U. N. O.

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Me sentía tan vacío
Pero tan lleno al mismo tiempo
La verdad no sé como explicarlo
Y además tampoco puedo porque estoy borracho viviendo la vida loca.

Estoy enojado, con la sociedad estúpida en la que vivo.

La gente debería de preocuparse por sus propios asuntos y no ver a los demás, deberían de irse directo a la mierda si critican a alguien.

Es gay? Es su problema. Fuma? Es su problema. Se tatua? Su problema. Se droga? Su. Puto. Problema.

Vivir y dejar vivir, a mi todo realmente me resbala, siempre lo ha hecho y si tomar es mi maldita decisión, no es de su incumbencia. Punto.

Tomo más whisky y grito a los cuatro vientos lo que odio el mundo, Sam dice que me calle apunto de dormir borracho en el césped y yo estaba lo contrario a él;todo mi cuerpo estaba con energía pura y ni sabía que hacer.

—Quiero manejar— digo levantandome y sintiendo todo el mundo encima. Volví a caer.

Escucho a lo lejos como Sam se ríe y y yo gruño tratando de levantarme.

Busco en mi bolsillo las llaves y ahí estaban. Al lograr levantarme solo comencé a reírme y tambalearme hacia el carro que estaba ahí mismo. Al llegar a él me sostengo de él bruscamente y busco la puerta del conductor.

Al pasar 5 minutos de buscar la puerta entro y riendo veo como Sam a través de la ventana esta dormido y no logro meter la maldita llave para encender el puto coche.

—maldita sea! — exclamo y cuando alfin logra encender sonrío.

Piso el acelerador y salgo disparado en la calle bajando los vidrios y escuchar rock a todo volumen.

Saco la cabeza y me pongo como perro soltando el volante, lo tomo después de reaccionar unos segundos río y acelero la terminar en una calle desolada, una residencial oscura, no había nadie y eso era lo mejor.

Mis pie toca el acelerador hasta el fondo haciendo que avanza de una manera exageradamente veloz hacia delante. El viento era demasiado y yo solo gritaba.

Cuando todo pasa demasiado rápido y hace despertar mis sentidos de una manera impresionante.
Todo quedó en cámara lenta y shock completo en cada partícula de mí.

Mis manos temblaron y mis ojos solo veían hacia delante, desperté pero seguía metido en el coche, seguía con las manos en el volante. Mi  pie pisando el freno. Una chica. Un frenazo impresionante. Un grito.

Cuando reacciono mis manos van a la puerta del coche, la abro y lo primero que veo es sangre. Mi corazón dio un vuelco al ver bien todo.

Me arrodillo de una vez a tocarle la yugular.

Estaba viva.

— MIERDA. —

Atropelle a una chica.

No sabía que hacer, ni como actuar, ni a quien pedir ayuda, no puedo llamar al 911, no puedo, eso me metería en demasiados problemas legales y de toda mierda.

Se me prendió el foco y tomé a la chica en mis brazos llena de sangre y la metí en mi coche, cerré la puerta trasera y abrí la del piloto pisando el acelerador con el celular en la mano.

—Hol——

—Nesecito ayuda Simon, estoy en problemas —

— siempre lo estás — ríe y yo piso más el acelerador doblando hacia la via contraria.

—estoy hablando enserio, iré para allá, nesecito doctores de urgencias, es una urgencia. — digo y piso el acelerador una vez más haciendo el cambio y miro hacia atrás veo a la chica ensangrentada detrás en mi asiento.

— ¿Qué? ¿Que demonios hiciste?—

—Después te digo papá,voy llegando–

Mierda mierda mierda.

Al llegar freno el coche y salgo del auto con la chica en brazos y unos 8 médicos afuera con camilla me ayudaron.

—Qué le pasó? —  una enfermera me mira.

—La-la atropellaron.— trago saliva y se la llevan hacia dentro del lugar.

Me paso la mano por el cabello frustrado. Me dolía la cabeza y eso me hizo reaccionar haciendo que se me quitara lo ebrio que estaba.

¿En qué mierda me metí?

(...)

Prendo el celular por novena vez, eran las 4:37 de la mañana y yo estaba aquí, sentado en en el sillón de espera de mi padre, más preocupado que una mierda por la chica. Tenía horas sentado aquí y mi papá ni siquiera vino a hablarme, simplemente estoy solo aquí.

Qué hacía una chica como ella en la calle a estas horas? Y lo sé gracias a que todo su físico daban a entender que no era una chica de fiestas ni nada por el estilo.

Y saben qué más me hace pensar lo mismo? Que estaba en pijama.
Pijama.
¿Qué demonios?

Muevo mi pie impacientemente. Me preocupa la idea en que mate a una persona, a ella.

Parpadeo unas veces cuando abro los ojos después de un rato. Pestañeo y miro bien a mi alrededor, recuerdos  llegaron a mi mente y me levanto de golpe.

La chica.

Miro mi celular y eran las 12 del medio día... No puede ser.

Entro al pasillo de operaciones y veo una enfermera—oiga, la chica de ayer, donde está — mi voz suena ronca.

—Oh, tu eres el novio?— dice de manera grosera y yo frunzo el señor.

—No. El dueño de este hospital, tu jefe es mi padre. Ahora dime donde mierda está la chica antes de que te despida yo mismo. — no estaba de humor para preguntas y aquí el único que tiene que preguntar soy yo.
Su cara cambió y palidez en su rostro.
—¿Que pasó con ella? — vuelvo a preguntar con voz fría.

— E-ella tuvo fracturas en unas de sus extremidades y fuertes golpes en otras partes del cuerpo. Ahorita mismo no ha despertado ni nada, pero está estable. —

Un alivio recorrió todo mi ser y suspiré. Que bien que esta viva.

— si llegaba más tarde puede que hubiera sufrido una hemorragia en el cerebro por un fuerte golpe pero usted la trajo.—

Maldita sea, que suerte.

— y encontramos información confidencial. -— dice y yo le miro más intrigado.

—¿Como se llama? —

— Se llama... —

Drain You. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora