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—Ya amigo, tranquilizate.

Ya había perdido la cuenta de todas las vueltas que había dado en mi habitación. Joel estaba sentado al borde de mi cama, mirándose las uñas.

—Es que Jo, ¿que tal si no va a la fiesta?

—¡Es la centésima ves que lo dices! Vistete ya, no puedo perder el tiempo escuchando a mi mejor amigo por alguien que odiaba y que de la noche a la mañana le haya gustado

—No es eso Jo...

—Shhh, ya—dijo el mexicano saliendo de mi habitación—, cambiate y te espero afuera.

Abrí mi armario y comencé a aventar mi ropa encima de la cama.

Esto sería un debate muuuuy largo.

***

Después de dos horas discutiendo con mi mejor amigo por la ropa que me iba a colocar, nos encontrábamos en su auto directo a la fiesta. Mis manos y frente sudaban demasiado, estaba muy nervioso.

—¿Algún consejo para cuando vea a Erick?—sonrió Joel estacionando el auto.

—Solo se tu mismo—le devolví la sonrisa.

***

Se podría decir que el lugar de la fiesta era como una especie de discoteca, sólo que se encontraba todos los estudiantes de mi salón bailando, o bueno, algunos comiéndose...literalmente.

—Creo que aquí nuestros caminos se separan— dijo mi mejor amigo en un tono dramático apuntando con la mirada a Erick que se encontraba tomando un vaso de bebida cerca de una gran mesa.

—Adiós vaquero...—le dije sentándome en uno de los sillones del lugar, observando como se acercaba hacia el cubano.

Las luces de colores de la pequeña discoteca, chocaban contra mi vista, casi dejandome ciego. Me hice a un lado, observando como más de mis compañeros entraban a la fiesta con botellas en mano.

Luego de unos segundos, lo vi llegar. Christopher Velez, había venido a la fiesta. Llevaba puesto otros lentes nuevos y buscaba con la mirada a alguien. Me levanté del sillón y me acerqué, tocando su hombro mientras daba un pequeño saltito.

—Llegaste—sonreí.

—No podía perderme la gran fiestota, y sobre todo, tenía ganas de verte— sonrió levemente.

Mis mejillas se sonrojaron rápidamente y Chris tomó mi mano llevándome a la pista de baile.

—Chris...yo...no se bailar...

Soltó una carcajada.

—Yo tampoco, solo, muevete al ritmo de la música.

***

Esta noche era la mejor. El ecuatoriano sinceramente se movía perfectamente al ritmo de la música y yo sólo seguí sus pasos. Comimos, bebimos, hasta que tomó mi mano y salimos un rato del lugar, hasta el estacionamiento.

—Eso...fue...¡divertido!— dijo Christopher en un tono mareado. Ya había perdido la cuenta de cuantas cervezas había tomado.

—Si que lo e-...

Quedé en shock al ver que Chris sacaba un paquete de cigarrillos de su bolsillo. Lo miré con el ceño fruncido y le arrebate la cajetilla.

Dejame En Paz ||•Chrisdiel•|| (PAUSADA)Where stories live. Discover now