Que sucio. —dice riendo ocasionando que yo también ría.

Habrán buenas fotos nuestras riendo. Creo que eso será bueno. Verán que estamos muy bien y dejarán de decir idioteces sobre nuestra relación.

—Allá está el auto de Slim. —dice Jade.

—Si, es él. Vamos. —digo.

Caminamos en medio de flashes hasta llegar al auto. Slim baja del auto y ayuda a Jade con su equipaje. Lo subimos en la cajuela y luego subimos al auto.

—Lindo collar Jade, resalta bastante.—dice Slim sonriendo mientras enciende el auto.

—Lo es. —sonríe. —Bastante lindo.

—¿Cómo estuvieron sus vacaciones? —pregunta mientras conduce.

—Geniales. —contesta Jade con entusiasmo. –Ya necesitábamos algo como esto.

Llegamos a casa de Jade y la dejamos ahí. Tengo que ir al estudio para seguir trabajando en el nuevo álbum.
Slim me llevó ya que él también iba para allá. Al llegar todos gritaron idioteces emocionados por verme. Comenzaron a hacer preguntas sobre la promesa, qué dijo Jade, cómo reaccionó Jade, le gustó todo a Jade.
Les dije algunas cosas que sucedieron allá, evitando entrar en detalles por supuesto.

Comenzamos con la elaboración del nuevo álbum y grabación de una de las canciones. Todo el día estuve recordando a Jade. ¿Acaso eso es amor?

Rehab.    -Machine Gun Kelly.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora