Sick - Style

⚠️~09~⚠️

⚠️Advertencia: Este capítulo contiene sexo explícito. Proceder con cuidado. ⚠️

Feliz Navidad atrasada.

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Era jodidamente estúpido lo bajo que había caído y cuán fácilmente lo hizo. Se rindió ante esos labios rosados, ante el toque de sus manos, a su mera presencia, allí, frente a él. Para él.

Y patéticamente, quería creer que eso significaba algo, quería creer que eso significaba que al menos una parte, al menos una pequeña parte de Kyle, le pertenecía. Porque no importaba de qué manera o por qué, pero tenía la vaga esperanza de que si una pequeña parte le perteneciera, el pelirrojo no se iba a ir, que no lo iba a abandonar. Porque a pesar de todo lo que pudiera pensar, a pesar de cualquier razonamiento lógico que pudiera atormentarlo estando consciente, Stan no quería terminar con eso.

Él no quería alejarse de Kyle, aunque eso significara dejar de preocuparse por su propia seguridad, aunque eso significara estar sano. Y aunque quisiera, Kyle tenía razón. No podía desligarse de él, no podía simplemente irse. Stan había firmado su sentencia el día que se enamoró.

Pero valía la pena si el castigo era esto.

Sus labios suaves sobre los suyos, sus brazos rodeando su cuello, su pecho contra el suyo, cerca, cerca, tan cerca. Y su calidez, envolviéndolo, asfixiándolo, invadiendo su boca, su pecho, su todo. Envolviéndolo a él.

─Lo lamento─ fue lo primero que dijo Kyle en cuanto el pelinegro le permitió alejarse─. Lo siento tanto.

Stan lo observó detenidamente, fijándose en las pecas mal disimuladas sobre su nariz, en sus pestañas oscurecidas por el rímel, en las manchas rosadas cubriendo más allá de sus labios. Acunó su rostro con la palma de su mano, acercándolo a él para depositar un casto beso sobre sus labios.

─No, yo lo siento. Es culpa mía.

Porque no, Kyle no le pertenecía. ¿Cómo podría pertenecerle, si ni siquiera se pertenecía a sí mismo?

El pelirrojo lo miró con el ceño fruncido, sus manos pálidas sobre el pecho de Stan, estrujando su camiseta.

─Stan...

─Si yo no me hubiera enamorado de ti ─interrumpió─, nada de esto hubiera pasado.

Kyle agachó la cabeza, escondiendo su rostro en el espacio entre su barbilla y su pecho.

─¿Te arrepientes?

Stan sintió su aliento cálido cosquilleando contra su piel, su cuerpo compacto temblando entre sus brazos, su voz quebrándose ante sus oídos.

─No─ lo abrazó con fuerza─. No, nunca.

¿Cómo podría hacerlo?¿Cómo? Si de todos modos, si a pesar de todo, si -maldita sea y que se joda todo el mundo- Kyle, él...

─No me dejes, Stan. Por favor no lo hagas.

Así que a pesar de toda esta mierda, Stan sonrió, sinceramente. No de felicidad, no de satisfacción, sino de alivio. Sonrió para ocultar todo lo demás de sí mismo, para que tal vez así él también pudiera creerse esto.