La Cabaña

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La Cabaña

Camila sentía que debía tener unas merecidas vacaciones. ¿Y qué mejor manera que pasarla que en en su cabaña en las montañas? Su último espectáculo de Broadway había terminado y ahora estaba en camino a la montaña para relajarse durante el fin de semana. Ella siempre había sido una amante de la naturaleza y eso fue lo que la empujó a tener esa cabaña construida específica para ella cuando tuvo suficiente dinero Por mucho que le encantara salir con sus amigos y compañeros de trabajo después de sus shows, ella también necesitaba su tiempo a sola a veces.

Tarareaba felizmente para sí mientras conducía por la carretera, las ventanillas abajo para sentir el aire frío de octubre. Todavía era temprano, pero no era un problema ya que ella era una persona de la mañana. Condujo cuidadosamente por un camino zigzagueado y finalmente pudo ver su cabaña.

Sonriendo, se detuvo en la entrada y desabrochó su cinturón de seguridad. Apagó el motor y sacó las llaves, luego agarró su bolso de mano del asiento del pasajero.

Se ajustó su chaqueta para protegerse del aire frío, caminó hacia el maletero de su coche y lo a
abrió. Estaba lleno de suministros, por si acaso sucedía algo.

El tiempo era tan impredecible
esas últimas semanas y quería asegurarse de que su nevera estuviera abastecida con comida para no pasar hambre. Uno nunca puede ser demasiado cuidadoso

Llevó las bolsas de plástico dentro de la cabaña una por una, cerrando la puerta de su coche una vez que logró llevar todo. Después de que asegurara su coche, se dirigió hacia el interior y enchufó su nevera. Luego, puso todos sus alimentos dentro y caminó hacia el sofá. Al lado de la chimenea había una pila de leña, para cuando ella necesitara encender algún fuego para calentarse.

Sonriendo con satisfacción, anotó mentalmente agradecerle a María por la limpieza de la cabaña y de llevar la leña antes de que ella llegara. Dejándose caer en el sofá, tomó un libro de su bolso y lo abrió en la página en la que lo dejó la última vez.

Suspiró contenta mientras empezaba a leer, flexionando sus piernas mientras se sentaba cómodamente en el sofá. Agradeciendo al cielo por el largo fin de semana.

En otro lado...

Queriendo ampliar sus horizontes en la fotografía, Melo decidió subir a las montañas cerca de New York para obtener un nuevo paisaje. Tomar fotos era algo que amaba hacer desde que era una niña, recordaba jugar mucho con su cámara de juguete de plástico. Y sus padres, al notar su pasión por la fotografía, decidieron darle una cámara real para su séptimo cumpleaños. Por supuesto no tenía idea de lo que estaba haciendo en ese entonces. No era más que una niña, después de todo.

Pero su mamá y su papá la apoyaron y la animaron a convertirse en una buena fotógrafa. Y así, años de práctica la llevaron a convertirse en una fotógrafa profesional y conocida en New York. Algunas personas famosas la llamaban para que tomara unas cuantas fotos de ellos, y pagaban muy bien. Estaba feliz porque le estaban pagando por algo que ella realmente amaba hacer, y sus padres estaban muy orgullosos de lo lejos que llegó.

Sonriendo para sí misma, Melo le subió volumen a la música mientras conducía, felizmente y sin darse cuenta de las oscuras nubes que se estaban formando en el cielo.

Cantó en voz alta mientras conducía cuidadosamente por la montaña, sonriendo cuando se topó con la agradable vista. Tomar fotografías de la naturaleza era su especialidad y era el Tema que más amaba. Era como que si con la Madre Naturaleza se sintiera en paz, lejos del ruido, del ajetreo y el bullicio de la ciudad de New York.

Ya era media tarde cuando Melo llegó a la cima y frunció el ceño cuando se dio cuenta de que su entorno se estaba poniendo más oscuro. No se suponía que fuera oscuro en ese momento.

One Shoots -  G!pWhere stories live. Discover now