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—Debes tener hambre, ¿se te apetece algo en especial? —preguntó Nancy cuando vio a Daniela salir del baño.

—Algo sencillo, no quiero molestar.

—¿Galletas, pasta...?

—Oh, puede ser pizza. Podemos comprarla de camino a casa de Steve, ¿no?

—Sí, supongo —Nancy volvió a agarrar el bolso pequeño y salió de su habitación, dejando la puerta cerrada.

—¿No puedes llamar a tu novio, o a Steve? —le preguntó Daniela bajando las escaleras detrás de ella.

—"Mi novio" no está en su casa, así que no —Daniela acababa de recordar que aún no existían los celulares—. Pero a Steve supongo que sí.

Después de llamar al chico a la casa de los Harrington y pedirle que fuera a recogerlas, ambas chicas se sentaron en el sofá.

—Bueno, ¿tú tienes novio?

Daniela rió un poco—. Antes de ir al laboratorio, tuve una pelea con Jason, mi novio, o ex novio, más bien... pero no tengo nada de qué preocuparme, siempre volvemos, y ahora que estoy "perdida" probablemente cuando regrese me dirá que no nos alejemos nunca más y todas esas cursilerías. Solo imagino a toda mi familia haciendo un alboroto en el laboratorio.

—¿Cómo... cómo es tu familia? Si no te molesta que pregunte.

—Mamá hace repostería y platillos típicos de nuestro país para ponerlos a la venta. Es como un pequeño negocio. Papá trabaja para el periódico de Hawkins, tiene un buen puesto, nada de que quejarse —a Daniela le dio nostalgia recordar a la siguiente persona de su familia—. Y luego está mi hermano.

—Déjame adivinar, ¿Daniel?

Daniela rió, y asintió.

—Sí, tiene ocho años, y es como un niño prodigio. Sabe tocar el piano, el violín y la flauta, es un scout, está en el equipo de soccer, el club de teatro y en la banda de la escuela, y además es brillante en la escuela; el mejor promedio de su clase —Daniela se encogió de hombros con una sonrisa—. Y por todos sus talentos y porque me crié en un laboratorio, soy invisible para mi familia. Hay veces en las que mamá olvida llamarme para cenar, o cuando van al cine, olvidan preguntarme si quiero ir. Una vez fueron de visita a casa de la abuela, en California, yo llegué de la escuela y ya no estaban. No había ni una nota. Me habían olvidado, literalmente.

—Wow, eso suena muy triste —dijo una voz masculina detrás de ella, al instante se levantó y se volteó, hasta ese momento sintió unas pequeñas lágrimas en sus mejillas. Las limpió al instante.

—No... no debiste escuchar eso —la castaña se cruzó de brazos y agachó la mirada al ver que Steve se estaba acercando a ella.

—Pero lo escuché, yo... lo siento—una vez cerca, Steve frunció su ceño—. ¿Esa es mi camisa?

Daniela se puso una mano en el pecho y se volteó para ver a Nancy. La chica estaba riendo con los hombros encogidos.

—Intenté decírtelo, pero no me escuchaste.

—Vamos por la pizza de una vez, y no quiero escuchar explicaciones de por qué Nancy tiene tu camisa, Steve —Nancy entendió un poco, por lo que soltó una risita, mientras que Steve solo entendió los nombres.

UNSTEADY (EDITANDO) ━ steve harringtonWhere stories live. Discover now