El comienzo.

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Capítulo 1 "El comienzo"

Me llamo Malory y tengo 18 años, vivo en un pequeño pueblo a las afueras de Michigan; uno muy agradable y cómodo a decir verdad; radico aquí desde que tenía diez años junto a mi madre: Nina, quien se divorció de papá hace algunos años. Creo que fue lo mejor para nosotras ya que siempre había problemas en casa.

Hoy empiezan las vacaciones de verano y pronto entraré a la universidad por lo tanto necesito un empleo para poder pagar la escuela y poder sostenerme ya que a la universidad a la que planeaba asistir se encontraba en Nueva York. Será difícil separarme de mi madre con quien me he mantenido unida por bastante tiempo, nos tenemos una a la otra, pero eso cambiará en algunos meses.

Mi madre siempre ha estado ahí, apoyándome, la voy a extrañar, es una persona admirable, siempre se mantiene de pie con ese gran sentido del humor. Es mi modelo a seguir.

Volviendo al tema del empleó, al parecer va a costarme un poco más de lo pensado ya que aquí en el pueblo no hay muchos lugares en los cuales trabajar, todos tienen completo su personal o están a punto de quebrar, la economía por aquí no anda muy bien, así que mi último recurso es ser niñera o corredora de perros, tomando en cuenta mi alergia hacia los animales la opción perruna queda completamente descartada. Por lo tanto solo queda el ser niñera, la verdad creo que los niños se me dan bastante bien, soy una persona paciente y amable así que... Creo que podría funcionar.

—¿Cómo sigues con la famosa búsqueda de empleo? —pregunta mi madre acomodando las tazas para café de la alacena.

—Fatal, no he encontrado nada bueno hasta ahora —reposo todo el peso de mi cráneo en mi brazo derecho, mi madre interrumpe lo que estaba haciendo para mirarme.

—Escucha, estuve charlando con Caroline y creo que te he conseguido algo —junté mis cejas un poco tratando de recordar quién es esa tal Caroline; mi madre lo nota así que prosigue—. Caroline es una gran amiga, trabajó conmigo en el restaurante de Bill hace algunos años, me la encontré hace algunos días en el supermercado y conversamos un poco, resulta que ella necesita ayuda para cuidar a su hijo ya que saldrá por algún tiempo y no lo puede llevar consigo, podría ser una gran oportunidad ¿No lo crees?

—Claro, ¿qué edad tiene su pequeño? —Mi madre vacila un poco, eso no es bueno.

—Creo que eso lo tendrás que hablar con ella -me levanté del taburete en el que anteriormente me encontraba sentada y lleve la taza ya vacía al lavavajillas.

—¿Qué ocultas Nina? —Conozco a mi madre perfectamente como para darme cuenta de que algo me está ocultando.

—Nada, solo no recuerdo la edad del pequeño, deberías de hacer tus deberes, en otro momento te pasaré el contacto de Caroline para que puedan quedar —sé que está mintiendo, pero lo dejo pasar y voy a hacer mis deberes.

El sol se está ocultando dándole paso a una brillante y hermosa luna llena. Mi madre ha aparecido por la tarde en mi habitación para darme el número de Caroline. No había podido hablar con ella ya que aún estaba bastante ocupada en mis deberes, así que decido llamarla ahora.

Uno, dos, tres tonos fueron suficientes para que una voz amable y cálida se escuchará por el altavoz.

—¿Hola? —Pregunta desde el otro lado de la línea.

—Hola Caroline, soy Malory hija de Nina; mi madre me comentó que necesitabas ayuda para cuidar a tu pequeño —habló rápidamente.

—Oh ¡claro! Un gusto Malory, tu madre me habló maravillas de ti. —Automáticamente mis labios se curvan hacia el cielo formando una gran sonrisa—. ¿Te parece si quedamos mañana por la tarde en mi casa?.

—¡Claro! —Eso ha sido más fácil de lo que pensé, Caroline me dio su dirección y colgó, mañana conoceré a Jack y acordaré los pagos por cuidarlo, mencionó que era un poco especial pero no dijo en qué manera, supongo que puede ser un poco delicado en alimentación o algún rollo por el estilo.

Mis párpados comienzan a pesar así que me apresuro a ducharme para poder descansar, necesito verme presentable para mañana y me parece que unas grandes y coloradas ojeras no dan buena imagen, me acuesto y cubro mi cuerpo con los grandes edredones que mantienen mi cuerpo a la temperatura adecuada, ya que por la noche el frío es demasiado fuerte, miro el celular por última vez antes de dormir y programo mi alarma. Mañana será un nuevo día; muy bueno. Necesito en verdad el trabajo y haré cualquier cosa para obtenerlo. Cierro mis ojos y me dejo llevar entre los brazos de Morfeo.

Jack.Where stories live. Discover now