—Vamos _____, despierta— decía Loki semiacostado alcanzando a ver únicamente mi cabello
mientras trataba de despertarme.
—No quiero— empecé a decir adormilada restregando mi cara en la almohada dándole la espalda a Loki.
—No me interesa, despierta ya— insistió por milésima vez y me giré rendida para verlo a los ojos.
Estaba segura de lo que quería. Él amaba llevarme al trabajo pero no solo estar juntos sino que adoraba la atención que llamaba al caminar junto a mí en las calles; sonreía cada vez que la gente lo veía asombrada, murmuraba algo sobre él o nosotros, o incluso cuando lo veían con temor, ya que, esto ya no importaba últimamente porque había aprendido que no es un ser despreciable así que estos gestos de terror no causaban otra cosa más que ensanchar su ego. Éste recorrido matutino era como un elixir vigorizante para él.
—De acuerdo, buenos días— dije aún viendo sus hermosos ojos sin sonrisa en mi rostro, para que después él me diera un pequeño beso en los labios para volver a acostarse y verme como me arreglaba para ir al trabajo.
Parece ser que éste día no solo no será la excepción sino que vendrá cargado de más placeres para él. Desde que pusimos nuestros seres fuera de la casa y yo terminaba de cerrar, nuestros “agradables” vecinos comenzaron a vernos como un espectro de lo peor en el mundo mientras platicaban con poco disimulo. Loki, al percatarse de esto, tomó mi mano y con una sonrisa victoriosa comenzó a caminar en dirección a mi oficina, ignorando totalmente a los entrometidos vecinos.
Cuando estábamos en el puente que nos encantaba por el hermoso paisaje que dejaba ver, un señor casi cae con las correas de sus perros que, gracias a que no dejaba de ver a Loki con gran sorpresa, no se dio cuenta cuando se enredaron en sus piernas dejándolo como momia. Sinceramente, no me molestaba que vieran a si a mi novio porque si ha el no le afectaba, ¿tendría que hacerlo a mi?; lo que definitivamente no soportaba eran a las mujeres que lo miraban con tal deseo que, ¡Odín!, le quemarían la ropa. Para mí desgracia, hoy nos encontraríamos con una morena que le sonreía como si yo no fuera al lado del dios nórdico y él me fuera tomando de la mano, estoy de acuerdo que mi baja estatura la oculta el gigante que tengo por novio ¡pero si logro verme! Estaba que echaba chispas pero Loki es más que consciente de mi desagrado total por tales actos, así que sin molestarse en voltear a verla, me abrazó por los hombros y dejó un beso en mi frente, dejándome ahora a mí con la sonría victoriosa.
Después de unas cuantas cuadras, miradas matadoras y una que otra persona lastimada por apartar la vista del camino por distraerse a causa de el hermoso dios de las travesuras, llegamos al edificio donde trabajaba.
— De acuerdo amor, gracias por acompa...— ahí se quedó mi frase al ser interrumpida por un beso tranquilo pero lleno de amor acompañado de una inclinación de mi cuerpo sobre su los brazo de Loki gracias a uno de sus ágiles movimientos.
—Nos vemos más tarde, hermosa— dijo mientras yo comenzaba a caminar rumbo a la puerta aún algo atontada con la sonrisa en mi cara.
Cuando entré, mi jefe me estaba esperando para decirme que las demostraciones fuera de nuestro lugar de trabajo están prohibidas que tenemos que ser más sutiles en las próximas ocasiones. Claro. Dile eso al dios Loki.
