Epílogo

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10 años después


— ¿Piensas ir solo? — preguntó algo preocupado aquel hombre de cabellos rubios cenizos.

Una pequeña risa se escapó de entre sus labios al ver la reacción de su buen amigo, después de todo y a pesar de los años seguían siendo unidos.

Sin decir una palabra, rodeó el cuerpo de Katsuki y con un ligero golpe en el hombro siguió su camino en total silencio.

Bakugou observó a aquel hombre alejarse con aquella aura fría y distante, igual a como solía ser en preparatoria. Dándose media vuelta, aquellos ojos rojos semejantes al rubí observaron con un brillo peculiar aquel hermoso amanecer.

Mientras que Katsuki dejaba su mente en blanco, Shouto caminaba sin parar, pues no podía esperar.

Sus pasos crujen al pisar la grava; el viento sopla produciendo una hermosa melodía al menear las ramas de los árboles. Se escuchan los pájaros aleteando y los grillos cantando.

"Todoroki-kun"

Shouto detuvo su andar, y como si el mundo se hubiera detenido junto a él, observo los primeros rayos de luz atravesar las ramas verdes de un pequeño roble. Sus ramas tiernas y sus hojas recién retoñando causo gran estupor en aquel hombre.

Todoroki quedó estupefacto, aspirando el aroma a campo.

Divisó cada lugar y cada centímetro que sus ojos alcanzaban a percibir; a lo lejos observo un pequeño camposanto el cual se encontraba completamente sólo, o eso creyó hasta que vio al rubio cenizo recostarse sobre un túmulo. Todoroki recordó unas palabras que el mismo Bakugou le había comentado un día después del sepelio de su madre: Aquello que anhelabas por decirle a la persona que más amabas se queda dentro de ti para siempre; ahora aquella persona se encuentra allá, bajo tierra y por más cruel que sea la realidad ya no puedes verla a los ojos, abrazarla o decirle aquello que aún no le has dicho.

Aquellas palabras fueron un golpe directo hacia ambos chicos, pues ambos habían perdido lo que más amaban en este mundo.

Shouto sabía que lo que Bakugou sentía era remordimiento y culpa, ya que en la agonía en la que se encontraba al ver a su madre partir se dio cuenta de la profundidad de su amor hacia a aquella mujer que le dio la vida.

— Tan lamentable — habló para él mismo. Shouto mantuvo su mirar en la misma dirección por unos cuantos segundos más para luego decidirse en acercarse a la pata del roble y recostar su cuerpo en él. Se mantuvo de pie unos minutos hasta que optó por sentarse.

El hombre con cabellos bicolor suspiraba incontables de veces. ¿Qué hacia él ahí? Era lo que se preguntaba en cada suspiro, y sin haber respuesta sus dudas aumentaban al igual que sus lamentos. Estar en aquel lugar le hacía deprimirse mientras se sumergía en un mar de lamentos.

"Todo va a estar bien, Todoroki-kun"

— Es tan fácil decirlo, pero es tan complicado. Nadie puede hacer nada contra los sentimientos de una persona, no te los puedes arrancar así como si nada — reprochaba golpeando su cabeza contra el tronco del roble, una y otra y otra vez. Las hojas secas fueron cayendo una tras otra — ¿Qué debería de hacer?

"Si no te controlas vas a perder la cordura"

— Ya la perdí.

Una pequeña sonrisa se mostró en su rostro. Ya no sabía qué hacer, se sentía desesperado y al mismo tiempo se sentía en paz.

Era como si algo le faltara, aunque era más que obvio a quien necesitaba.

— Venir aquí año tras año me hace mal... y bien lo sabes...

Te Extrañé © [TodoDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora